El calentamiento global desplaza a los tiburones hacia las costas españolas

MEDIOAMBIENTE

El catedrático de Biología Marina, José Carlos García Gómez, considera improbable que los escualos lleguen a las playas del Campo de Gibraltar, aunque añade que, si lo hicieran, sería a las de Tarifa o la de Levante de La Línea

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Un banco de tiburones en Málaga. / Rubén Olóriz
G. Sánchez-Grande

08 de julio 2023 - 10:42

El avistamiento de tiburones en zonas excesivamente cercanas a la costa ha alertado a los bañistas de diversos puntos de España, tanto en el Mediterráneo como en el Atlántico. El inusual comportamiento de los escualos este verano ha saltado a la prensa internacional, especialmente la británica, que recomienda a sus seguidores que tengan cuidado en caso de viajar a nuestras playas en los próximos meses.

El catedrático de Biología Marina de la Universidad de Sevilla, José Carlos García Gómez, natural de La Línea, aporta una explicación a este fenómeno que está generando nerviosismo entre la población, en su opinión, de manera infundada. Incluso se están cancelando reservas de hoteles por parte de turistas extranjeros por el alarmismo.

Una de las hipótesis que baraja este experto es que el calentamiento global ha provocado cambios en las corrientes marinas y, a su vez, en los movimientos migratorios de muchas especies, como los tiburones, que no encuentran comida donde antes sí lo hacían.

Este catedrático pide, no obstante, que se mantenga la calma: "Los tiburones respetan al nadador y buceador de superficie y huyen de él una vez lo identifican", asegura el investigador. Sin embargo, "si haces movimientos bruscos y anormales, ello les atrae, como si se tratara de una presa agonizante, huyendo o debatiéndose", ilustra el linense, quien recomienda a los bañistas no darle la espalda al animal ni mostrar temor. Igual que sucede con los perros.

Finalmente, el investigador pide que acabe la "leyenda negra" que acompaña a los escualos desde que Steven Spielberg estrenara su popular película de suspense en 1975. "Las mordeduras por parte de un tiburón son anecdóticas", zanja.

Marea alta en la playa de Los Lances, en Tarifa. / Erasmo Fenoy

Tiburones en las playas del Campo de Gibraltar

Sobre la posibilidad de avistar un tiburón en alguna playa del Campo de Gibraltar, García Gómez cree que podría suceder en las ubicadas frente a "mar abierto", como la de Levante de La Línea o las de Tarifa. Aunque en un principio el catedrático descarta las zonas cerradas o semicerradas de la Bahía de Algeciras, puntualiza: "En la parte más profunda, la central, donde se encuentra el cañón submarino y hay muchos delfines, sí que podrían verse ocasionalmente tiburones por la presencia de alimento".

"Durante la marea vaciante hay ascenso de agua, afloramientos o upwellings, que fertilizan la zona superficial, razón por la cual los delfines se establecen generalmente sobre esa zona. Por eso, si entrasen tiburones en la Bahía de Algeciras, sería difícil avistarlos, pero se acercarían por ese área", explica.

José Carlos García en el puerto deportivo de Alcaidesa Marina, en La Línea, su ciudad natal. / Jorge del Águila

El biólogo marino cuenta que el tiburón peregrino, que es planctófago e inofensivo, sí se ve con cierta frecuencia cerca de la costa en el Estrecho, pues es migratorio. Asegura, además, que también se ha llegado a divisar el tiburón blanco en la Isla de Tarifa y se ha capturado accidentalmente en la almadraba de Barbate.

Un vistazo a la hemeroteca de Europa Sur, desvela que, en el verano de 2009, Gibraltar prohibió el baño en todas sus playas tras ser avistado un tiburón blanco, mientras que en 2010, la presencia de un tiburón azul obligó a desalojar Torrecarbonera, en San Roque. En 2020, ondeó la bandera roja en Sotogrande por la aparición de un tiburón de pequeño tamaño. Son los últimos avistamientos en la comarca.

Como curiosidad, el primer ataque de un tiburón registrado en España se produjo el 18 de marzo de 1986, en Tarifa. La victima practicaba windsurf a unos 300 metros de la playa cuando el escualo le hizo perder el equilibrio. El tiburón, al parecer blanco, le mordió la pierna y la gravedad de las heridas provocó que a la víctima tuvieran que amputarle el pie derecho.

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