Dos agentes de la Guardia Civil y un político ceutí, en prisión por el insólito pase hasta Algeciras de 3.000 kilos de hachís entre animales muertos

Algeciras/El cerco al narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar aumenta con cada operación, pero la sombra de la corrupción dentro de las instituciones añade una capa de gravedad a la batalla contra las mafias de la droga. Como ejemplo, la Guardia Civil ha detenido entre enero y febrero a catorce personas, entre ellas dos agentes del cuerpo y un político, por su participación en una organización criminal dedicada al tráfico de hachís a gran escala.

Según apunta este sábado El Faro de Ceuta, la operación, llevada a cabo por Asuntos Internos bajo la autorización del Juzgado Central de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional, tuvo su punto de partida en un pase insólito ocurrido en diciembre de 2023: el intento de trasladar 3.000 kilos de hachís desde Ceuta hasta Algeciras ocultos entre animales muertos en un camión de residuos.

El caso generó estupor por la magnitud de la operación y la aparente facilidad con la que la droga superó los controles en el puerto de Ceuta. El camión, cargado con subproductos animales no destinados al consumo humano (Sandach), había sido precintado y enviado con destino a una incineradora en Zaragoza. Los traficantes escondieron la droga en bolsas situadas en el centro de la carga, donde la inspección veterinaria no llegó a revisar. A su llegada al Puerto de Algeciras, la mercancía fue interceptada antes de que pudiera ser desviada de su ruta oficial.

Una investigación silenciosa y en dos fases

A este caso siguieron otros de características similares, lo que levantó las sospechas de las autoridades. Así la operación de Asuntos Internos arrancó ese mismo 2023 tras varias intervenciones de grandes cantidades de hachís que, a pesar de los controles establecidos en el puerto de Ceuta, lograron entrar en la Península. Las pesquisas confirmaron la existencia de una red delictiva dedicada al tráfico de droga a través de camiones y semirremolques, que contaba con la presunta colaboración de funcionarios corruptos.

En una primera fase, a finales de enero de 2024, se detuvo a nueve personas, entre ellas dos guardias civiles y el político ceutí Mohamed Ali Duas, funcionario de prisiones y miembro del partido MDyC. Siete de los arrestados -entre ellos los agentes y el diputado- fueron enviados a prisión. La segunda fase, llevada a cabo el pasado miércoles, 12 de febrero, se ha saldado con cinco nuevos detenidos, elevando el cómputo total a catorce.

Todos se enfrentan a cargos por delitos de organización criminal, tráfico de drogas y cohecho. La red operaba desde Ceuta, donde los captadores de la mercancía establecían contacto con los narcos marroquíes para recibir la droga y organizar su envío a la Península a través de Algeciras. La colaboración de ciertos funcionarios permitía que los cargamentos evitaran ser detectados en los controles de salida del puerto.

Última hora de la operación ATAM-Macetero

De forma casi paralela, la reciente operación ATAM-Macetero, que como adelantó Europa Sur el pasado martes, 11 de febrero, culminó con la detención de 24 personas en Ceuta, Algeciras y Zaragoza, ha puesto de nuevo sobre la mesa el papel clave de ciertos agentes corruptos en el engranaje del tráfico de drogas. Entre los detenidos, otro guardia civil destinado en el control del puerto ceutí, acusado de facilitar la salida de alijos a cambio de dinero.

El Juzgado de Instrucción número 5 de Ceuta ha ordenado prisión provisional, comunicada y sin fianza para doce de los detenidos que pasaron a disposición judicial este jueves, 13 de febrero, entre ellos el agente investigado. Un decimotercer arrestado ha quedado en libertad con medidas cautelares, mientras que el resto de implicados, muchos de ellos capturados en fases previas de la investigación, se enfrentan a graves cargos por tráfico de drogas, pertenencia a organización criminal y cohecho.

La investigación, que se extendió durante más de un año, desveló un entramado meticuloso que usaba el puerto de Ceuta como puerta de entrada a la Península. La red operaba con precisión: primero almacenaba el hachís en la ciudad autónoma, luego lo escondía en vehículos con dobles fondos y finalmente lo hacía cruzar el Estrecho con la aparente connivencia del guardia civil detenido, quien garantizaba que los controles no detectaran la droga.

El punto de inflexión en la investigación llegó cuando los agentes de la Udyco de la Policía Nacional y el Servicio de Información de la Guardia Civil detectaron que varias cargas de hachís pasaban por el mismo punto de vigilancia sin ser inspeccionadas. Entre los ejemplos más llamativos, cuatro vehículos modelo Audi cuyas ruedas estaban rellenas de droga, cruzaron sin problemas el primer control de la frontera marítima con destino a Algeciras, aunque fueron pillados en el de la Policía Nacional. Estos hechos, sumados a la reiteración de movimientos sospechosos y a la vinculación del agente con la organización criminal, precipitaron su detención y el despliegue del operativo final, que se ejecutó con una coordinación sin precedentes entre Policía Nacional y Guardia Civil.

El golpe a la organización ha sido contundente. Se realizaron catorce registros en Ceuta, Algeciras y Zaragoza, incautándose 142.760 euros en metálico, 10.890 dirhams, una escopeta, una pistola detonadora y múltiples dispositivos electrónicos utilizados para la comunicación encriptada entre los miembros de la red.

Sin embargo, la presencia de agentes corruptos dentro de los propios organismos encargados de combatir el narcotráfico sigue siendo un desafío mayúsculo. La delegada del Gobierno en Ceuta, Cristina Pérez, ha felicitado a las fuerzas de seguridad por su trabajo, subrayando la importancia de depurar responsabilidades dentro de los cuerpos policiales. "Si cualquier ciudadano que comete un delito debe rendir cuentas ante la justicia, aún más en el caso de quienes juraron luchar contra el crimen", ha declarado.

Con estas operaciones, las autoridades han logrado desmantelar, prácticamente de manera simultánea, dos de las redes más activas en el paso de hachís desde Marruecos al Campo de Gibraltar.