La arquitectura de La Línea de la Concepción (y IV)

Algeciras/La Iglesia de Pío X de La Línea muestra una fachada dividida en tres cuerpos, con el campanario a su izquierda. Cada lado muestra un perfil inclinado en su parte superior. En ambos cuerpos se abren, en su parte alta, sendas ventanas adinteladas, orladas con molduras lisas. El cuerpo central, donde se abre la puerta de acceso adintelada, es de mayor altura y destaca una gran moldura en forma de cruz. En el campanario se abre una gran celosía de mampostería que ocupa unos dos tercios de su altura.

Los interiores de este templo, al igual que el de la Parroquia de San Pablo, tratada en la anterior entrega de este artículo, son sencillos, según el gusto de aquella época.

Otro templo cuya arquitectura es significativa es el de la Parroquia de San Bernardo. En él destacan las dos torres campanario que se yerguen a cada extremo, coronadas por sendos chapiteles revestidos de azulejos que combinan el blanco y el azul. Estos campanarios se adornan con unas finas cornisas y en ellos se abren los vanos adintelados de las campanas. Sobre ellos destacan sendas molduras con arcos de medio punto. La puerta de acceso es adintelada y sobre el dintel se abre un gran ventanal con vidrios, cerrado por un arco de medio punto.

Otro edificio de los años cincuenta o sesenta es el de la Hacienda Municipal, cuya fachada muestra un paramento convexo, dividido en tres cuerpos por unas falsas pilastras formadas por varias fajas de molduras superpuestas, en cuyo centro se abre la puerta de acceso enmarcada con una gruesa moldura en sus jambas y cuyo dintel se corona con un arquitrabe formado por varias fajas de cornisas. Otras falsas pilastras flanquean el paramento. El pretil de la azotea se adorna con pináculos en forma de pequeños obeliscos. Representa el gusto de la época que pretendía recuperar estilos clásicos en la arquitectura.

Para terminar el recorrido por la arquitectura de los años cincuenta y sesenta, he de mencionar la iglesia del Colegio de los Salesianos. Su puerta de acceso es adintelada y está rodeada por molduras en forma de cuadros. En la parte alta se abre una gran ventana rectangular en vertical, enmarcada por un panel de azulejos vidriados policromados que representan principalmente las imágenes de María Auxiliadora y de San Juan Bosco.

Los años setenta aportan un nuevo estilo arquitectónico basado en la vuelta al racionalismo; es el llamado estilo funcional, muy reacio a los adornos en las fachadas. En muchas calles del casco antiguo se construyen edificios de varios pisos, que sustituyen a las primitivas casas de una sola planta, los cuales muestran ese estilo totalmente funcional característico de la arquitectura de hace cincuenta años.

Así, en la Plaza de la Constitución destaca la alta torre de catorce o quince pisos, que sobresale significativamente del resto de las construcciones. De este estilo, pero de menor altura surgen por el casco antiguo de la ciudad gran número de edificios. Es una arquitectura de nulo valor artístico, pero era la arquitectura “moderna”, la cual se extiende por todas las ciudades de España.

Dentro de esta arquitectura funcional se encuadra la Iglesia de San José, un edifico de planta poligonal, cuyos paramentos son de ladrillos vistos y en los que se abren la puerta de acceso al interior y unos vanos rectangulares adintelados en vertical. Su interior es muy sencillo. Otro edificio de este tipo racionalista es el que ocupó hasta hace poco tiempo el Museo de Cruz Herrera y actualmente es sede la Casa de la Cultura. En su fachada destacan sus ventanas oblicuas con respecto al paramento recto de la construcción. En el extremo derecho se abren vanos rectangulares en un pequeño retranqueo de la fachada y en la esquina, vanos rectangulares en vertical. Todos estos vanos son adintelados.

En 1998 se construye la Iglesia de Santiago Apóstol, que sigue las mismas líneas de la arquitectura funcional de las décadas anteriores. Ante la puerta de acceso al interior se levanta un pórtico sostenido por cuatro delgados pilares cilíndricos, sobre unas gradas. En la parte baja de la fachada a ambos lados de este pórtico, se abren una serie de vanos rectangulares verticales, y en lado derecho se levanta una estructura cilíndrica, a modo de torre, coronada por una cruz de metal. En el presbiterio se encuentra unos paneles decrecientes en forma simétrica, adornados con cuadros. En el centro se alza un crucifijo.

En la última década del siglo XX y primeras del XXI se construyen unos edificios que muestran en sus fachadas ciertos elementos decorativos inspirados en la arquitectura clásica o tradicional. Ya no son los edificios tan faltos de originalidad de la década anterior. De entre estos edificios que responden a una nueva interpretación de la arquitectura cabe destacar los siguientes.

En la calle Clavel encontramos un edificio bastante significativo; de cuatro plantas, el cual luce en su fachada en cada una de sus dos primeras plantas altas cuatro vanos adintelados cuyos antepechos se decorarán con molduras, los otros vanos se abren a balcones cuyos voladizos se asientan en repisas con molduras de sección escalonada. Dos amplias molduras coronadas por frontispicios triangulares que ocupan la altura de estas dos plantas sobresalen en los paramentos laterales. La última planta presenta un balcón corrido al que se abren dos vanos, flanqueado por dos ventanas con su antepecho decorado con molduras. Estos vanos se cierran con arcos escarzanos. El edificio corona con una gruesa cornisa de varias fajas, en cuyo centro se alza un gran frontón triangular, sobre el que se yergue un gran pináculo.

Otro edificio muy elegante se encuentra en la calle San Pablo. Consta de cinco plantas y en sus fachadas alternan varios vanos, todos adintelados. Unos son ventanas, algunas de las cuales se adornan en la parte superior con cornisas, otros son balcones con antepechos de balaustres y en tercer lugar destacan las hileras de miradores de mampostería, destacando las columnas de los extremos en la cuarta planta, coronados por frontones triangulares. En este edificio sobresale sobre todo su esquina achaflanada, en la que se abren tres balcones de perfil convexo, con balaustradas; está flanqueada por molduras a modo de pilastras y sobre sendos podios se encuentran dos bustos, en la tercera planta; esta esquina se corona con una estatua sobre un podio.

Otro edificio muy significativo es el que se levanta en la Plaza de la iglesia de la Inmaculada, esquina con la calle Duque de Tetuán. Consta de cinco plantas y en las tres superiores, destacan las molduras que a modo de falsas pilastras resaltan las esquinas y los cuatro grandes florones que sobresalen en cada extremo del pretil de su azotea. En estas plantas se abren una serie de balcones, cuyos vanos son adintelados, y en las tercera y cuarta, también unos miradores que imitan a los de la arquitectura tradicional gaditana y malagueña.

En la avenida de España, frente a los jardines de Saccone, podemos admirar un magnífico edificio de cinco plantas, en el que tambien destacan las tres superiores, que están adornadas en su extremos por pilastras de fuste acanalado y la fachada que mira a esta avenida consta de tres cuerpos, el del medio muestra un paramento de perfil convexo en el que se abren una serie de vanos rectangulares verticales muy alargados, que rompe totalmente con el estilo clásico del resto del edificio.

Los cuerpos laterales y la fachada que mira hacia una calle perpendicular se coronan con una gruesa cornisa de varias fajas, sobre la que discurre el alero de la azotea, sobre modillones. En estas fachadas se abren una serie de ventanas con molduras y frontispicios semicurvos, cuyos alféizares se apoyan sobre modillones. Los otros vanos se abren a balcones, con antepechos de elaborada rejería y cuyos voladizos se sostienen sobre ménsulas. Sobre sus dinteles resaltan frontispicios triangulares.

En la Plaza de Fariñas se encuentra un edificio de seis plantas en cuya fachada destacan sus ocho miradores inspirados en la arquitectura tradicional gaditana y malagueña; en los demás vanos alternan las ventanas y los balcones , rodeados de molduras planas. También hay que reseñar los tres grandes frontones triangulares que adornan la parte superior del edificio.

Para concluir, comentaré tres edificios: El del nuevo Ayuntamiento, el del Palacio de Congresos y Exposiciones y el del Hotel AC Los dos primeros son ejemplos de la arquitectura racionalista más funcional.

El primero, de tres plantas, muestra una parte de base circular, lo que genera un medio cilindro, dividido a su vez en dos cuerpos: uno muestra en su paramento una serie de ventanas adinteladas sin molduras y la otra parte, en dos pisos, una gran cristalera; debajo se abre un pórtico con pilares cilíndricos.

El segundo, muestra en gran parte de su fachada principal un cerramiento acristalado segmentado en cuatro cuerpos por los pilares del edificio, ante el cual se levanta una estructura que parece un andamiaje, con plataformas horizontales. Sobre esta cristalera encontramos cuatro vanos ciegos, con paredes oblicuas. Estos dos edificios representan la arquitectura racionalista en su estado puro.

Por último, el edificio del Hotel AC, aunque pertenece a la arquitectura funcional, muestra una cierta originalidad. Consta de cinco pisos y en sus paredes se abren gran cantidad de vanos, en los que se alternan tanto los arcos escarzanos como los de medio punto y cuyos antepechos consisten en una celosía. Destaca las hileras de miradores, dos en una fachada y cuatro en la otra, coronados por sendos frontones triangulares. Lo más destacable es su esquina de perfil convexo o semicircular, en la que se abren unos miradores donde se alternan los arcos de medio punto y escarzanos; cuyo voladizo se apoya en ménsulas y se coronan con un alto copete ojival, muy puntiagudo.

En este reportaje he pretendido realizar un estudio de la arquitectura linense, según su estilo y época. Queda mucho por comentar, pero eso lo dejo en manos de otras personas más expertas que yo.