“Son niños, no migrantes ni extranjeros”

Reunión de los defensores del pueblo en el Campo de Gibraltar

Los defensores del pueblo de todo el país promulgan una declaración de derechos de los menores no acompañados

Regalan una escultura a Tarifa para reconocer la “solidaridad” del Campo de Gibraltar con los llegados en patera

Los defensores del pueblo tras inaugurar la escultura regalada a Tarifa / Erasmo Fenoy
Raquel Montenegro

16 de octubre 2019 - 21:56

A lo largo de 2018, 7.783 menores extranjeros no acompañados ingresaron en el sistema de protección de la Junta de Andalucía y 3.488 de ellos seguían atendidos en los centros a 31 de diciembre. Fueron meses de auténtico colapso en el sistema de acogida, en el que se multiplicaron los colchones por el suelo, hubo niños durmiendo en patios y en comisarías y la Administración fue habilitando plazas de emergencia pero no podía hacerlo al ritmo de la demanda. Los adultos y menores con familiares llenaban polideportivos. Y el Campo de Gibraltar se volcó en la ayuda de las miles de personas que llegaron.

Casi un año después, con la situación regularizada, los defensores del pueblo de todo el país se han reunido en la comarca para reconocer esa labor solidaria y promulgar una declaración en defensa de los menores extranjeros no acompañados que parte de un principio fundamental: “El niño es una persona, no un extranjero ni un migrante. Es un niño”.

Así lo ha resumido el Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu, encargado de presentar esa declaración conjunta en Tarifa, muy cerca del Centro de Internamiento de Extranjeros de la Isla de las Palomas que tantas veces han criticado los defensores. Acompañado de sus ocho homólogos autonómicos y nacional, Francisco Fernández Marugán, y “emocionado” como gaditano y como Defensor, descubrió primero una escultura (de Alejandro Pedrajas) que han regalado a la comarca como “homenaje a esa labor solidaria de acogimiento a los niños migrantes, a esa solidaridad del que no tiene, en silencio y sin pedir nada a cambio”. Una acción especialmente destacada, ha remarcado, “en un momento de duda en un país que tiene tintes xenófobos, en que se criminaliza al pobre, al diferente” y en el que “hay municipios en los que se esgrime como un triunfo conseguir que no haya un centro de menas”.

Dos manos, las de un adulto y un niño, separadas por 14 centímetros que recuerdan a los 14 kilómetros que separan Tarifa de Marruecos, permanecerán en el municipio para recordar que “aquí hay una comarca que tiene necesidades, y esa tierra ha sabido decir coge la cuchara y come de la olla”.

Los allí congregados han cerrado en Tarifa las 34 Jornadas de Coordinación de los Defensores del Pueblo estatal y autonómicos que han dedicado en esta ocasión a la atención de estos niños (han visitado también un centro de menores y el módulo de Cruz Roja en Crinavis). Y lo han hecho reivindicando que “todas las decisiones que se adopten con los menores extranjeros no acompañados respondan al interés superior de los mismos, primando la condición de niños frente a la condición de extranjeros”.

Los defensores reclaman que se elabore un plan estratégico nacional de atención a los menores y la elaboración de planes para los jóvenes extutelados, aquellos que cumplen 18 años y quedan fuera de los centros, para evitar que puedan caer en la marginación y la exclusión social.

Entrega de reconocimientos en la Sala Santa María / Erasmo Fenoy

Los defensores piden un refuerzo de la protección de los menores que han sufrido la trata de seres humanos sin referentes familiares y recuerdan la responsabilidad de la Unión Europea y de las administraciones públicas nacionales de “establecer un sistema de protección garantista”. El fin último de ese sistema debe ser, para aquellos que quieran permanecer en el país, lograr su plena integración. “Estamos convencidos de que la presencia de menores extranjeros sin referencias familiares no es tanto una carga para los sistemas de protección sino que, por el contrario, supone una aportación de gran valor para el desarrollo de la sociedad de acogida”.

Por último, la declaración reivindica la cooperación con los países de origen para prevenir la inmigración insegura y reclama respeto a los derechos de los menores, pronunciándose contra su criminalización.

La visita también ha servido para hacer otro reconocimiento expreso a la sociedad civil e instituciones de la comarca. En representación de la primera ha recogido el reconocimiento (una réplica de la escultura inaugurada momentos antes), una de las voluntarias tarifeñas, Leticia Boffard. Se trata de subrayar a “personas anónimas, colectivos y organizaciones que aportan capacidad, tiempo, vitalidad, disponibilidad y entusiasmo para acoger a estos niños y niñas”.

El segundo reconocimiento ha sido entregado al alcalde de Tarifa, Francisco Ruiz, para resaltar la entrega de “trabajadores y trabajadoras de la administraciones por su responsabilidad, vocación y dedicación en la atención a los menores. Entre ellos se encuentran trabajadores de instituciones públicas, de centros privados, fiscales, abogados y fuerzas y cuerpos de seguridad el Estado”.

El último reconocimiento lo ha recogido Adolfo Serrano, de Salvamento Marítimo, “por su compromiso con el auxilio de la vida humana en el mar, en concreto, en el rescate de niños, niñas y adolescentes que viajan solos”. Un servicio público, ha destacado Francisco Fernández Marugán, “para que no se ahoguen” aquellas personas que se atreven a lanzarse al mar tras “un recorrido difícil, en el que tienen que soportar todo tipo de humillaciones”. Aquellos que, igual que los españoles durante siglos, ha recordado, “buscan un mundo mejor”.

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