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Sotogrande, el sueño de un visionario

El empresario filipino Joseph McMicking encargó a sus sobrinos Jaime y Enrique Zobel la compra de una finca en la que construir una urbanización de elite en la España de 1960

Sotogrande, el sueño de un visionario

12 de marzo 2017 - 02:14

[Extracto del artículo publicado en el blog del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía bajo el título: Sotogrande (San Roque), enclave de gran valor ambiental en el estuario del río Guadiaro. Referente del turismo deportivo exclusivo andaluz y europeo.]

La colonización económica de lo que hoy se conoce como Sotogrante culminó a finales del siglo XIX cuando la familia Larios, una de las dinastías que modernizó el tejido económico andaluz y que mayor impronta ha dejado en el territorio, compró una enorme extensión de tierras pertenecientes al Duque de Arcos. Coincidiendo con el fin de la Guerra Civil, el emporio de los Larios es desguazado. A partir de 1962 un nuevo agente -de nuevo foráneo- interviene para aprovechar tanto las ventajas de localización entre Gibraltar y la emergente Costa del Sol, como los atractivos de este espacio.

Este proyecto, en el que intervienen prestigiosos proyectistas, tiene un planteamiento inmobiliario de construcción de viviendas de alto standing e instalaciones de calidad respetuosas con el medio ambiente y el paisaje, complementado con el desarrollo de actividades deportivas como el golf y el polo.

Un temporal destruyó la cancha de la playa en 1984, dando lugar a las actuales pistas

El efecto de arrastre de esta exclusiva urbanización incidió en la extensión urbanística y colmatación de la propia urbanización de Sotogrande, así como en la creación de nuevas poblaciones, o la sensible ampliación de los asentamientos vecinos: Pueblo Nuevo, Torreguadiaro, Guadiaro y San Enrique de Guadiaro.

Atrajo, además, nuevos proyectos turísticos ligados fundamentalmente a la actividad deportiva del golf como el club Valderrama, uno de los mejores campos del mundo, que convirtierion a Sotogrande en un referente del turismo exclusivo deportivo.

Colonización agrícola

El proceso de colonización de este territorio tiene como artífice a la familia Larios y la Sociedad Industrial y Agrícola de Guadiaro. A partir de 1869 las dos ramas de la familia comenzaron una compra masiva de tierras en el Campo de Gibraltar, sobre todo en los municipios de Jimena de la Frontera, Los Barrios, Algeciras, La Línea de la Concepción y San Roque, así como en Manilva, Gaucín y Casares.

El grueso de las tierras situadas en las inmediaciones del valle del Guadiaro fueron adquiridas por la familia a la Casa de Medina-Sidonia, y se dedicaron al cultivo de la caña de azúcar, cereales y olivar. Iniciaron una serie de obras hidráulicas para aprovechar el agua de los ríos Guadiaro y Genal y fundaron las colonias agrícolas de San Pablo de Buceite y San Martín del Tesorillo (Jimena de la Frontera), San Enrique y Guadiaro (San Roque), a las que se sumó la colonia de San Luis de Sabinillas (Manilva).

En 1879 la totalidad de las fincas rústicas propiedad de los Larios suponían 12.846 hectáreas, de las cuales11.530 correspondían a la zona gaditana. En 1887 se fundó la Sociedad Industrial y Agrícola de Guadiaro con un capital repartido entre las dos ramas de la familia. La empresa especializó las explotaciones y construyó numerosas factorías industriales. En San Luis de Sabinillas se concentró el cultivo de la caña de azúcar, que era transformada en el ingenio allí situado; la producción de trigo se trataba en el molino de San Martín del Tesorillo; las almazaras se concentraron en San Pablo de Buceite; y se instaló una fábrica de corcho en La Línea de la Concepción, surtida de la abundante materia prima procedente de los alcornocales del Campo de Gibraltar.

En 1917 la llanura de inundación del Guadiaro ya está explotada agrícolamente, y el litoral aparece despoblado. Existían dos pequeños núcleos de población: Guadiaro (488 habitantes en el nomenclátor de población de 1930) y San Enrique (510 habitantes), destinados a alojar a los colonos , como las vecinas de San Martín del Tesorillo y Secadero.

En 1930 la sociedad fue vendida a Juan March, empresario y financiero mallorquín y una de las mayores fortunas del país. Entre 1944 y 1950 liquidó la empresa tras parcelar las propiedades y venderlas por separado, que en muchos casos fueron compradas por los colonos, y en otros por grandes propietarios que constituyeron latifundios.

La década de los cincuenta del siglo pasado ya muestra con detalle el estado de este territorio antes de su transformación turística: la ocupación por los usos forestales en la sierra de Almenara, la ocupación agrícola fundamentalmente con aprovechamientos cerealísticos y huertos del valle y la llanura de inundación, pero sobre todo la importancia de las formaciones naturales ligadas al litoral y al estuario.

Al sur, sobre la playa de Sotogrande, el desarrollo de las dunas litorales ya empieza a tener protagonismo. Al norte, en la desembocadura, la flecha litoral que avanza o retrocede sometida a los embates del mar o las avenidas del río, y que ahora casi cierra el estuario. Un poco más al norte la laguna de Torreguadiaro, albufera que junto a los restos de caños dan idea de la existencia de un antiguo delta. En la misma desembocadura, y rodeado al sur por un antiguo cauce, un espacio marismeño. En las inmediaciones del cauce fluvial ya se observa la existencia de un cauce abandonado, que da idea de la dinámica del rio, cuyas avenidas alteraban sus márgentes.

Por aquella época, las poblaciones de Guadiaro y San Enrique de Guadiaro se mantienen como entidades de reducido tamaño (1.203 y 1.126 habitantes en el censo de 1960), y la carretera nacional Barcelona-Cádiz, precedente de la N-340, ya está construida, aunque con un trazado diferente al actual, pues salvaba al río Guadiaro mucho más al norte, con un modesto puente de hierro. Al sur de la población de Guadiaro se encuentra el cortijo Paniagua, latifundio cuya compra dio origen a la implantación turística que tendría lugar una década después, y que fue la que provocó la transformación radical de este territorio y de sus expectativas económicas.

Creación del resort turístico

Joseph McMicking, empresario filipino formado en los Estados Unidos, le encargó a su sobrino Fredy Melian buscar unos terrenos en algún punto de la cuenca mediterránea para la construcción de una urbanización de élite. Buscaba una finca de grandes dimensiones con al menos un kilómetro de litoral, además de unas reservas de agua abundantes y una buena accesibilidad. Después de estudiar todas las opciones, Joseph McMicking y sus sobrinos Jaime y Enrique Zobel decidieron comprar la finca Paniagua, situada en el término municipal de San Roque, muy cerca del Peñón de Gibraltar.

Las autoridades franquistas no pusieron trabas a McMicking para desarrollar Sotogrande, en una época en la que todavía no se permitía a los extranjeros comprar terrenos sin el beneplácito de los militares.

La imagen de 1963 muestra el estado del estuario justo cuando comienzan las obras del campo de golf y de la urbanización de Sotogrande. McMicking cimentó su proyecto en unos parámetros de calidad completamente inéditos en España. Contrató al mejor arquitecto de golf del momento, Robert Trent Jones y puso a su disposición toda la finca para escoger su ubicación perfecta.

En 1965 Sotogrande construyó la cancha de polo de La Playa, el Tennis Hotel Sotogrande, el Club de Playa El Cucurucho, y los primeros bungalows aledaños al Real Club de Golf Sotogrande.

Este periodo de primera implantación se cierra en 1974 cuando al otro lado de la carretera N-340 se implanta el campo de Golf Sotogrande New, luego conocido como Real Club Valderrama, inicio de un desarrollo mucho más amplio de Sotogrande, desbordado por el éxito del planteamiento inicial.

La ortofotografía del Vuelo Interministerial de 1977 muestra ya la importancia del campo de golf y de la urbanización que ha surgido en su entorno, aún sin colmatar, en el que se instalan edificaciones hitos de la arquitectura contemporánea, como son los casos de la Casa Biddle (1966) o la Casa Zobel (1970).

El campo de golf ocupó un lugar importante en la historia, no solo por el singular diseño que realizó Trent Jones, sino por las innovaciones que rodearon el proyecto. Fue el primer campo de Europa sembrado con Bermuda 419 y el primero en instalar un sistema de riego automatizado.

En el estuario ya se ha construido un espigón que altera la flecha y la dinámica litoral y un nuevo puente que conecta ambas orillas y que facilita la inmediata extensión de la urbanización en la orilla izquierda. Otra de las instalaciones deportivas que constituye un hito es la cancha de polo de La Playa. En 1965 Enrique Zobel crea el Santa María Polo Club, uno de los más importantes de Europa.

La accesibilidad a este territorio se mejora con la consolidación de la N-340 como eje articulador con la Costa del Sol. A remolque de estos nuevos desarrollos turísticos aparecen dos nuevos asentamientos: Torreguadiaro al norte y Pueblo Nuevo. El primero es un asentamiento turístico residencial de clase media y el segundo se convierte en núcleo de servicios y comercial de Sotogrande y residencia de sus trabajadores, aprovechando la cercanía de la nueva carretera.

En el suelo rústico la transformación más importante es la nueva plantación de frutales en regadío, concretamente cítricos, en las vegas del Guadiaro.

A finales de los setenta del siglo XX, Sotogrande se confirma como uno de los destinos turísticos de mayor entidad y nivel de Andalucía y Europa. La ortofotografía del vuelo de la Junta de Andalucía de 2001 muestra el fuerte crecimiento experimentado en todos los aspectos.

El elemento más destacado es la construcción en la orilla izquierda del estuario de un puerto deportivo con 1.380 atraques, abierto en 1987 y al que se asocian 1.426 viviendas, un hotel y dos zonas comerciales. De forma contigua además se draga un antiguo caño para abrir una marina en la década de los 90.

La construcción de este puerto supuso la desaparición de parte del sistema de dunas de la playa de Torreguadiaro y la alteración de la dinámica del estuario, lo que se consideró un atentado ecológico de primer orden.

Esta presión sobre el estuario es contrarrestada con la aprobación del Paraje Natural del Estuario del río Guadiaro en 1989, que protege 27 hectáreas, restos de las antiguas marismas próximas a la desembocadura, y último exponente del sistema de caños y humedales del estuario. Pese a la poca entidad superficial del espacio protegido, su estratégica situación en el Estrecho de Gibraltar propicia la presencia de una rica variedad de aves, habiéndose observado al menos 229 especies diferentes.

Desaparecida la cancha de la playa, destruida por un temporal en 1984, el club de polo construye nuevas canchas: tres en el complejo denominado El Río, contiguas a Pueblo Nuevo, y otras tres en el Puente de Hierro.

En 1988 sobre el campo de golf Sotogrande New, al norte de Pueblo Nuevo y sobre un magnifico alcornocal, surge el Real Club Valderrama, uno de los mejores campos del mundo que en 1997 acoge la Ryder Cup, torneo internacional de golf cuya celebración se realiza por primera y única vez en la Europa continental. Este evento aceleró la conversión de la N-340 en autovía, la A-7. A la par se construye y entra en servicio la autopista de peaje de la Costa del Sol (AP-7).

La ortofoto del Plan nacional de ortofotografía de 2013 muestra una última etapa de este proceso. Las instalaciones portuarias se consolidan con la construcción de una pequeña ciudad lacustre con apartamentos de lujo en islas artificiales y embarcaderos, que es lo que se puede apreciar hoy día en la zona de la Marina de Sotogrande. En la orto se observa la ampliación de las canchas dedicadas al polo, con tres nuevas construidas entre los años 2002 y 2008 en la zona denominada Los Pinos, en las proximidades del viaducto con el que la A-7 salva el Guadiaro, instalaciones que son aprovechadas en la temporada de invierno por numerosos clubes deportivos europeos que realizan su preparación invernal en Sotogrande. Santa María Polo Club ha ido ganando posiciones para ser hoy uno de los tres clubes de polo más importantes de Europa, siendo el único club del mundo que celebra dos torneos puntuables del circuito internacional.

En el frente litoral se observa un retroceso de la línea de costa, concretamente de la playa de Sotogrande en las inmediaciones de la casa club, espacio edificado que ha tenido que ser defendido con una escollera de los temporales al quedarse sin playa.

Sotogrande cuenta actualmente con cinco de los nueve campos de golf del municipio de San Roque incluidos en los límites de la urbanización: Valderrama (número uno de Europa continental), Real Club de Golf Sotogrande (número 7 del mismo ranking), Almenara Golf, La Cañada y La Reserva de Sotogrande.

Además de las nueve canchas de polo también hay que mencionar otras instalaciones deportivas de calidad como el Puerto Deportivo Sotogrande y la Marina de Sotogrande para los amantes de la vela y los deportes náuticos, que incluye al Real Club Marítimo de Sotogrande entre sus excelentes instalaciones.

Dispone además de clubes de tenis y padel, un centro ecuestre y dos clubes de playa. Esta oferta deportiva y de ocio se completa con una planta hotelera catalogada de alto nivel

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