La Fiscalía de Algeciras pide 22 años de cárcel para un estadounidense por el asesinato con alevosía de su esposa en 2021 en La Línea
Michael Martin Hoseyni será juzgado por un jurado popular a partir del 13 de enero de 2025, acusado de matar a Yana Rose el día de Navidad de hace tres años y de enterrar su cadáver en Alzira
Un detenido por intento de homicidio en Tarifa al quemar una casa prefabricada en un supuesto ajuste de cuentas por drogas
Algeciras/El asesinato hace ahora casi tres años, en La Línea de la Concepción, de Yana Rose a manos presuntamente de su marido, Michael Martin Hoseyni, atrajo la atención de medios de comunicación de medio mundo por el perfil del supuesto asesino y de su víctima -dos ciudadanos nacionalizados en EEUU: él, de origen iraní; ella, rusa-, la crudeza del crimen, el largo e inexplicable recorrido que el acusado realizó con el cadáver en el maletero de un coche y la rápida resolución del caso por parte de la Policía Nacional en estrecha colaboración con el FBI.
La celebración del juicio ha quedado fijada por la Sección 7ª de la Audiencia de Cádiz, con sede en Algeciras, para el 13 de enero de 2025 y se desarrollará mediante un jurado popular a lo largo de varias sesiones. La Fiscalía de Algeciras pide para el único acusado una pena de prisión de 22 años por el delito de asesinato con alevosía, además del pago de una indemnización de 100.000 euros para los padres de la fallecida, ambos de nacionalidad rusa, como responsabilidad civil.
Los hechos tuvieron lugar en un momento indeterminado, entre los días 25 y 26 de diciembre de 2021, en unos apartahoteles situados en la urbanización linense la Alcaidesa, aunque en algún momento se especuló con que el crimen había tenido lugar en Sotogrande, en el vecino municipio de San Roque.
“Durante esa estancia […] el acusado, en actitud extremadamente agresiva y violenta, tras propinarle varios golpes y con intención de acabar con su vida, estranguló con sus propias manos a Yana”, indica el escrito de acusación formulado por el fiscal de Violencia sobre la Mujer de Algeciras, Gonzalo Fernández Jordá, al que ha tenido acceso Europa Sur.
"Yana se encontraba en el suelo como consecuencia de la gran fuerza de los golpes empleados, de modo que no tuvo posibilidad de defenderse ni de pedir ayuda”, señala la Fiscalía
“El estrangulamiento fue realizado por el acusado cuando Yana se encontraba en el suelo como consecuencia de la gran fuerza de los golpes empleados, de modo que no tuvo posibilidad de defenderse ni de pedir ayuda”, señala la Fiscalía, que acompaña su escrito de una pormenorizada relación de las múltiples lesiones que presentaba el cuerpo de la fallecida.
Desde su detención el 29 de enero de 2021, Michael Martin Hoseyni, que en aquel momento contaba con 55 años de edad, se encuentra en prisión provisional, situación que se prorrogará hasta la celebración del juicio. Su esposa tenía 40.
De ruta por Europa
El matrimonio regentaba un rentable negocio de coches en Denver, en el estado de Colorado, y en agosto de 2021 se decidió a realizar una gira por varios países europeos. A lo largo de varios meses visitaron Albania, Bulgaria, Macedonia, Croacia, Italia, Francia y España. En la Alcaidesa reservaron una semana de alojamiento en el apartahotel, entre el 21 y el 27 de diciembre, para pasar junto al mar las fiestas navideñas.
El asesinato de Yana se produjo el 25 o el 26. Ese último día, la madre de la asesinada telefonea desde Rusia a su yerno y este le cuenta que ha tenido una discusión muy fuerte con su esposa y que esta se ha marchado enfadada. No sabe dónde se encuentra, asegura a su suegra. Esta sospecha que algo muy grave ha ocurrido, sensación que se acrecienta cuando Hoseyni le informa en un mensaje de WhatsApp que se dirige a Milán en coche, un BMW, donde la pareja lo había alquilado, para tomar desde allí un vuelo que le lleve de regreso a Denver.
Varias de las amigas de Yana, con las que mantiene contacto habitual, tampoco saben nada de ella desde poco después de llegar a Cádiz. Fue una de ellas, con la que la fallecida había quedado en Valencia, la que dio la voz de alarma tras obtener del esposo las mismas vagas explicaciones sobre la pelea y la marcha de Yana. El 9 de enero acudió a una comisaría de la Policía Nacional y denunció la desaparición de Yana.
Inicio de la investigación
El grupo de Desaparecidos de la Unidad Central de Delincuencia Organizada y Violenta (UDEV) se pone manos a la obra y se desplaza hasta los apartamentos donde se había visto a la pareja por última vez. Una cámara de vigilancia cercana al complejo turístico capta a Hoseyni, la noche del 26 de diciembre, arrastrando por los tobillos el cuerpo de su mujer e introduciéndolo en el maletero del coche.
Las grabaciones permiten también ver al matrimonio durante la mañana del día 25 entrando y saliendo del apartamento, pero cuando llega la tarde ya sólo se ve al hombre. Por esto los investigadores consideran que Yana pudo morir el mismo día de Navidad. Aunque la pareja había alquilado la vivienda un día más, esa misma jornada Hoseyni se pone en marcha con el cadáver de su mujer en el maletero.
La Policía localiza el BMW alquilado gracias a que cuenta con un geolocalizador: el acusado había recorrido más de mil kilómetros, viajando desde Cádiz hasta Tarragona donde, sin una explicación aparente, se había dado la vuelta para dirigirse a Valencia.
Gracias a la información de las tarjetas de crédito, los agentes comprueban que Hoseyni se alojó el 27 de diciembre en un hotel de Valencia, donde permaneció varios días, y que desde esa fecha se había desplazado a Alzira en varias ocasiones.
Camino a Alzira, el acusado compró en un hipermercado de bricolaje al pie de la V-31, en Massanassa, una pala, un palote (una herramienta de jardinería más plana que la pala), un hacha y unos guantes
Según la investigación, Hoseyn dejó el cuerpo desnudo de Yana en una esquina de una parcela, en la zona de Torretxó, y lo cubrió con ramas. Luego se fue a Valencia y buscó el hotel. Un día después, de camino a Alzira, paró en un hipermercado de bricolaje al pie de la V-31, en Massanassa, y compró una pala, un palote (una herramienta de jardinería más plana que la pala), un hacha y unos guantes. La cámara de la caja en la que pagó captó perfectamente su imagen. A partir de ese momento fue cavando la tumba durante varios días, hasta que consideró que tenía la profundidad suficiente para ocultar el cuerpo de su mujer. Tras enterrarla, huyó.
Diez días después, el 21 de enero, agentes de los grupos de Homicidios de Valencia y de la Comisaría General, junto a un equipo mixto de Policía Científica de Valencia y de la central, recuperaron el cadáver de Yana.
Hoseyni había seguido su ruta por Europa y vuelto a Milán, donde dejó el coche en el aeropuerto. El 11 de enero tomó un avión a Londres, desde donde voló a Nueva York. Su destino fue Sheridan, un pequeño pueblecito de Denver, el hogar de la pareja.
Entretanto, la Policía hallaba en el coche de alquiler restos de ADN de Yana y arena del terreno de Alzira donde se enterró el cadáver. Los agentes solicitan entonces la colaboración del FBI, que reveló un dato importante: Michael Hoseyni había sido denunciado por maltratar a su esposa, al menos, en una ocasión anterior.
El FBI comienza a seguir los pasos del sospechoso y constata, curiosamente, que Hoseyni ha comprado un billete de vuelta a España. Aterriza en Madrid el 28 de enero, apenas una semana después de que se hubiera descubierto el cadáver, y es detenido. Días después, ingresó en la prisión Puerto II.
Los investigadores no tienen aún claro por qué regresó. “No sabemos si quería ocultar algún cabo suelto, restañar algún descuido, denunciar la desaparición de su mujer, o simplemente ser juzgado en España por el crimen”, en vez de en EEUU, comentan.
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