Corsarios independentistas hispanoamericanos y contrabando en aguas del Estrecho de Gibraltar (y III)

La presencia de corsarios independentistas hispanoamericanos, luchando abiertamente contra los intereses de la Corona de España en las aguas del Estrecho desde Gibraltar, era notoria

Corsarios independentistas hispanoamericanos y contrabando en aguas del Estrecho de Gibraltar (II)

Corsarios independentistas hispanoamericanos y contrabando en aguas del Estrecho de Gibraltar (I)

Una vista del Peñón de Gibraltar desde La Línea.
Una vista del Peñón de Gibraltar desde La Línea.
Mario L. Ocaña

19 de agosto 2024 - 02:00

La represión del contrabando no solo se llevaba a cabo en el mar. Las fuerzas del orden público continuaban su labor en tierra. Algunas de sus actuaciones, al menos las que aparecen recogidas en la documentación, hacen referencia a puntos estratégicos en los que debía ser frecuente el encuentro entre grupos de contrabandistas: Pedro Guerrero Quintanilla, vecino de San Roque, habitante de La Línea, relataba que Rafael Lobo, vecino de Jimena, estaba preso en la cárcel de Algeciras desde el 24 de junio. Fue conducido allí con otros individuos por una partida del Cuerpo de Carabineros de Costas y Fronteras de la 4a Cía. destinada en este Campo “...en ocasión que iva a entrar en la Benta de Guadacorte término de Los Barrios y que se retiraba para su pueblo con una bestia mular que le detuvieron... [ilegible] ...que dha partida buscaba a varios contrabandistas que se habían dispersado...”.

Juan Lorda, vecino de Benaoján, estaba preso desde el 24 de junio (igual a la anterior) en ocasión de “...venir al caserío de Palmones a cobrar el valor de una carga de tocino que había vendido en un rancho de carbón de la Almoraima, sospechando aquellos [el Resguardo] fuese uno de los contrabandistas que buscaban y se habían dispersado...”.

Existían también, evidentemente, controles junto a la frontera con Gibraltar: Rafael de la Torre contaba que el 6 de julio se produjo una aprehensión de géneros y dos jumentos propios de José Dañino, de nación genovesa y vecino de Gibraltar, en la puerta del Rastrillo o línea fronteriza, por la brigada de carabineros.

A veces las intervenciones de las fuerzas de control del contrabando generaban malestar y protestas entre los vecinos. Es el caso de don José Antonio Dieffebuno, agente de Portugal en Algeciras, que en un poder para pleitos manifiesta que se presentó en su casa almacén de géneros una partida de carabineros de costa y frontera “...y después de un prolijo y escrupuloso reconocimiento estrageron de dho almacén porción de generos de hilo que aun le había quedado por resultas de varias compras hechas en subastas celebradas en la Administración de Rentas de esta Ciudad en los años pasados procedentes de aprehensiones hechas por los empleados en dichas rentas cuyo genero fuera depositado en dha Administración; y sin perjuicio de haber exhibido los certificados y demás documentos que legitima la propiedad y justa adquirencia de los referidos géneros ha llegado a su noticia que estos se trasladan o han trasladado a la capital...”.

Ruinas de Algeciras y la Bahía.
Ruinas de Algeciras y la Bahía.

Decidió entablar recurso y dio poder a su esposa doña Dolores Herrera para que se personara en la Subdelegación General de Rentas de la Provincia de Jerez de la Frontera, residente en el Puerto de Santa María.

Los recursos y protestas de los particulares por intervenciones del Resguardo y por la sospecha de que no siempre sus representantes actuaban dentro de los límites de la legalidad aparecen recogidas en la siguiente declaración. Andrés de Fuentes, de la matrícula de Sevilla, patrón del quechemarin San Francisco de Paula de su propiedad y de la de don Joaquín Ruiz y Salvador Serrano, vecinos y matriculados en Sevilla, declaró que cargó en Lepe 800 fgs de habas con destino a Adra. Zarpó el 2 de marzo. Sufrió avería al paso de la barra teniendo que retroceder para reparar. Estuvo parado hasta el 14 de abril. Salió, pero con mal viento, y estuvo parado hasta el 2 de mayo. El 8, a ocho leguas al sur de Estepona:

“[...] fue abordado por el Guardacostas que manda un tal D Damián Gavarrón? […] quien habiéndole reconocido muy prolixamente y tratándole con la mayor acritud y violencia la tripulación de dicho Guarda Costas, cual si hubiese sido un buque de criminales, le tomaron los papeles que recogió el Escribano, que oyó nombrarse D Francisco Mejías y les obligaron que siguiese sus aguas con dirección a Estepona, aunque el otorgante hizo en aquel acto y después muchas aflecciones para que se convenciese de la legalidad de su [ilegible] hasta a separarles de la determinación que habían tomado y en efecto lo condujeron y fondearon en la rada de Estepona la noche del mismo día. Al día siguiente fue conducido con su tripulación en tierra y llevado a la presencia del comandante y Escribano de Rentas de aquel Pueblo por quienes les fue recividas sus declaraciones las cuales concluidas en el mismo dia les fue notificado seguidamente de que el Buque y el cargamento habían sido decomisados y en el momento se verifica la [ilegible] esta providencia fue tan inesperada por que no era posible haber llenado [ o llevado] las diligencias de instrucción en tan pocas horas como mediaban. Se disponía el otorgante a hacer aquella defensa e impugnación que era debida con las reclamaciones consiguientes, mas tubo que suspenderlo por que se vio amenazado por los individuos del Guarda Costas y singularmente por el que hacía de Escribano, D Francisco Mejías, quienes le estrecharon a que abandonase sus intento y aun a que dejase el Pueblo, para lo cual en breves minutos le presentaron el pasaporte con que marchar por mano del dicho Mejías, quien le exigió diez y seis duros por él y mas dos por sus diligencias de traerlo, siendo de advertir que entre tanto esto sucedía el propio Mejías se propuso seducir a la tripulación del otorgante para que declarasen a su voluntad, estrechándolos también para que abandonasen el Pueblo. En tales circunstancias convencido del objeto que guiaba a los individuos del Guarda Costas y que habiéndose atropellado todas las órdenes e instrucciones que arreglan los procesos en los casos de las aprehensiones de fraude, compelido por otra parte y habiendo concebido un fuerte temor de que procediesen con mayor violencia contra sus personas y fuesen mayores los perjuicios, creyó ser el mejor partido salir inmediatamente del Pueblo, como lo hizo, acompañado solamente del marinero Jacinto Sola y los demás de la tripulación lo verificaron también del modo que cada cual pudo, sin haber sacado otra cosa mas que la ropa y un poco de comestible para la gente. Que el referido Sola se dirigió a Gibraltar para buscar [ilegible] y el otorgante a esta ciudad como primer punto donde existe Jefe de Matricula para presentarse y darle cuentas del suceso referido […] y para prepararse a los recursos que le son propios en defensa del agravio que se le ha inferido y de los interese que se le han usurpado, tanto al otorgante como a los demás propietarios del buque y cargamento [...].Andrés de Fuentes realizó una protesta oficial, ante notario, contra el capitán, el escribano, la tripulación del guardacostas y contra el jefe de rentas de Estepona”.

Grabado de época de Gibraltar.
Grabado de época de Gibraltar.

Las aguas del Estrecho y las costas del norte de África contemplaron también las acciones destinadas a reprimir el contrabando. Juan Borastero, vecino de Gibraltar, manifestaba ser el dueño del falucho de la matrícula de la plaza llamado Los Dos Hermanos, patroneado por Antonio Ma Vicentino, de Gibraltar. El barco se alistó con documentación del gobierno inglés para viajar a Argel con carga de tabaco y ropa. Estando a 8 o 10 leguas de Fuengirola vieron como un buque sin bandera se dirigía hacia él, le hicieron señales indicando el pabellón inglés, pero como continuó la persecución el patrón se dio a la fuga y en vez de dirigirse a España lo hizo sobre la costa de África encallando en las playas de Tetuán a seis millas del puerto “...y como quiera que a pesar de esta operación continuaba persiguiéndole haciéndole un sostenido fuego determinó para evadirse del riesgo que lo amenazaba saltar en tierra con la tripulación, dejando dicho buque encallado en aquella playa el cual sacaron los apresadores y se lo llevaron...”. Su buque fue apresado por otro del Resguardo Marítimo al mando del capitán don Juan Gomila. La participación directa de intereses de particulares ingleses en el tráfico ilegal de tabaco se pone de manifiesto en un poder que otorga don José ?, capitán del falucho del Resguardo Neptuno, por el que otorgaba a don Jaime Ruiz Abreu “...representante de la empresa de los referidos guardacostas...” y a don Bernardo Loustaran (?), de Málaga, la potestad para que le representasen en la causa por la aprehensión de tabaco en el falucho inglés Spalfin (?).

Según se desprende de la documentación, buena parte de las dotaciones de los barcos contratados para perseguir el contrabando procedían de zonas muy alejadas de la comarca, en particular de Levante y Menorca, isla de gran tradición corsaria.

Isidoro Llorca y su hijo Isidoro, vecinos de Benidorm, decían ser “...individuos de la tripulación del buque de la contrata en persecución del contrabando...” y habían participado en varias aprehensiones. Como estarían ausentes cuando se cobre lo que les corresponde daban poder para hacerlo a don Bartolomé González.

Miguel Neto, Juan Oleo, Antonio Lartre y José Amengual, naturales de Mahón y residentes en Algeciras, decían que Juan Ramón de Fuente, residente en Algeciras, les había prestado en diferentes ocasiones cantidades de dinero para atender a sus necesidades que no han podido devolverles en metálico y habiendo desembarcado de la goleta del Resguardo La Perla, reconocen que ceden a Juan Ramón lo que ellos deben percibir por las diferentes aprehensiones que han hecho durante su servicio en el resguardo. En el mismo caso se encuentran Pedro Tartabull y otros, naturales de Mahón, tripulantes de La Perla y residentes en Algeciras. Decían que Juan Ramón de Fuente, residente en Algeciras, les había prestado en diferentes ocasiones cantidades de dinero hasta 1.400 rv y reconocen que ceden al prestamista lo que ellos deben percibir por las diferentes aprehensiones que han hecho durante su servicio en el resguardo.

Conclusiones

La primera conclusión de esta comunicación es que demuestra, sin ningún género de dudas, la presencia de corsarios independentistas hispanoamericanos, luchando abiertamente contra los intereses de la Corona de España en las aguas del Estrecho y contando como base, desde la que realizar sus ataques a mercantes españoles, la ciudad y el puerto de Gibraltar.

Considero que una de las aportaciones más novedosas de esta comunicación es que recoge el hecho de cómo en las aguas de la bahía se realizaron contratas de corso para actuar de forma oficial contra el contrabando. No he encontrado documentos semejantes que reflejen tal actividad en el XVIII y creo que es la primera vez que se dan estas actuaciones para reprimir el fraude a la Real Hacienda.

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