Así actuaba el clan del Messi del hachís en el Guadalquivir: astillero de narcolanchas en Málaga y botaduras junto al estadio de La Cartuja

Algeciras/Declarado en rebeldía, las sospechas policiales apuntan a que Abdellah El Haj, el Messi del hachís, reside felizmente y sin temor a ser detenido en Marruecos desde que en marzo de 2019 se diera a la fuga en España. En aquel momento se encontraba en situación de libertad bajo fianza de 80.000 euros, a la espera de varios juicios por delitos vinculados todos ellos al tráfico de hachís. No obstante, el rastro de su actividad se mantiene aún a la orden del día en los tribunales de justicia.

En Algeciras, por ejemplo, la Sección 7ª de la Audiencia de Cádiz está pendiente de emitir sentencia tras el juicio celebrado los pasados meses de septiembre y octubre contra una veintena de integrantes de uno de los clanes bajo su mando, que operaba fundamentalmente en las costas del Campo de Gibraltar.

La segunda vista oral de la que se tiene noticia, contra 35 presuntos integrantes de otro de sus clanes, tendrá lugar en la Audiencia de Sevilla. Este grupo, comandado igualmente por quien fuera el mayor narcotraficante del Estrecho, actuaba en el Guadalquivir, desde Sanlúcar de Barrameda hasta la ciudad de Sevilla.

Las primeras investigaciones sobre esta causa, instruida por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº2 de Coria del Río (Sevilla), se iniciaron no obstante en Algeciras, en el año 2013. El escrito de acusación de la Fiscalía data de febrero de 2022 y la vista oral se desarrollará a lo largo de 27 sesiones, entre los días 3 de mayo y 30 de junio de 2027, según el auto de 22 de octubre al que ha tenido acceso Europa Sur. Por si faltaban pruebas sobre las dilaciones indebidas en la justicia por su falta de medios, ahí va una más.

Existe una estructura jerarquizada, fundamentalmente en la cúspide de la organización, representada par el ciudadano marroquí Abdellah El Haj Sdek el Membri, denominado Messi, que se encuentra en busca y captura, y que desde su ubicación, dirige y coordina las distintas secciones del grupo

La acusación del fiscal, en concreto, se dirige contra 33 personas por los delitos de pertenencia a grupo criminal y contra la salud pública, y contra otras dos por el de contrabando, por su relación con la fabricación de las narcolanchas. Contra siete de ellos hay, además, acusaciones por tenencia ilícita de armas y una más por un delito contra la seguridad vial con resultado de lesiones a un guardia civil.

El ministerio público solicita para cada uno los 33 principales acusados entre siete y ocho años de prisión y multas de 60 millones de euros, en tanto que para los responsables del astillero las penas que se piden son de cuatro años de cárcel.

Una estructura criminal definida y jerarquizada

“Los encausados, de común acuerdo, y con la intención de obtener un enriquecimiento ilícito y dificultar la investigación policial, entre los meses de septiembre de 2018 a mayo de 2019, se organizaron para Ilevar a cabo la actividad de importación y puesta a la venta de hachís, comenzando por la construcción de las embarcaciones semirrígidas utilizadas para el traslado de alijos, su puesta a punto y/o reparación”, reza el escrito de acusación, que describe el funcionamiento de una compleja organización en la que cada uno de sus miembros desempeñaba una misión concreta.

“Existe una estructura jerarquizada, fundamentalmente en la cúspide de la organización, representada par el ciudadano marroquí Abdellah El Haj Sdek el Membri, denominado Messi, que se encuentra en busca y captura, y que desde su ubicación, dirige y coordina las distintas secciones del grupo”, resalta el fiscal, que divide el clan en seis subgrupos encargados de las siguientes tareas:

• Organización de la llegada de los alijos a España desde Marruecos y de la logística. Sus miembros eran los encargados de contactar con el denominado clan de Los Lanas (encabezado por dos hermanos y contra el que no se dirige el procedimiento) “para la recogida y distribución de la droga que llegaba de Marruecos”.
• Organización de náutica y mecánicos. Sus integrantes “estarían encargados de la reparación y mantenimiento de las embarcaciones semirrígidas, así como de gestionar el traslado de las mismas y de todo lo necesario para su adecuado funcionamiento”.
• Organización de coordinación con logística, seguridad y guarderías, almacenes donde se escondía la droga hasta su entrega a los distribuidores.
• Transporte de las narcolanchas y astillero de construcción de estas: dicho “departamento” era el encargado de gestionar los transportes de las embarcaciones en camiones propiedad de una empresa. “Este grupo utilizaba el astillero Marsur, de la localidad de Villanueva del Trabuco (Málaga) para la construcción de las embarcaciones”, sostiene el fiscal. Una vez listas las embarcaciones, se llevaban a tres puntos de la provincia de Sevilla (Isla Mayor, al Polígono Industrial PIBO -sito en Bormujos- o a Villamanrique) “para su puesta a punto por los mecánicos y después proceder a la botadura de las mismas”.
• Los pilotos de embarcaciones semirrígidas eran otro eslabón importante de la cadena: cinco personas son acusadas de ejercer este rol.
• Los vehículos lanzadera, que anteceden a los camiones para avisar de posibles controles policiales.

El relato del fiscal describe varias operaciones desarrolladas por la Guardia Civil contra este clan en el Guadalquivir y su entorno, con huidas a gran velocidad protagonizadas por los acusados, accidentes de coche, seguimientos por parte de las autoridades por tierra, mar y aire y botaduras de las narcolanchas por la organización criminal en diversas localizaciones, como en las localidades de Isla Cristina (Huelva), Coria, Camas o Sevilla capital, en las inmediaciones del estadio de La Cartuja.