El comité de empresa y la dirección de Acerinox perfilan un acuerdo sobre el convenio que zanje la huelga
Conflicto Laboral
Ambas partes negocian en Sevilla con las vacaciones y las subidas salariales como últimos escollos
La Junta reúne con optimismo contenido a la dirección de Acerinox y los trabajadores
El comité de empresa de Acerinox y los representantes de la dirección de la acerera perfilan, después de más de 13 horas de negociación, un acuerdo sobre el convenio colectivo de la fábrica de Palmones que zanje la huelga indefinida que comenzó hace 126 días.
La reunión ha comenzado pasados unos minutos de las 11:00 de este lunes en Sevilla, en la sede de la Consejería de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo bajo la presidencia de la consejera, Rocío Blanco. Durante la larga jornada, ambas partes se han intercambiado propuestas, que han provocado recesos para que los sindicatos, por un lado, y la empresa, por otro, analizaran los datos y realizaran una contraoferta. Todo ello, partiendo del borrador presentado por los técnicos de mediación del Consejo Andaluz de Relaciones Laborales (CARL) que la plantilla rechazó en votación el pasado mes de mayo y en el que se han ido incluyendo algunos matices.
De momento, la negociación se lleva a cabo en función del mantenimiento del quinto turno de trabajo. Los sindicatos UGT y CCOO son los que más insistencia han hecho en la necesidad de que la factoría de Palmones se mantenga a pleno rendimiento 24 horas los siete días de la semana. Al contrario que ATA, que no descarta un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) “sin despidos traumáticos” y el pase de la actividad en la factoría a un sistema de solo tres turnos (lo que llevaría a la desaparición de entre 450 y 575 empleos), las dos centrales sindicales consideran que hay que defender la totalidad de los puestos de trabajo -el "todos a una", pero de verdad- como la mejor garantía de que Acerinox se mantendrá en Los Barrios. ATA.
El punto en el que están más lejanas las posiciones es en las vacaciones del personal. Hay discrepancias incluso entre los propios representantes de los trabajadores, ya que entienden que si aceptan la propuesta de la dirección comenzarían el año debiéndole días a la compañía. El comité de empresa presentó una propuesta para que sólo afectara a la mitad de los días pero la dirección no aceptó..
Según la propuesta del CARL, sobre la que se está negociando, las vacaciones de 2023 no se verían afectadas por los días de ERTE. Se podrían coger esos días o cobrarlos a partir de la vuelta al trabajo. En 2024 se mantendría el calendario sin variación. En 2025 se establecería un periodo en el que las vacaciones tendrían que estar cerradas. Se fijan vacaciones colectivas y parada total de la actividad del 1 al 15 de agosto incluidos. En 2026 y 2027 serían dos los periodos de cierre, de nuevo vacaciones por parada las dos primeras semanas de agosto y, además, del 24 de diciembre al 1 de enero. Aquí se excluyen algunos trabajadores de vigilancia, seguridad, mantenimiento y ciertos trabajos de administración.
Otro de los puntos que no está cerrado es el de las retribuciones. La propuesta del CARL, con la que no están de acuerdo los representantes de los trabajadores, había incluido una subida salarial de hasta medio punto no consolidable por encima del incremento fijo que toma como referencia el IPC y que se aplicaría incluso en los años en que hubiese pérdidas.
La empresa ha concedido que en 2023 se aplique el IPC, que fue del 3,1%, por lo que no haría falta. En 2024, serviría para cubrir la diferencia entre el 2,8% del IPC que se estima y el 2,75% de subida. Lo mismo ocurre en 2025, con una previsión del 2,1% del IPC, superior a la subida propuesta del 2%.
En 2026, no sería necesario que actuase ese margen de hasta medio punto si se cumplen las previsiones, que indican un IPC del 1,38%, menor que la subida salarial propuesta del 2%. Como no hay previsión para 2027, se propone una subida del 2,5% (que estaría por encima del IPC si continúa la línea de los años anteriores) además del margen de hasta el 0,5% adicional.
El modelo de garantía salarial establece además una cláusula de contingencia con incrementos adicionales si algún año el IPC subiera hasta un 1,5% por encima de las sumas anteriores.
A todo esto se le añade una subida salarial neta sujeta a beneficios de la empresa (del 0,5% al 2% más), así como la paga de beneficios a abonar los meses de abril excepto la de 2023, que sería tras el fin de la huelga.
La propuesta respeta el acuerdo alcanzado entre la compañía y los trabajadores referido a los coeficientes de la prima de producción, con un aumento de las alineaciones especiales y un mínimo hasta los 405 euros. Si se repitiese la producción de 2023, la plantilla cobraría como media un 1,5% más.
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