Una colonia de caballitos de mar en la Bahía de Algeciras, uno de los descubrimientos del proyecto Hippo-DEC

MEDIO AMBIENTE

Desarrollado por el CSIC, tiene por objetivo diagnosticar el estado de conservación de estos animales marinos en el litoral español, sus áreas críticas y posibles medidas de protección

El Club de Buceo CIES, con sede en Algeciras, forma parte de la red de vigilantes 'Save Little Big Seahorse'

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Un caballito de mar de hocico largo o narigudo en la Bahía de Algeciras.
Un caballito de mar de hocico largo o narigudo en la Bahía de Algeciras. / José Juan (8X42)
Efe | G. Sánchez-Grande

03 de marzo 2024 - 11:29

La Bahía de Algeciras es uno de los 'puntos calientes' en los mapas marinos del proyecto Hippo-DEC, desarrollado por el CSIC y los ministerios de Ciencia e Innovación y Transición Ecológica, así como el Instituto de Investigaciones Marinas, con el propósito de diagnosticar el actual estado de conservación de los caballitos de mar en el litoral español, sus áreas críticas y posibles medidas de protección de la especie.

Desde las costas del Campo de Gibraltar hasta las provincias de Málaga y Granada, el hallazgo de siete nuevas colonias de hipocampos (del griego, hippos, que significa caballo y kampos, monstruo de mar) arroja esperanzas para preservar una especie en grave peligro de desaparición.

Así lo ha explicado este domingo a la agencia EFE Antonio Márquez, fundador y responsable de Oceánidas, una ONG que desde hace casi dos décadas trabaja en el medio marino y que ahora colabora con el proyecto Hippo-DEC. Son los encargados, a través de los clubes de buceo adscritos, de realizar inmersiones para localizar a los caballitos y sus colonias, de forma que se pueda elaborar un "censo" de esta especie para establecer medidas para su conservación.

Esta hazaña, llevada a cabo por más de 2.000 buzos, se ha bautizado como Save Little Big Seahorse. El Club de Buceo CIES, con sede en Algeciras, forma parte de esta red de vigilantes desde hace cinco años.

Un censo hecho por buzos

Para elevarlo a la categoría de especie amenazada, explica Márquez, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) necesita de esos datos y "los únicos que se los pueden aportar son los buceadores", que siguen una metodología facilitada por los científicos de los grupos de investigación. "Se necesita saber dónde están, cuántos son, de qué tipo, qué hábitat ocupan o cómo es el sustrato en el que se mueven", explica el responsable de Oceánidas, que ha puesto en marcha el proyecto Red de Vigilantes Marinos para aunar toda esta labor que constituye la primera fase del estudio científico.

Los primeros frutos han llegado con el descubrimiento de las siete nuevas colonias en la costa andaluza, Algeciras entre las principales, tres de las cuales pertenecen a la especie Hippocampus guttulatus, que sobreviven ancladas a restos de artes de pesca y fondeos abandonados.

Caballito de mar común hallado en la Bahía de Algeciras.
Caballito de mar común hallado en la Bahía de Algeciras. / José Juan (8x42)

Catálogo de Especies Amenazadas

Una vez delimitadas estas colonias se realizará un seguimiento y muestreo continuado de cada una de ellas para recabar la información suficiente para que el caballito de mar sea introducido en el Catálogo Español de Especies Amenazadas, un requisito indispensable para promover medidas de protección y conservación.

"Es un animal extremadamente vulnerable, que se desplaza poco, necesita un agua muy clara, que no bata mucho y muy transparente", indica Márquez, que añade que tiene que contar con "unas condiciones especiales" y que su hábitat "se ha reducido tanto que se han visto literalmente desahuciados".

Para su supervivencia dependen de comunidades vegetales como la posidonia oceánica o zostera marina, a las que se anclan con sus colas para que la corriente no los arrastre y evitar "quedar expuestos", puesto que si les acecha alguna amenaza su única defensa es mimetizarse con el ambiente. Sin embargo, la desaparición de estos "jardines sumergidos" les está dejando en una situación "cada vez más comprometida", lamenta el experto, que celebra la "fortuna" del caso andaluz, donde las colonias que se han encontrado están formadas por 8 o 9 ejemplares, mientras en otros lugares de España los hallazgos se limitan a uno o como mucho una pareja.

Recuerda que hace unos 25 años en zonas de la Costa del Sol era fácil encontrar grupos de 20 o 30 ejemplares de caballitos de mar y que incluso se vendían como souvenirs en algunas tiendas, algo ahora "impensable", y augura que, de no tomarse medidas, en un plazo similar podría ser imposible encontrarlos.

Caballito de mar junto a una bolsa de plástico.
Caballito de mar junto a una bolsa de plástico. / Oceánidas

Mercados clandestinos

Entre las causas para el descenso de población de esta especie cita la destrucción de su hábitat natural y el uso que hace de ellos la medicina tradicional china, por lo que "mucha gente los pesca e intenta venderlos para eso", como ocurrió el año pasado cuando se encontró en Málaga un millar de ejemplares que se dirigían clandestinamente a ese mercado.

También hay quien intenta hacerse con ellos para su cría en acuarios, aunque en menor medida porque "los caballitos no se adaptan muy bien, depende de cuándo y cómo lo cojas".

Por este motivo desde Oceánidas prefieren no revelar el lugar exacto en el que se han localizado las colonias en aguas andaluzas, ya que "si se da el punto exacto supone la muerte de estos ejemplares", asegura Márquez, que ha argumentado que "el problema no es que una persona quiera hacerse una foto con ellos, sino que sean decenas".

"Al final estás invadiendo su espacio y lo estás agobiando y estresando", denuncia el experto, que explica que los caballitos de mar "no son huidizos y no se esconden rápido" y que normalmente se encuentran a "poca profundidad", desde los 2,5 a los 20 metros.

Tras esta primera fase del proyecto Hippo-DEC se pasará a implantar medidas de protección y a otras opciones que podrían incluir la cría en cautividad, con la salvedad de que los ejemplares "tienen que ser de la misma zona y características genéticas que los que se cogen", además de "trabajar sobre el hábitat, porque si siguen viviendo en la basura no es lo idóneo".

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