El etnógrafo barreño Alfonso Pecino renuncia a las jornadas de Etnología del IECG por discrepancias con Carlos Gómez de Avellaneda
Pecino considera desafortunado el informe del cronista oficial de Algeciras, coordinador de las jornadas, en el que se opone a que el Museo Municipal de Algeciras lleve el nombre de Juan Ignacio de Vicente
El cronista oficial de Algeciras se opone a que el Museo Municipal lleve el nombre de Juan Ignacio de Vicente
Las jornadas de etnología y cultura popular del Campo de Gibraltar, el 29 de marzo

Algeciras/El etnógrafo barreño Alfonso Pecino ha renunciado este jueves a su participación como conferenciante en las segundas Jornadas de Etnología y Cultura Popular del Campo de Gibraltar que se celebran este sábado, 29 de marzo, por discrepancias con Carlos Gómez de Avellaneda, cronista oficial de Algeciras y coordinador de la jornada que promueve el Instituto de Estudios del Campo de Gibraltar.
"Sería realmente imposible soportar compartir espacio y palabra con quien lleva a cabo la infame hipocresía de, por un lado, homenajear a boca llena a Juan Ignacio de Vicente como coordinador de las jornadas y, por otro y en escasos días, ha redactado tan despiadado informe como Cronista Oficial de Algeciras", manifiesta Pecino, en relación al documento elaborador por Gómez de Avellaneda en el que se opone a que el Museo Municipal de Algeciras lleve el nombre del investigador recientemente fallecido.
Pecino ha remitido este mismo jueves un escrito al director del Instituto de Estudios Campogibraltareños, Eduardo Briones, en el que declina su participación en las jornadas y que se reproduce a continuación:
Escrito íntegro de la renuncia de Alfonso Pecino
En relación a mi participación como comunicante en las II Jornadas de Etnología y Cultura Popular del Campo de Gibraltar a celebrar el próximo sábado, 29 del corriente, les hago saber mi decisión de no participar en las mismas.
La decisión tomada al respecto, debidamente meditada, no es más que una lastimosa opción ante los últimos acontecimientos sobrevenidos en torno a la figura del historiador algecireño Juan Ignacio de Vicente Lara, cuya amistad, admiración y cariño me he honrado y preciado compartir por más de cuatro décadas, hasta su fatal fallecimiento.
El escrito del actual Coordinador de las mencionadas Jornadas de Etnología y Cultura Popular del Campo de Gibraltar, Carlos Gómez de Avellaneda, en su calidad de Cronista Oficial de la Villa de Algeciras, al respecto de la propuesta, ampliamente respaldada por más de 40 asociaciones y otros particulares, de designación del nombre de Juan Ignacio al Museo Municipal de Algeciras, han motivado y desencadenado esta decisión.
Obligado quedo a ello ante el infausto informe evacuado por dicho señor que, escudándose de dudosa forma en la figura de Cronista Oficial, ha vertido una serie de afirmaciones y juicios de valor con la más que dudosa pretensión “de poner verdad” en un asunto que, hasta dónde se sabe, nadie ha solicitado. Cuestión ésta que habrá que aclarar, así como el uso que se ha realizado de un documento oficial del Ayuntamiento de Algeciras, como debe ser dicho informe.
Pretendida “Verdad” del Cronista que se muestra tan falaz como su errónea afirmación de que la enunciación “La historia es la madre de la verdad” corresponde a Séneca; cuando en realidad es frase de la Primera Parte de El Quijote, escrito por D. Miguel de Cervantes Saavedra.
Ya Borges nos ofreció un afilado comentario al respeto de dicha frase, alegando, creo muy acertadamente, algo parecido a que la historia no averigua verdades, las crea. También Orwell fue por un camino cercano en su obra “1984” al instituir el Ministerio de la Verdad, encomendado a rescribir todo lo pasado según conveniencias presentes.
El informe aludido, más que tal informe, es un infausto documento redactado y firmado por quien, a principio del mismo, se identifica como Cronista Oficial de Algeciras, y presenta el escrito, en sus propias palabras, como “Informe de la oficina del cronista sobre la pretensión cambiar de nombre al Museo Municipal de Algeciras”. Sin embargo, en sus conclusiones asevera “…qué considero, al igual que otras personas y colectivos, en cuyo nombre hablo…” Lo que manifiesta a todas luces un absoluto y oscuro conflicto de intereses que como poco hay que calificar de alevoso y desleal con el cargo e institución que dice representar y para con los ciudadanos a los que se debe. Representaciones e intereses que deberían ser aclarados.
En cualquier caso, un lamentable documento, un despótico y cobarde episodio, que ningún vecino de Algeciras debería haber merecido, más aún cuando no está en posibilidad de defenderse. Más aún a personas que, como Juan Ignacio de Vicente Lara, tanto han demostrado su fidelidad, devoción y apego por la Ciudad de Algeciras, y por la Comarca del Campo de Gibraltar.
Compartidos con su esposa Mercedes, sus desvelos científicos, sus innumerables investigaciones y trabajos, sus charlas y conferencias, sus orientaciones, consejos y apoyos siempre contaron con su pacífico entusiasmo y su voz calma, con su siempre espíritu de superación y la firmeza de sus convicciones. Fue, básicamente, un buen hombre y, si se me permite, una persona fundamentalmente dulce.
Nunca, ni él ni su familia, pidieron ponerle nombre al Museo de Algeciras, fueron y son muchos algecireños y solidarios los que lo han solicitado y apoyado, defendiendo y deseando a una persona que tanto ofreció a la Ciudad de Algeciras, la que siempre fue su lugar en el Mundo.
Desde luego, Juan Ignacio de Vicente, ni ningún vecino, se merece un “informe” como el arrojado por Carlos Gómez de Avellaneda, y mucho menos en nombre de una institución oficial de la Ciudad de Algeciras (además de esas “otras personas y colectivos” que él mismo refiere en su escrito).
Sería realmente imposible soportar compartir espacio y palabra con quien lleva a cabo la infame hipocresía de, por un lado, homenajear a boca llena a Juan Ignacio de Vicente como Coordinador de las II Jornadas y, por otro y en escasos días, ha redactado tan despiadado informe como Cronista Oficial de Algeciras.
Es por esto que, muy a mi pesar, me veo obligado a declinar la invitación a participar en las actividades las II Jornadas de Etnología y Cultura Popular del Campo de Gibraltar, lo que pongo en su conocimiento, no sin antes pedir disculpas a los demás ponentes y asistentes por cuantas molestias y contrariedades pudieran derivarse de ésta.
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