Ecologistas en Acción ha detectado tres puntos en el Campo de Gibraltar en los que el agua está contaminada por nitratos, compuestos químicos procedentes del uso de fertilizantes artificiales o el uso de los excrementos de animales como estiércol para la agricultura.

En estos tres casos se supera ampliamente el valor límite máximo de 50 mg/l de nitratos en agua permitidos por la norma legal de la Unión Europea y española para el consumo humano. Son en el río del Valle, en la ensenada de Valdevaqueros, en Tarifa (240 mg/l); en arroyo Negro, La Línea (250 mg/l) y en la desembocadura del río Guadiaro, en Sotogrande, (290 mg/l), en una zona de especial protección para las aves y en el paraje natural que forma el estuario.

Aunque el informe no particulariza por zonas, la ensenada de Valdevaqueros es un enclave frecuentado por ganado mientras que los cauces fluviales se encuentran junto a zonas con una alta concentración de fincas agroganaderas.

Estos altos valores también pueden afectar al hábitat de las especies que residen en estos espacios y si no se revierte la solución pueden acabar modificándolos por eutrofización (la explosión demográfica de una sola especie).

Estos valores están recogidos en el informe La contaminación por nitratos y su impacto en el medio ambiente y el agua de consumo humano, publicado recientemente por Ecologistas en Acción. Voluntarios de este colectivo realizaron mediciones de nitratos a lo largo de 2023 en distintos puntos del territorio, entre ellos los tres de la comarca en los que se supera el valor máximo recomendado. En total se hicieron 677 mediciones, y en el 11,81% de las cuales se detectaron valores superiores a 50 mg/l.

Los ecologistas señalan que este ejercicio de ciencia ciudadana pretende informar a las administraciones competentes de aquellas localizaciones en las que se ha detectado una elevada concentración de nitratos para que sean verificados con los medios adecuados. “Y en aquellos casos en los que se confirmen las mediciones realizadas por Ecologistas en Acción se tomen las medidas necesarias para la protección del medio ambiente y de la salud humana”, indican.

Estos tres espacios son lugares que albergan una variada fauna. El estuario que forma el río del Valle en Valdevaqueros está dentro del Parque Natural del Estrecho y es un área de especial protección por ser uno de los lugares más importantes en los viajes migratorios que realizan multitud de especies de aves entre Europa y África cruzando el Estrecho de Gibraltar. En la zona hay aves que residen habitualmente y es lugar de refugio para especies amenazadas como el lagarto ocelado, la nutria, la cigüeña negra o el águila imperial.

Arroyo Negro es el único humedal costero que aún sobrevive en el término municipal de La Línea de la Concepción en el que habitan especies tan interesantes como el salinete, el chorlitejo patinegro o la nutria. El Ayuntamiento puso en marcha un proyecto para proteger y recuperar este espacio por su importancia medioambiental.

El pequeño Paraje Natural del estuario del río Guadiaro es un área de singular geomorfología y de gran riqueza faunística, sobre todo de aves, ya que su emplazamiento coincide con una de las rutas más importantes de las aves migratorias, lo que hace que sea un lugar de tránsito bastante concurrido en los meses de verano. Se han contabilizado hasta 140 especies distintas.

Este enclave ha sido declarado Zona de Especial interés para las Aves, entre las que destacan la garceta común, la garza real e imperial, águila pescadora, espátulas y flamencos, entre otras muchas. En cuanto a fauna piscícola resalta la existencia de la lamprea marina.

Ecologistas en Acción recuerda que la contaminación por nitratos produce efectos adversos para la salud ambiental y humana. El impacto negativo más importante para el medio ambiente es la eutrofización de las aguas superficiales; es decir, el aumento de nutrientes en el agua (nitrógeno y fósforo) que causa que el fitoplancton y otras especies de flora acuática crezcan más rápido. Esto altera el equilibrio del ecosistema acuático. En ocasiones, este crecimiento es tan repentino que puede ser invasivo y se presenta en forma de floraciones, proliferaciones o bloom.

Los ecologistas advierten de que estas floraciones, además de modificar de forma adversa el ecosistema pueden causar otros efectos negativos a la calidad del agua. El exceso de nitratos puede originar el aumento de determinadas especies como las cianobacterias, capaces de segregar toxinas (microcistinas).

Según la especie dominante en la floración, el agua puede adquirir una tonalidad verdosa, verde-azulado, rojiza o parda. La turbidez y la materia en suspensión aumentan, impidiendo que la luz entre a capas profundas, lo que reduce el oxígeno disuelto, llegando a un agotamiento o anoxia, que puede alternar con estados de sobresaturación; se producen malos olores por la emisión de metano y sulfuro de hidrógeno; aumenta el volumen de fangos orgánicos, etc.

La anoxia, que causa la muerte de peces, es uno de los cambios que afectan la vida acuática. La eutrofización también puede fomentar la proliferación de especies invasoras y aumentar significativamente la vegetación asociada con los cauces, etc.