La Cueva de los Taconeros, punto de encuentro de celebraciones prehistóricas

Observatorio de la Trocha- Nuestro arte prehistórico

El abrigo fue identificado por el joven Daniel Martínez, alumno del Instituto de Bachillerato de Los Barrios, en la década de los noventa del siglo XX 

La Cueva del Piruetano, el legado rupestre en el extremo sur peninsular

Vista frontal de la Cueva de los Taconeros, en Los Barrios.
Vista frontal de la Cueva de los Taconeros, en Los Barrios.
Hugo Alberto Mira Perales - Especialista en arte prehistórico de la Asociación Cultural La Trocha

09 de agosto 2024 - 02:00

Los Barrios/En unas formaciones rocosas de arenisca, parcialmente ocultas a la vista de cualquiera, se encuentra un lugar de gran relevancia arqueológica, por su riqueza en arte rupestre, conocido como la Cueva de los Taconeros y destacada por sus fascinantes manifestaciones graficas naturalistas y seminaturalistas. Este abrigo rocoso de arenisca, ubicado dentro del término municipal de Los Barrios, es una joya escondida de acceso complicado ya que solo se puede llegar a él desde la parte superior del peñasco. La cueva, o más propiamente dicho, el abrigo de los Taconeros, tiene unas dimensiones considerables, con un diámetro de aproximadamente 7,50 metros de largo y 3 metros de altura, y una profundidad media aproximada de 3,50 metros. El interior se encuentra en parte bastante afectado por la erosión del viento, ya que la cueva es de gran tamaño y hace que el viento incida directamente sobre sus paredes, erosionando la roca arenisca.

La historia del descubrimiento de esta cueva es bastante interesante. Fue identificada por un lugareño llamado Daniel Martínez, alumno del Instituto de Bachillerato de Los Barrios, en la década de los noventa del siglo XX. Sin embargo, existe una referencia anterior de la zona hecha por el famoso prehistoriador Henri Breuil, quien, en la década de 1910, describió un abrigo al que denominó La Taconera. Breuil mencionó este abrigo solo brevemente y de manera vaga: "Apenas un kilómetro de distancia, en un pequeño valle más al noreste y considerablemente inferior, está la Cueva de la Taconera, donde se puede ver muchos rastros imperfectos pero apenas hay dibujos bien definidos. Esta gruta está a la derecha a medida que se desciende por el valle, y mira hacia el oeste." (Partiendo desde Piruetano, ubicada en Los Barrios, Sierra del Junquillo)”.

Todo lo que H. Breuil menciona sobre la ubicación del abrigo es acertado, pero su descripción del interior no coincide con lo que he observado, siendo cierto que hay muchos restos de pigmentos irreconocibles. Debido a su gran dificultad de acceso, es posible pensar que el abate Breuil no lo visitó personalmente y que solo tuvo referencias del mismo a través de los comentarios de sus colaboradores.

Si Breuil hubiera explorado este abrigo, que él llama La Taconera, sus descripciones habrían sido mucho más detalladas y por los motivos representados claramente definidos y, sin duda, tendríamos un calco con lo representado. Esto nos lleva a pensar que posiblemente se refería a otro enclave rupestre diferente dentro de la misma área geográfica, ya que próximo a Taconeras se localizan varios enclaves como los de Piruetano y Arrieros.

Las manifestaciones graficas de la Cueva de los Taconeros se distribuyen principalmente por la pared del fondo de la cueva, formadas por siete paneles, además de algunos restos de pigmentos inapreciables.

Posición de los paneles en la Cueva de los Taconeros.
Posición de los paneles en la Cueva de los Taconeros.

Empezamos a definir el panel marcado con el número uno, situado a la izquierda del conjunto de paneles, está formado por un solo motivo que destaca sobre el resto por tratarse de una figura zoomorfa, algún cuadrúpedo, posiblemente un cérvido, que presenta el cuello y cabeza estirados. Lo destacable de esta representación es que es muy naturalista, saliéndose del marco esquemático más representado en el extremo sur peninsular. La figura tiene aproximadamente unos 20 centímetros de alto por un ancho de 14 centímetros, de pigmento rojizo y algo desvaído, pero se observa perfectamente a simple vista.

El panel numero dos está formado por seis motivos; el primero de ellos un simple trazo o barra oblicuo de pequeñas dimensiones, llegando a los tres centímetros. El segundo lo forma un zoomorfo, mal conservado, se intuye un posible cérvido, observándose la cabeza con una posible cornamenta, el cuerpo y no se aprecian las extremidades. En este caso el pigmento está desaparecido en varias zonas de la figura. El tercer motivo está formado por una mancha sin forma, la pérdida parcial de pigmento en partes del motivo lo hace inidentificable. La cuarta, quinta y sexta de las grafías la forman tres trazos o barras verticales, posiblemente formen una agrupación de antropomorfos muy esquematizadas. En la parte izquierda de la marcada con el número cuatro se aprecia resto de pigmento, lo que hace pensar que sería una cuarta figura de la agrupación.

El siguiente panel marcado con el número tres hace de este enclave de Taconeras un punto de reunión humano muy especial. En él se distinguen una agrupación de figuras antropomorfas, dispuestas en una línea unos de tras de los otros, con los brazos hacia el frente, a modo de algún rito o danza, siguiendo a un posible zoomorfo, a modo de veneración. La agrupación de antropomorfos lo componen siete figuras, posiblemente por la voluminosidad que se aprecia en las caderas se trataría de figuras femeninas. Las figuras se conservan bastante bien, estando muy bien definidas las extremidades inferiores (piernas) y superiores (brazos). La figura zoomorfa que lidera la fila está realizada en un trazo grueso y tosco, no apreciándose qué posible animal podría ser.

Detalle del Panel nº3 de la cueva de los Taconeros.
Detalle del Panel nº3 de la cueva de los Taconeros.

El panel número cuatro lo componen dos agrupaciones de motivos, podemos apreciar una primera agrupación de dos figuras antropomorfas donde se distinguen perfectamente que portan en sus manos ambas figuras armas, en este caso arcos, apreciándose incluso la flecha dispuesta para el disparo. Estos arqueros a la izquierda de la otra agrupación parece que les apuntasen, cabe la posibilidad que sea algún tipo de rito para una caza propicia o el autor quiso reflejar un combate entre clanes. La agrupación de antropomorfos que mira hacia los arqueros está formada por seis figuras antropomorfas posiblemente femeninas que al igual que en el panel anterior, destaca el volumen de sus caderas, y brazos levantados hacia delante. Este panel al igual que el resto de las representaciones grafías de la cueva esta realizado en pigmento de color rojizo anaranjado desvaído.

El panel número cinco lo componen un total de tres grafías y dos agrupaciones de motivos. Empezando por la izquierda, la primera de las figuras que nos encontramos es un posible zoomorfo seminaturalista, en este caso diríamos que un équido, aunque parcialmente el pigmento está desaparecido en zona de la cabeza, extremidades y cuello se puede intuir la figura del équido. El siguiente motivo también seminaturalista, es un antropomorfo, posiblemente un bóvido, donde se aprecian en la cabeza los cuernos, el cuerpo, parte de la cola, y el arranque de las extremidades. El tercero de los motivos aislados al igual que los anteriores no está completo, ha perdido parte del pigmento, siendo imposible saber qué tipo de antropomorfo es, pues solo se observa lo que podría ser el tronco o cuerpo del animal.

La primera de las agrupaciones está formada por tres motivos antropomorfos en dos de ello solo se distingue un trazo vertical. Hablaríamos en este caso de una figura humana muy esquematizada, el tercero de los componentes del grupo también un antropomorfo en este caso se observa los brazos en cruz. En la siguiente agrupación justo debajo de la anterior y con un trazo mucho más fino, se localizan tres figuras perfectamente identificables, tres antropomorfos que parece que portan algún tipo de arma (posiblemente arco), en posición alzada y apuntando hacia la derecha. Y para finalizar este panel, se localiza el último conjunto de grafías, en este caso inidentificable, un trazo oblicuo y varios restos de pigmentos.

El sexto panel está formado por cuatro grafías inidentificables y una agrupación de figuras. Los cuatro primero son restos de pigmento sin forma distinguible. La agrupación la forman siete figuras, están dispuestas en una línea, y a su vez se componen de dos motivos diferentes, cinco antropomorfos que portan arcos y dos figuras antropomorfas a caballo. Esta agrupación parece representar una partida de caza o de guerra. El pigmento de estos motivos está muy desvaído siendo casi imposible verse sin la aplicación de un software de tratamiento digital como “Dstretch”.

Por último el panel número siete, formado por dos motivos en este caso es imposible poder definir que se quiso representar, pues solo quedan varias manchas de pigmentos.

Calcos de los paneles de la Cueva de los Taconeros.
Calcos de los paneles de la Cueva de los Taconeros.

En la cueva existen varios restos más de pigmentos repartidos por techo y partes de la pared próximas al suelo.

En este enclave podríamos estar hablando de varias épocas prehistóricas, una que recogería las pinturas naturalistas que podrían estar enmarcadas cronológicamente en un neolítico final, y el resto de figuras esquemáticas se situarían en la edad del bronce final y la edad del hierro. Lo que hace que este enclave tenga gran valor por su patrimonio.

Como hemos podido ver esta cueva de los Taconeros cuenta con unas representaciones gráficas atípicas, para el patrón normal de las representaciones esquemáticas en el extremo sur peninsular. Estas representaciones de grupos de figuras antropomorfas danzando o practicando algún rito, nos hace pensar que este enclave era privilegiado para realizar estas representaciones inusuales. Los grupos de cazadores o guerreros, nos da un alcance de los movimientos de los grupos de cazadores recolectores que en la zona se instalaban.

El potencial de enclaves rupestres en la zona nos aporta una gran información del trasiego humano en toda la comarca del Campo de Gibraltar en la prehistoria. En las zonas próximas a estos enclaves se localizan estructuras talladas en piedra, tumbas antropomorfas, que posiblemente sean coetáneas con las pinturas pintadas en los últimos periodos de la prehistoria. Todo esto y el gran número de enclaves que se reparten por toda la sierra del Junquillo, y sierras próximas, hace necesario un estudio en profundidad de todos estos enclaves rupestres. La aplicación de técnicas digitales de tratamiento digital, ampliaría el número de motivos que aún están ocultos en las covachas y cuevas que se reparten por el extremo sur peninsular.

En el conocimiento de nuestro patrimonio esta la única forma de preservarlo, hacer llegar a la sociedad la importancia las culturas prehistóricas del extremo sur peninsular potencia la conservación de ese patrimonio cultural. 

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