Conflicto
La Junta de Andalucía defiende que la competencia para actuar contra los rellenos de Gibraltar es del Gobierno

La hostelería del Campo de Gibraltar, entre la indignación y la incertidumbre

Los empresarios demandan ayudas directas al sector y lamentan la "demonización" al ser objeto de las medidas más restrictivas

Golpe a la hostelería

Un establecimiento de San Roque, cerrado desde el pasado 17 de enero. / Andrés Carrasco

La hostelería del Campo de Gibraltar vive entre la indignación y la incertidumbre. Indignación porque la gran parte de los propietarios de cafeterías, bares y restaurantes entiende que se está "demonizando" al sector al ser el más perjudicado por las restricciones aplicadas por la Junta de Andalucía en esta tercera ola del coronavirus. E incertidumbre, por la falta de ayudas al sector y por el miedo que se puede infundir a la ciudadanía al apuntar a estos establecimientos como “primer objetivo” de las medidas impuestas.

Este domingo solo pueden tomar café o alguna tapa a mediodía los habitantes de Tarifa después de que Algeciras haya entrado en el grado 2 del nivel de alerta 4 tras superar la tasa de incidencia de 1.000 casos por 100.000 habitantes. En Los Barrios la hostelería volvió a abrir el pasado miércoles después de 14 días cerrada, pero la alegría solo ha durado tres días porque la tasa de incidencia ha vuelto a superar los 1.000 casos.

Este último es uno de los principales temores de los hosteleros, abrir tras dos semanas sin actividad y volver a cerrar pocos días después. Para Manuel Moreno Rojas, Manolo el del Copo, presidente de la Asociación Hostelera del Campo de Gibraltar, se trata de un problema que puede causar graves perjuicios económicos. “En Palmones solo abrieron las cafeterías. Los restaurantes hemos continuado cerrados por el cierre perimetral y porque abrir conlleva una serie de gastos y sabíamos que no nos podíamos arriesgar. En El Copo tenemos que hacer un gran desembolso para comprar el producto y si nos encontramos con esta situación se echaría todo a perder. Nosotros tenemos un vivero y cada día que voy veo que se ha muerto alguna langosta o bogavante. De 30 piezas quedan ya 16”, lamenta el hostelero.

Manuel Moreno, Manolo el del Copo.

Manuel Moreno es un firme defensor de que el cierre perimetral debe acotar a toda la comarca, no por municipios. “No tiene sentido que en ciudades tan grandes como Málaga se hayan visto 200.000 personas en la calle Larios o que en Sevilla se haya permitido la movilidad de miles de personas y que aquí se haya cerrado cada pueblo, nos han crucificado. Y a principios de enero, con la premura con la que se hizo. Tenía el restaurante y el salón de celebraciones completo para el día de Reyes y nos cancelaron todas las reservas. Ha sido una ruina”, destaca.

La falta de ayudas es otro asunto que preocupa al representante de los hosteleros de la comarca. “Yo personalmente tenía un colchón que ya no lo tengo. Los ayuntamientos tienen poco margen de maniobra. En Los Barrios, Alconchel ha pedido a las administraciones que nos echen una mano porque está preocupado y no nos van a cobrar impuestos de terrazas mientras estemos cerrados. En Jimena puede que den unos 300 euros. En otros países como Holanda, Alemania, Bélgica o Italia se han dado ayudas. No pedimos más de lo que ganamos, sino lo mínimo para poder subsistir. Hay que tener en cuenta que aunque estemos cerrados seguimos generando gastos. Por ejemplo de electricidad, porque las neveras tienen que seguir funcionando. Además tenemos que seguir pagando contribución, basura y todos los impuestos”, solicita Manolo el del Copo.

Algunos restaurantes como El Copo comenzaron a ofrecer comida a domicilio o para llevar, pero Manuel Moreno ha desistido. “He comprobado que no merece la pena poner en marcha toda la infraestructura para eso porque de lunes a viernes teníamos pocos servicios. El volumen solo crecía lo fines de semana, pero no nos merecía la pena”.

Los Barrios

La situación de Los Barrios ha colmado el vaso de muchos empresarios del comercio y la hostelería, que han convocado una movilización de protesta para este lunes a las 12:30 en las inmediaciones de la Plaza de Toros La Montera.

La decisión de la Junta de Andalucía de, atendiendo a las oscilantes cifras de enfermos de Covid, permitir la apertura del comercio denominado no esencial y la restauración el pasado miércoles en Los Barrios para obligarles a cerrar de nuevo tres este sábado ha acabado con la paciencia no solo de los empresarios, sino de muchos de los trabajadores cuya subsistencia depende de ese sector.

Los afectados reclaman ayudas directas de las diferentes administraciones, reducciones de impuestos y, de forma innegociable, que cuando se le permita levantar sus persianas haya la certeza de que podrán mantenerse abiertos durante un tiempo prudencial, para evitar las pérdidas generadas por la medida del gobierno autónomo la pasada semana.

La Línea

En La Línea, el cierre de la hostelería y el comercio no esencial ha cumplido ya un mes y los hosteleros esperan que tras la bajada de la tasa de incidencia, puedan reabrir la próxima semana o la siguiente. Sin embargo, temen que se repita la situación de Los Barrios. “Abrir de nuevo un negocio supone limpiarlo, prepararlo y llenarlo de mercancía, y si nos vuelven a cerrar es un gran problema”, destaca Santiago Macías, presidente de la Asociación Linense de Autónomos de Hostelería (Alaho).

Santiago Macías, presidente de Alaho. / Andrés Carrasco

Otra de las preocupaciones es la respuesta de la ciudadanía. “No sabemos si tendrán miedo, si tendrán ganas de volver a los bares… Esto nos causa mucha incertidumbre y no nos queda más remedio que seguir adelante”, advierte Macías.

Tras un mes de cierre forzoso, hay pocos hosteleros en La Línea que hayan decidido arrojar la toalla y cerrar sus negocios. “La mayoría de los negocios de nuestra asociación vamos a seguir adelante, hay algunos que sí, pero es una minoría”.

“Los hosteleros fuimos los primeros en cerrar, a los que más restricciones le han impuesto… Siempre va todo en contra nuestra. Puedo entender que a la hora de consumir no se está con la mascarilla puesta, pero para eso está la distancia de seguridad, que la cumplimos, y todas las normas que nos ponen. Si las cumplimos no deberíamos ser el problema, pero cada vez que hay subidas en los contagios lo arreglamos cerrando la hostelería y ahora comercios no esenciales también”, lamenta Macías.

En cuanto a ayudas, el Ayuntamiento de La Línea lanzó una partida de 150.000 euros a finales del año pasado y ha anunciado otra del mismo importe: “El Ayuntamiento es el único que está haciendo algo por nosotros. Nos dio una primera ayuda de 1.000 euros por establecimiento, que la cobraremos a finales de este mes, y ahora se está preparando otra que estará en marcha en un mes y que serán otros 1.000 euros. Ya ha dado más que la Junta de Andalucía y que el Gobierno central. La Junta dio 1.000 euros para pymes, siempre que no sean sociedad, pero en el caso de la hostelería muchos somos sociedades limitadas y muchos no pudimos optar a ellas. Se supone que ahora van a sacar ayudas pero por ahora nada”, destaca el presidente de Alaho.

San Roque

San Roque cumplió este sábado tres semanas del cierre de la hostelería y el comercio no esencial y las sensaciones son las mismas que en el resto de municipios. El pasado 19 de enero, los empresarios decidieron manifestarse de forma espontánea ante la falta de ayudas y el alcalde, Juan Carlos Ruiz Boix, se reunió con ellos para anunciarles ayudas por importe de 250.000 euros que ya han sido aprobadas por el Pleno.

Francisco González Vicario, presidente de la Asociación de Hostelería de San Roque. / Andrés Carrasco

Francisco González Vicario es el presidente de la Asociación de Hosteleros de San Roque: “Nos da la sensación de que solo se toman medidas en contra de la hostelería porque vas a algún supermercado y no se guardan distancias ni aforos. Yo, de hecho, he dejado de ir a grandes superficies. Hay gente que nos echa la culpa de los contagios. Considero que es una total falta de empatía porque hay mucha gente dedicada a la hostelería”, señala el representante de la hostelería sanroqueña.

“Es muy complicado sacar adelante estos negocios, todos nos hemos enfrentado a malas rachas. Hay una falta de empatía muy grande. Están demonizando tanto a la hostelería que va a llegar un momento en el que la gente va creer que nosotros somos los culpables. Y tememos que llegue el momento de que los bares abran y de que la gente se haya convencido de que el problema es la hostelería y dejen de venir. Esto se puede extender a sectores como el turismo que van de la mano”, lamenta Francisco González.

La falta de ayudas de administraciones superiores es otra de las demandas de los empresarios sanroqueños. “¿Cómo se puede obligar a tributar a personas a la que se le ha impuesto el cierre? Ya hay bares que han cerrado, como El Varal, después de toda la vida. El Ayuntamiento nos va a dar unas ayudas, pero se echan en falta del Gobierno o de la Junta. Ahora estamos pagando el impuesto de salvar la Navidad”, advierte el presidente del colectivo, que entiende que bares y restaurantes podrían estar abiertos “si hubiera un compromiso claro de la gente de cumplir la normativa”.

Algeciras

Algeciras ha sido el último municipio en sumarse al cierre de la hostelería y el comercio no esencial tras superar los 1.000 casos por cada 100.000 habitantes. El Ayuntamiento ya ha informado de que ha creado una línea de ayudas a empresas por el cierre de la actividad con 300.000 euros y que suprimirá varios impuestos, entre ellos la tasa por la ocupación de terrazas durante la vigencia del grado 2 dentro del nivel de alerta 4 que, como mínimo, durará 14 días desde este sábado.

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