Un estudio sitúa la época más invasiva del alga 'Rugulopterix okamurae' en verano y otoño

Los investigadores entienden que la delimitación de los intervalos temporales en su comportamiento puede ayudar a las administraciones a controlar de manera más eficaz la especie invasora

La Junta reclama un cambio de la ley de especies invasoras para paliar el daño del alga Rugulopterix okamurae

Imágenes del manto de alga parda en la playa de Getares
Un manto de algas, en la playa de Getares. / Erasmo Fenoy
María Alonso / EFE

23 de marzo 2025 - 12:26

Algeciras/Un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Málaga concluye que el alga Rugulopteryx okamurae responde a unas "ventanas temporales" en su carácter invasivo por las cuales genera en verano y otoño una gran cantidad de nuevos individuos, mientras que en primavera y principios de la época estival su población se reduce pero aumenta en biomasa.

Estas ventanas del alga asiática han quedado demostradas en un estudio realizado por investigadores del Departamento de Botánica y Fisiología Vegetal de la UMA, cuyos resultados han sido publicados en la revista científica NeoBiota. El equipo científico señala que la delimitación de estos intervalos temporales en su comportamiento puede ayudar a las administraciones públicas a controlar de manera más eficaz a esta especie invasora, que amenaza las costas del litoral peninsular, y así minimizar su impacto económico y medioambiental.

"A lo largo del año hay franjas específicas en las que el alga muestra un comportamiento especialmente invasivo", ha explicado a EFE el investigador de la Facultad de Ciencias Jesús Rosas-Guerrero, autor de este trabajo, junto a las científicas de la UMA Marianela Zanolla, María Altamirano y Raquel Carmona y Julio De la Rosa, de la Universidad de Granada. Altamirano es la investigadora principal del proyecto.

Un patrón estacional

En el artículo científico llamado Un enfoque de dinámica de poblaciones para comprender la capacidad invasora del alga Rugulopteryx okamurae, realizado en las costas andaluzas, los investigadores han observado que durante el verano y el otoño el alga asiática genera una alta densidad de nuevos individuos pequeños que alcanza hasta 3.285 individuos por metro cuadrado.

Sin embargo, a medida que avanza la primavera y principios del verano, la población se reduce en número, a 888 individuos, pero aumenta en tamaño y alcanza hasta 170 gramos de biomasa –expresado en peso seco- por metro cuadrado.

Con estas ventanas temporales la administración puede conocer cuáles son los momentos en los que sería más beneficioso o perjudicial poner en marcha alguna medida de control, ya que la retirada de más de 3.000 individuos requeriría mucho más esfuerzo que hacerlo en los momentos en que el número es reducido, ha señalado Rosas-Guerrero.

Un coste millonario y en la biodiversidad

Como ha explicado el investigador de la UMA, el alga asiática se ha expandido ya por prácticamente todo el litoral peninsular, arrasando el fondo marino y causando un gran impacto medioambiental y económico.

Según ha precisado, el análisis de riesgo elaborado por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico en el año 2022 estimó pérdidas económicas de más de 800.000 euros en nueve meses, aunque en este estudio no participaron todas las cofradías de pescadores.

Otros estudios más recientes han indicado que los daños económicos en el sector pesquero en la zona de Tarifa se cifran también en torno al millón de euros. Pero además del impacto para la economía, las consecuencias medioambientales de esta alga son "muy serias".

El alga asiática "es capaz de crecer muy rápido", le quita la zona a especies nativas que necesitan fijarse para crecer y por tanto las desplaza, lo que conlleva la desaparición de especies locales en este territorio, ha detallado. Además, el alga asiática se asienta y tapiza superficies marinas en las que hay otros organismos marinos por lo que, al colonizar la zona en la que estos animales se alimentan, puede provocarles la asfixia y la muerte.

Casi imposible de erradicar

El alga asiática llegó a las costas de España en 2015, concretamente, a las playas de Ceuta, posiblemente en las aguas de lastre de algún carguero procedente de Asia. En El Estrecho encontró un ecosistema debilitado y desde entonces se ha expandido por prácticamente todo el litoral peninsular.

Rosas-Guerrero ha detallado que, cuando llega una especie invasora y ya se encuentra bien establecida en un territorio concreto, la erradicación es muy difícil: "Se podría decir que es prácticamente imposible". El investigador considera que todos los esfuerzos se deben enfocar en la protección de aquellas zonas donde todavía está, en la detección temprana y "en evitar dispersar la especie lo máximo posible a aquellas zonas donde todavía no se encuentra".

Ha abogado también por que las administraciones incorporen en sus protocolos de actuación esas "ventanas de invasividad", sería más sencillo mitigar el impacto económico, medioambiental y para el sector pesquero que provoca esta alga invasora.

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