Las siete denuncias por huelga ilegal llevarán a ATA a pedir el no al preacuerdo de convenio para Acerinox

Las siete denuncias que Acerinox mantiene contra los miembros de ATA por huelga ilegal están detrás de la intención de este sindicato de pedir a los trabajadores que voten no al preacuerdo alcanzado en la madrugada del lunes al martes por la dirección de la compañía y los sindicatos UGT, USO, CCOO y Coordinadora de Trabajadores del Acero (CTA).

ATA siempre ha pedido en las distintas reuniones a la acerera que retire esas denuncias como una de las condiciones para levantar la huelga y aceptar el convenio. La compañía, sin embargo, se ha negado a tratar un asunto que afecta sólo a los integrantes del sindicato y no al conjunto de los trabajadores, dentro de una negociación colectiva.

"No es momento de rendirse, estamos ante casi la misma propuesta que trajo el CARL, ante cuatro futuros años de ERTE, ante dejar a siete compañeros tirados con multas millonarias, expedientes de despido encima de la mesa, a los cuales sus propios compañeros de comité de empresa se aferran a que 'cada palo aguante su vela' sin mirar por ellos como lo que son, compañeros de lucha, parte del comité de empresa", ha publico el comité de huelga en sus redes sociales.

ATA se ha mostrado muy crítica en los últimos días con el resto de sindicatos, hasta el punto de denunciar que en Sevilla, durante la reunión que alumbró el preacuerdo, sufrió "una encerrona": "La mayoría ha estado escondido mucho tiempo, algunos sin hacer acto de presencia y cuando lo han hecho como ayer (por el lunes) haciéndolo vilmente para hundir a estos siete padres de familia".

"Los que dieron la cara por mí un 5 de febrero de 2024 y hasta día de hoy han estado luchando por mis intereses y los de mis compañeros y no por los suyos propios. Es de pena lo que están haciendo algunos sindicatos haciendo votaciones internas si aceptan la propuesta de la empresa (saltándose a sus compañeros del comité de huelga) o si retiran papeleta de huelga, se vuelven a sacudir las pulgas dejando el balón en el tejado de los trabajadores como en aquel ERE de diciembre de 2019", concluye.