Alisedas del Campo de Gibraltar, el bosque de ribera

El soto del arroyo del Fraile y el del Chapatal, dos de los lugares más emblemáticos de la naturaleza de la comarca

Cada aliso genera unas 240.000 semillas cada año y solo una tiene la posibilidad de convertirse, en veinte o treinta años, en un árbol adulto

Uno de los pulmones naturales del Campo de Gibraltar.
Uno de los pulmones naturales del Campo de Gibraltar. / José C. Peña

Algeciras/Los márgenes de los ríos, arroyos y zonas húmedas dan lugar a un tipo de vegetación muy singular, donde son frecuentes especies como el aliso, álamo, fresno, olmo, sauce o taray. Esta vegetación cumple una importante función en la regulación de la dinámica de los cauces y sus márgenes que permite prevenir inundaciones, evita la pérdida de suelos y es refugio para numerosos animales.

Estos bosques suelen ser lineales, siguiendo el curso de un río en ambos márgenes, formando en muchos casos los típicos bosques en galería. Así, en un corte transversal de un arroyo o río se encuentran cuatro zonas de vegetación:

Plantas acuáticas que viven sumergidas y enraizadas en el lecho o bordes llanos.

Cañaverales, espadañas o carrizos más cerca de las orillas y plantas rizomatosas que fijan los suelos.

Vegetación ripícola propiamente dicha, formada por agrupaciones arbóreas y arbustivas. A veces las crecidas tiran los árboles y rompen las ramas. Sin embargo, todas las plantas ripícolas brotan vigorosamente de cepa o por esquejes, por lo que los daños se reparan rápidamente.

Especies que necesitan humedad edáfica para vegetar, pero que no pueden considerarse en sentido estricto ripícolas. El caso típico en el Campo de Gibraltar es el quejigo andaluz (Quercus canariensis). En Andalucía se dan también los olmos, nogales, arces e incluso fresnos y chopos en las zonas húmedas más alejadas de la orilla. Si bien el árbol ripícola por excelencia es el aliso.

Vegetación en los márgenes de un río.
Vegetación en los márgenes de un río. / Jesús M. Glez.

Los alisos

Los alisos son uno de la decena de árboles más frecuentes de la Península Ibérica. En Andalucía, donde más abunda es en el Campo de Gibraltar y en parte del Parque Natural de Los Alcornocales.

Su madera no es valiosa: es quebradiza, se deforma, se agrieta, se degrada rápidamente y se pudre en poco tiempo. Tampoco es buena para el fuego porque se quema a toda velocidad. En este sentido, sí es útil para los artesanos del vidrio, calcineros y los panaderos, cuyos trabajos que requieren una llamarada rápida y fuerte.

La madera de los alisos se usa para la confección de objetos de poca duración como zuecos y madreñas, mangos de cepillos, rodillos, cajas de pescado o lápices. Aunque su madera es muy buscada para ebanistería y taracea, por la belleza de sus nódulos radicales, así como por su corteza para curtiente. Hoy en día su principal papel es el de protector y fertilizador del suelo.

La población de alisos del planeta permanece más o menos estable. Según un sondeo de la Oficina Mundial del Bosque, sus efectivos no tienen tendencia a aumentar. Eso significa que cada uno de ellos solo necesita “un hijo” para reemplazarse cuando muera. Cada árbol genera unas 240.000 semillas cada año y solo una tiene la posibilidad de convertirse, en veinte o treinta años, en un aliso adulto. Para germinar, la tierra debe permanecer constantemente húmeda durante 30 días, como mínimo, tras la primavera.

Un arroyo por medio de una arbolada.
Un arroyo por medio de una arbolada.

Los alisos, en cuanto germinan, deben recibir agua abundante. El 80% de sus raíces son canalizadores verticales que se sumergen en lo más profundo de la tierra en busca del precioso líquido. Y en terreno seco pueden llegar a descender de esta manera hasta 3,80 metros de profundidad. Estas raíces son grandes protectoras de la estabilidad de orillas de arroyos y ríos. Hacen simbiosis con una miríada de hongos y consolidan el terreno en las orillas.

Los alisos no son excesivamente longevos. Viven unos 100 años y tras su desaparición dejan el terreno más enriquecido a como se encontraba en el momento de su nacimiento.

Una de las alisedas más emblemáticas del Campo de Gibraltar es el soto del arroyo del Fraile. Este soto, que circula junto al casco urbano de Castellar, es muy rico en diversidad de vegetación: fresnos, sauces, laureles o saucos, si bien el 90% de la arboleda está compuesta por alisos.

A finales de los 90 del siglo pasado, hubo un proyecto de canalización de este soto provocado por las inundaciones que dañaban las casas cercanas. Sobre este tema y la riqueza de biodiversidad se publicó un artículo en la revista Almoraima nº 23 (año 2000).

Y otro soto de aliseda importante en el mismo término municipal lo conforma el soto del Chapatal (Sotogordo), convirtiendo a las alisedas en otro de los valores naturales del Campo de Gibraltar.

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