Iulia Traducta y Caetaria, dos enclaves romanos en el litoral de Algeciras

El puerto de algeciras a través de la historia (IV)

El origen de 'Iulia Traducta' es de doble vertiente: una colonia de soldados retirados y núcleo de explotación de nuevas tierras

'Caetaria' se relaciona directamente con la pesca

Planta de la factoría de salazón de pescado de época romana hallada en la calle San Nicolás, nº 3-5, de Algeciras.
Antonio Torremocha

11 de diciembre 2021 - 06:00

En los últimos veinte años, diversas intervenciones arqueológicas realizadas en la meseta situada al sur del río de la Miel han permitido exhumar importantes vestigios de la ciudad que las fuentes clásicas denominaron Iulia Traducta. Se trata de una colonia de derecho romano fundada por Octavio Augusto en el litoral occidental de la bahía de Algeciras, al sur de la desembocadura del río de la Miel, en el año 28-27 a.C. para asentar a soldados veteranos como pago a sus años de servicio al Estado o a individuos que habían protagonizado alguna rebelión en sus ciudades de origen, en este caso trasladados desde la otra orilla, de Tingi y Zelis. Este proceso de repoblación y aculturación de un territorio tenía como objetivo, también, poner en explotación nuevas tierras, pero, sobre todo, extender el modelo de la "urbs romana" en una región, todavía apegada a las viejas tradiciones fenicio-púnicas, que había sido proclive a la República y dado muestras de desafecto al nuevo poder. Como refiere el profesor Salvador Bravo: "La génesis de Iulia Traducta como deductio colonial en la bahía de Algeciras hay que entenderla en esa doble vertiente: de un lado, instaurar un modelo de nueva ciudad y nueva sociedad en una zona bastante castigada por las guerras civiles llena de resentimientos hacia la persona del Princeps; de otro, la implantación de excedentes de la recientemente finalizada confrontación con Marco Antonio".

Según el geógrafo Estrabón: "Tingi tuvo antes por vecina a Zilis; mas, los romanos trasladaron esta ciudad a la orilla opuesta con parte de la población de Tingi, fundando una colonia de ciudadanos romanos que llamaron Iulia Ioza (traducción en el idioma púnico del latino Traducta)". También era conocida como Tingentera (Tingi Altera = la Otra Tingi). El Anónimo de Rávena (siglo VII d.C.) menciona a Traducta situándola entre Carteia y Cetraria (Getares). Antes, la ciudad había sido citada por Marciano de Heraclea (siglo IV d.C.), Plinio el Viejo y Pomponio Mela (siglo I d.C.), este último natural de Iulia Traducta o Tingentera, como él mismo reconoce en su obra De Chorographia. Para vincular la nueva fundación a su persona y a su política, Octavio Augusto le añadió el nombre de su propia "gens": Iulia.

La ceca de Iulia Traducta comenzó a acuñar monedas entre los años 13 y 12 a.C., todas ellas de bronce. Los valores emitidos fueron el dupondio, el as, el semis y el cuadrante. Se han hallado numerosas monedas de esta ceca en ciudades hispanas, pero faltan en la Mauritania Tingitana, lo que se puede explicar porque, siendo el Norte de África una zona con una fuerte proyección económica de Gades y Carteia, los comerciantes de Iulia Traducta, pese al origen mauritano de buena parte de sus habitantes, evitaron entrar en competencia en un mercado consolidado por mercaderes gaditanos y carteyenses.

Reverso de una moneda acuñada en 'Iulia Traducta'.
Lote de monedas del siglo IV d.C. hallado en la factoría de salazones romana de la calle San Nicolás.

Monedas de Traducta se han localizado en la región de Sevilla, en Granada, Almería, Galicia, Asturias y Portugal, lo que indica la gran proyección económica que logró la nueva fundación en los mercados hispanos. El estudio de las monedas conservadas nos pone en contacto con una ciudad en la que imperaba un tipo de economía similar a la que se daba en las vecinas Carteia y Baelo: pesca, industrias de salazón y explotación de los recursos de la tierra, sobre todo la vid y el trigo. Los símbolos que aparecen en las emisiones monetales de Iulia Traducta son racimos de uvas, espigas de trigo, atunes y la corona de laurel. Todos ellos en el reverso, pues el anverso se reservaba para grabar la efigie de Octavio Augusto o de sus nietos Cayo o Lucio.

Aunque los hallazgos del recinto defensivo, estructuras domésticas, testimonios epigráficos o espacios cultuales pertenecientes a la "urbs" han sido, hasta ahora, decepcionantes, no ha sucedido lo mismo con las estructuras industriales (factorías de salazón de pescado) exhumadas en el solar de la llamada Villa Vieja de la ciudad. Después de varias décadas de investigaciones arqueológicas, Iulia Traducta se ha manifestado como una extensa zona industrial colindante con la desembocadura del río de la Miel, en su orilla derecha, constituida por varias fábricas de salazón de pescado de las que se ha conservado una de ellas casi completa, con más de treinta piletas, en un solar de la calle San Nicolás y otras en las que se han documentado varias piletas en el número 1 de la misma calle; dos en el número 7 y otras en el cercano Paseo de la Conferencia y en el Hotel Reina Cristina. Estos espectaculares descubrimientos de estructuras relacionadas con la fabricación y comercialización de salazón de pescado, vienen a confirmar la creencia de que una parte de la meseta situada al sur de la desembocadura del río de la Miel estaba ocupada, en época romana, por un conjunto de fábricas dedicadas a la producción de salsamenta, "garum" y púrpura obtenidos de los túnidos y la malacofauna que se pescaban en el litoral cercano.

Fragmento de “terra sigillata” africana (siglos II-III d.C.) con la impronta de un león rampante hallado en la factoría de la calle San Nicolás.

En el solar que ocupan los números 3 y 5 de la calle San Nicolás es donde se excavó la factoría más extensa, compuesta por una sala de planta rectangular en la que, junto a tres de sus lados, se localizó un total de treinta piletas o saladeros, algunas de ellas rectangulares y otras, más pequeñas, cuadradas. La aparición de tambores de columnas estucados en el exterior del muro perimetral del ala sur indica que las piletas estaban cubiertas para evitar el contacto directo con la luz del sol y la acción de la lluvia. La sala central se halla pavimentada con "opus signinum" y disponía en el centro de un pozo de planta circular que abastecía de agua dulce a la factoría. En el lado norte se descubrió una zona pavimentada que parece revelar la existencia de un pórtico, probablemente situado en el eje viario exterior que se comunicaba con el embarcadero situado en el río. De los materiales hallados en los niveles de colmatación de las piletas se puede asegurar que el complejo fabril comenzó a funcionar en el siglo I d.C y estuvo activo, con algunas remodelaciones, hasta las primeras décadas del siglo V d.C., cuando fue abandonado y vuelto a explotar por los bizantinos a mediados del siglo siguiente.

‘Iulia Traducta’ se erige como una extensa zona industrial en la orilla derecha del río de la Miel

Entre los materiales muebles recuperados destaca un lote de casi mil monedas que se hallaron en los niveles de relleno de las piletas y en otras zonas de trabajo. El conjunto monetal estaba constituido básicamente por numerario del siglo IV d.C. Estas monedas de poco valor nominal debieron utilizarse de manera cotidiana en las pequeñas transacciones derivadas de la vida diaria de los trabajadores de la industria conservera. También se hallaron anzuelos de bronce, agujas para reparación de redes y conchas de moluscos en los niveles de actividad de las mismas, lo que viene a demostrar que, como en las restantes ciudades del "Círculo del Estrecho", la pesca y los procesos industriales a ella asociados para su conservación y posterior comercialización eran las actividades básicassobre las que giraba la economía de la ciudad.

Anzuelos de bronce hallados en la factoría de la calle San Nicolás.
Agujas de bronce para coser redes halladas en la factoría de la calle San Nicolás.

Quizás vinculada con las cercanas factorías de la calle San Nicolás, habría que mencionar la fábrica de salazón de pescado y posible villa romana de Caetaria, situada sobre la ladera y la cumbre de una colina en la ensenada de Getares, junto a la desembocadura del río Pícaro, aún sin excavar. Con el nombre de Cetraria aparece mencionada en el Anónimo de Rávena (siglo VII d.C.), que la sitúa entre Traducta y Mellaria, ubicación que repite la Geografía de Guido (siglo XII d.C.). Para García y Bellidos, el topónimo Cetraria o Caetaria podría estar relacionado con la palabra griega "kelotereia", que significa "pesca de atunes". También es posible que exista una relación del término Cetraria con alguna actividad relacionada con la caza y el aprovechamiento de cetáceos, posibilidad que se incrementa después de haberse hallado dos grandes vértebras de ballena en los yacimientos de Baelo y de Traducta utilizadas como mesa de corte en las factorías de salazón.

Pileta para salazón y aljibe localizada en una colina situada junto a la desembocadura del río Pícaro, en el asentamiento conocido por las fuentes antiguas como 'Caetaria' o 'Cetraria'.

Se han recuperado restos de ánforas, fragmentos de "terra sigillata" y ladrillos que permiten prolongar la vida del asentamiento, según el arqueólogo Michel Ponsich, hasta el siglo VI d.C. En la cima de la colina aparecen restos de dos piletas de salazón, un aljibe y los muros de una vivienda o dependencia de carácter industrial. En la ensenada se recuperó, hace unos treinta años, un cepo de plomo de un ancla romana que hoy se expone en el Museo Municipal de la ciudad.

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