La candidatura de Carteia e Iulia Traducta para el Sello de Patrimonio Europeo
PATRIMONIO
Nos queda mucho, pero si entre todos empujamos, el proyecto puede ser estratégico para una comarca tan maltratada como la del Campo de Gibraltar
Los arqueólogos, preocupados por el cierre de Carteia, piden su recalificación para dotarlo de presupuesto y personal
El Consejo de la Unión Europea, el 20 de noviembre de 2008, decidió crear el Sello de Patrimonio Europeo (Decisión 1194/2011/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 16 de noviembre de 2011). La idea era, sobre todo, promover los valores europeos, concediendo la distinción del Sello de Patrimonio Europeo a “los monumentos, los sitios arqueológicos, subacuáticos, naturales, industriales o urbanos, los lugares de memoria, los paisajes culturales, el patrimonio contemporáneo o el patrimonio inmaterial, asociados a un lugar, que hayan desempeñado un papel fundamental en la historia de Europa, de la integración europea o de la Unión”.
El Movimiento Europeo ha promovido la candidatura de Carteia y Iulia Traducta para la consecución del Sello de Patrimonio Europeo. El Movimiento Europeo es una organización de dimensión internacional que tiene como propósito fundamental facilitar, desde la sociedad civil, la integración europea, (fue la impulsora del Consejo de Europa y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos). Fue fundada en el Congreso de La Haya, presidido por Winston Churchill, en 1948. La han presidido después, entre otros, Robert Schumann o Valery Giscard d'Estaigne y han participado intensamente Konrad Adenauer o François Miterrand.
Del IV Congreso celebrado en Alemania, conocido como Contubernio de Munich, formaron parte ya numerosos españoles. Hoy día, se integran en su Consejo, Josep Borrell, Massimo D'Alema, Jacques Delors o José Manuel Durão Barroso, por citar sólo a algunos.
Pues bien, el Consejo Federal Español del Movimiento Europeo, presidido actualmente por Francisco Aldecoa Luzarra, se ha planteado, a instancias del Consejo Andaluz del Movimiento Europeo (CAME) -en cuya directiva me integro como Vocal de Cultura y Patrimonio- la iniciativa de promoción del Sello de Patrimonio Europeo para los enclaves arqueológicos de Carteia y Iulia Traducta.
¿Por qué nos planteamos esta candidatura?
Carteia
La ciudad de Carteia fue fundada por los púnicos a mediados del siglo IV a.C. La segunda guerra púnica marcará un hito en su devenir histórico ya que hizo que terminara siendo parte de las ciudades dediticias (rendidas a Roma), tras la finalización de ésta en 206 a. C.
Sin embargo, treinta años más tarde, en 171 a. C. será la elegida para llevar a cabo uno de los hechos más singulares de la historia del derecho romano y que aún hoy día está sujeto a discusión por insignes romanistas. En un alarde de ingeniería jurídica sin par, el pretor de la Bética, Lucio Canuleio, (por tanto, el representante de la autoridad romana) decidió llevar a cabo la deductio de la ciudad, esto es, la fundación “jurídica” de la urbe para dotarla de un nuevo estatuto. Para ello manumitió a personas que se encontraban en un limbo jurídico pues eran hijos de ciudadanos romanos y de mujeres hispanas, probablemente esclavas. La genialidad de Canuleio y que marcará el devenir histórico de la ciudad y la zona fue proceder a la regularización jurídica de estas personas y dar la opción a los habitantes de Carteia que quisieran quedarse y regirse por el derecho latino. Esto es un hápax, un caso único en la historia antigua. Un ejemplo de integración jurídica y de fusión de culturas. Jamás se había hecho nada igual. Los efectos fueron inmediatos: la ciudad pasó de tres hectáreas a más de veintidós y fue protagonista de cuantos hechos relevantes sucedieron en ese proceso que conocemos como romanización, especialmente durante el cruento siglo I a. C. Personajes como Julio César, Octavio Augusto o los hijos de Pompeyo, pasaron por su solar.
La opción por el bando perdedor en la última contienda civil le acarreó una gradual pérdida de influencia, que no de potencia urbanística ya que durante los siglos I y II se llevan a cabo potentes acciones en ese ámbito (teatro, circo, termas, etc). Su decadencia llegó en la Tardoantiguedad (siglos VI–VII) cuando el espacio foral viene utilizado como necrópolis, así como las termas, claro indicador de que la ciudad no funcionaba como tal. Durante la conquista musulmana tenemos el dato comentado por las fuentes de que la primera oración que realizaron las tropas se llevó a cabo en su solar.
Iulia Traducta
Por su parte, la ciudad de Iulia Traducta fue fundada en torno al año 28 a. C. para dar respuesta a una serie de problemas que el nuevo gobernante de Roma, Octavio, tenía en ciernes. Por una parte, tenía un excedente de veteranos generados por incesantes años de luchas intestinas, ciudadanos romanos a los que había que darles tierras como pago por sus servicios. La mayoría las querían en Italia, pero es cierto que muchos otros preferían comenzar una nueva vida en territorios donde mezclarse con las poblaciones autóctonas.
La presencia de Carteia, ciudad de notable prestigio que había tomado partido en la guerra civil por el bando senatorial, obligó a Octavio a hacer una “limpieza” de clientelas pompeyanas mediante la probable confiscación de tierras para colocar a sus veteranos leales en la zona. Para ello, llevó a cabo la creación de la ciudad de Iulia Traducta, a la que le dio su propio apellido en el territorio de la poderosa Carteia y utilizó para habitarla con sus veteranos junto a gentes trasladadas desde las ciudades de Tingi y Zelis, en el actual Marruecos.
Esto se convierte en un hecho singular de primer orden porque, aunque conocemos traslados poblacionales en la zona, el hecho destacado reside en hacerlo para llevar a cabo una deductio, una fundación colonial que sirviera de ejemplo a otro núcleo políticamente hostil. Iulia Traducta, al igual que otras ciudades de su entorno, crecerá debido fundamentalmente a una floreciente industria de productos haliéuticos de la que se conservan numerosos ejemplos en su solar, como factorías de salazones, entramado urbano, necrópolis, etc.
Ciudades de hombres libres
Los habitantes de Carteia y de Iulia Traducta fueron, pues, hombres libres, con estatuto jurídico, sometidos al ius latii, con derechos como el ius suffragiorum, el ius honorum, el ius commercii, el ius connubii y el ius migrationis. Todos estos derechos, con matices diferentes, son esencialmente derechos incorporados a la ciudadanía europea que disfrutamos actualmente.
Vistos los elementos históricos y su conexión con los principios y valores de la Unión Europea, el Consejo Federal Español del Movimiento Europeo, a través del Consejo Andaluz (CAME), decidió promover esta candidatura de Carteia y Iulia Traducta para el Sello de Patrimonio Europeo. El nombre de la candidatura, para que fuera comprensible en su objetivo, fue Carteia y Iulia Traducta: ciudadanía europea, integración y transculturalidad.
Estuvimos discutiendo intensamente si ampliar la candidatura con Baelo Claudia, con el que se cerraría el tridente campogibraltareño. Sin embargo, hubo dos razones potentes que nos permitió excluirla, a pesar de su envidiable posición medioambiental, elemento tan querido por la Comisión Europea. Las dos razones fueron que el hecho de que haya constancia histórica de que en Baelo Claudia se utilizaron instrumentos jurídicos innovadores como los “contratos en origen” para los inmigrantes temporeros (para el servicio a las almadrabas) no nos era suficiente, además de que era jurídicamente hablando, un conjunto arqueológico, que disponía ya de seguridad jurídica y presupuestaria suficientes.
Allanar el camino
Finalmente, sobre todo en mi calidad de campogibraltareño y de enamorado de Carteia y de Iulia Traducta, el CAME me solicitó el liderazgo de esta candidatura. Para ello, me puse en contacto inicial con arqueólogos, historiadores, funcionarios de cultura, etc. para perfilar las ideas (Pedro Rodríguez Oliva, Alejandro Jiménez Hernández, Rafael Jiménez-Camino, Darío Bernal Cassasola, Salvador Bravo, Margarita Díaz, Francisco Alarcón Castellano, Mirian Díaz Cañizo, Rosario Arias, Juan Carlos Guzmán). En segundo lugar, con todas las autoridades locales para conocer el grado de apoyo e interés (alcalde de Algeciras, presidente de la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar y concejala delegada de Cultura de Algeciras). En tercer lugar, con grupos culturales, intelectuales de la zona, etc. para conocer si ello despertaría aspectos positivos de la candidatura en la cultura de la zona (imposible nombrarlos a todos por lo que dejo constancia de ello, sin mencionar a ninguno).
Desgraciadamente, no pude contar ni siquiera con una reunión de cortesía, con el alcalde de San Roque, que no dispuso de tiempo para recibirme. Dejo constancia de ello.
La presidenta del Consejo Andaluz del Movimiento Europeo (CAME), Maricruz Arcos y la secretaria general, Isabel Jiménez, se pusieron en contacto con las autoridades relevantes de la Junta de Andalucía, comunidad autónoma que tiene las competencias para promover estas iniciativas.
Allanado este camino, yo mismo me puse en contacto directo con la entonces consejera de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía, Patricia del Pozo, quien me recibió en el Palacio de Altamira, en Sevilla, sede de la consejería y, después, en el Palacio Miguel de Mariño, con el director general, Miguel Ángel Aráuz Rivero, en una dimensión más técnica.
De todos no recibí más que agradecimiento, impulso y facilidades.
Presentación de la candidatura
Una vez que se conformó la candidatura, la Junta de Andalucía decidió presentar formalmente al Consejo Nacional de Patrimonio, del Ministerio de Cultura y Deportes, la candidatura de Carteia y Iulia Traducta: ciudadanía europea, integración y transculturalidad en el formato de sitio temático nacional. Se decidió expresamente que no hubiera ninguna otra candidatura andaluza para reforzar la nuestra.
El Ayuntamiento de Algeciras facilitó todo lo posible para que la candidatura fuera un éxito. De hecho, al tener necesidad de disponer de una sede oficial, nos ofreció el Edificio Pérez Villalta, imponente inmueble que fue muy aplaudido en el Consejo Nacional.
La Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía me pidió que fuera yo el responsable de dirigirme al Consejo Nacional de Patrimonio, lo que quise hacer por videoconferencia desde la ciudad de Algeciras, por estar aún la situación pandémica activa. Acompañé en esta reunión a Juan Manuel Becerra, jefe del Servicio de Patrimonio Histórico y Documental de la Junta de Andalucía, quien facilitó todos los medios y me cedió la palabra, en nombre de la Comunidad Autónoma de Andalucía.
El informe fue positivo, pero, en efecto, la candidatura de Carteia e Iulia Traducta era poco competitiva si consideramos la fortísima candidatura del Monasterio de Yuste, con la que sólo la dimensión presupuestaria, la hizo completamente irrisoria. Finalmente, por tanto, la candidatura no prosperó porque sólo podíamos mostrar un Lugar de Memoria y contábamos con un presupuesto escaso.
Volver a empezar
No obstante, el hecho de que el Ministerio de Cultura no retuviera nuestra candidatura para ser presentada a la Comisión Europea, no nos ha hecho decaer en la continuación del proyecto para la próxima edición. Es verdad que la Consejería de Cultura ha cambiado, incluso de nombre. Volvemos a empezar, pero no vamos a decaer.
Ahora estamos promoviendo que el enclave arqueológico de Carteia y el BIC de Iulia Traducta cambien sus estatus jurídicos al de Conjunto Arqueológico, que permita disponer de una dirección, un equipo de arqueólogos, técnicos, plan-director, proyectos de investigación, de consolidación, de excavación, etc. Nos queda mucho, pero si entre todos empujamos, el proyecto puede ser estratégico para una comarca tan maltratada como la del Campo de Gibraltar.
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