La iglesia San Isidro Labrador de Tahivilla, ejemplo de arte sacro en un pueblo de colonización (I)
Instituto de Estudios Campogibraltareños
Al poblado de Tahivilla se le dotó por parte del Instituto Nacional de Colonización (INC) de una serie de servicios. Entre ellos, el religioso, con la construcción de una iglesia y todo lo necesario para el culto
El poblado de Tahivilla fue uno de los primeros proyectos de poblados del Instituto Nacional de Colonización (INC) a nivel nacional. En 1946 se redacta el “Proyecto de poblado en Tarifa. Tarifa Cádiz”, por Fernando de la Cuadra. En dicho proyecto, se diseña también la iglesia y el curato. El poblado posee una arquitectura contemporánea, con plano en cuadrícula, donde el arquitecto quiso plasmar la arquitectura de los pueblos andaluces en el tipo de construcciones y las directrices de la filosofía del Régimen Franquista en la distribución.
La plaza es el centro del poblado, en la que se ubican los edificios públicos, como la iglesia, el ayuntamiento o los comercios. Conformando manzanas con calles rectas, se disponen las viviendas de una o dos plantas, con las dependencias agrícolas en la parte trasera. Son edificaciones simples, populares, con cubierta en azotea para el uso, encaladas y con un orden claramente rectilíneo, roto únicamente por los parellones de las puertas y las ventanas, así como por la alternancia de una o dos plantas. Debemos destacar el hecho de que las cubiertas sean del tipo en azoteas, ya que todas las construcciones de la provincia de Cádiz se han realizado con cubierta a dos aguas. Este modelo de vivienda es más típico de los poblados en la provincia de Almería.
En la base de datos de arquitectura contemporánea de la Junta de Andalucía (IAPH), consta que el poblado fue declarado en el año 2008 como bien de catalogación genérica, dentro del Registro Andaluz de Arquitectura Contemporánea, con código 01110350063.
El proyecto de construcción de una iglesia en Tahivilla
El arquitecto encargado del proyecto de poblado en Tahivilla fue Fernando de la Cuadra e Irizar . Este arquitecto nació en Utrera el año 1904. Comienza su carrera profesional trabajando, como arquitecto, en la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929, realizando proyectos de diferentes pabellones para la exposición. De la Cuadra combina la realización de encargos con la participación en concursos para darse a conocer.
En 1933, obtiene el primer premio de anteproyectos de poblados para las zonas regables del Valle Inferior del Guadalquivir. En 1935, ingresa como arquitecto interino en el ayuntamiento de Jerez, ocupando la plaza como titular en 1936. Su labor como arquitecto es bastante prolífica, ya que desarrolla su trabajo, tanto a nivel privado como a nivel público, destacando proyectos decisivos en la definición urbanística de la ciudad de Jerez, la edificación de poblados para el INC, promociones de viviendas para el Instituto Nacional de la Vivienda, barriadas, remodelaciones y restauraciones, así como otros muchos proyectos. En cuanto a Tahivilla, el arquitecto concibe el nuevo poblado con edificaciones basadas en la arquitectura tradicional.
La construcción de la nueva iglesia de San Isidro
En marzo de 1951 se hace la solemne bendición de la primera piedra, y tras la finalización de las obras, la iglesia es bendecida en junio de 1953, poniéndose bajo el patronazgo de San Isidro Labrador, santo éste bajo el cual se ponía la advocación de todos los nuevos pueblos de colonización. El edificio es donado por el INC a la iglesia en 1969.
Descripción del edificio construido
En los nuevos poblados de colonización, destacan las iglesias. Tienen un protagonismo importante y destacan por encima de los edificios civiles, que representaban el poder estatal. Ocupan un lugar preferente dentro del urbanismo, construidas en un lugar privilegiado, dentro de la plaza principal. Lo espiritual por encima de lo terrenal, lo que simboliza la importancia de la religión católica en la nueva sociedad franquista.
La iglesia de Tahivilla se construye sobre una terraza elevada, dentro de la plaza, lo que le confiere mayor monumentalidad. Es el edificio más alto del poblado, con su torre campanario, convirtiéndose en el símbolo identificativo del poblado.
Al redactarse el proyecto antes del Concilio Vaticano II, la normativa que rige el proyecto es la referente a la planta basilical. El templo se construye con los mismos materiales que las viviendas, simple en sus formas, austero y sencillo, lo que lo hace más cercano a los fieles. Todo el edificio está enlucido con mortero de arena y cal, y encalado.
La nave principal
El edificio tiene una única nave central, reforzada por cuatro contrafuertes y con cúpula en el presbiterio. Entre los contrafuertes, se insertan en los laterales tres pequeñas capillas, con arcos deprimidos. La primera de la izquierda es de mayor proporción. Se trata del baptisterio, en el que se ubica la pila bautismal. En el lateral derecho, a la entrada, se encontraba un pequeño almacén de planta cuadrada, hoy reconvertido en capilla. A los pies del edificio se localiza, en altura, el coro, con una balaustrada de madera, cuyo acceso se realiza por una puerta, desde el campanario.
La entrada a la iglesia se hace a través de tres arcos apuntados, superpuestos y construidos en ladrillo visto. La cubierta, con vigas vistas a dos aguas, se apoya sobre arcos apuntados que unen los contrafuertes, siendo el que separa la nave central con el presbiterio una superposición de arcos apuntados, el denominado arcus triunphalis. La cúpula del presbiterio se apoya sobre un tambor, cuya base son cuatro pilares unidos por arcos de medio punto. Bajo estos arcos, se disponen otros arcos deprimidos, formando capillas laterales. La cúpula se resuelve con cuatro trompas y es rematada en el exterior por una especie de linterna, pero sin iluminación. Al presbiterio, a mayor altura, se accede a través de tres escalones, con un pequeño altar de mármol rojo al fondo. A la izquierda del altar, se encuentra la puerta de acceso a la sacristía y, a la derecha, la puerta de un pequeño armario.
La iluminación natural penetra por los óculos de las capillas y por ventanas cuadradas situadas sobre ellos. Un óculo en la fachada principal, a modo de rosetón, ilumina el coro. El presbiterio, contra todo pronóstico y en contra de lo que suele suceder en las iglesias de colonización, queda en penumbra, debido a que solo existen dos óculos en los laterales. Todos los cristales son simples, es decir, no encontramos vidrieras decorativas, como sí ocurre en las otras iglesias. Eran cristales, en un principio con tonalidad verde, que actualmente son traslúcidos. La luz artificial se resolvió con pebeteros realizados en hierro forjado y colocados en cada uno de los muros de los contrafuertes, donde se colocaron velas en un principio y, con la llegada de la electricidad, bombillas.
La torre campanario
Las torres campanarios eran, y son, un elemento arquitectónico que sobresale del resto de las construcciones en los poblados de colonización, convirtiéndose en un hito que identifica al poblado.
Dependiendo del tamaño de la iglesia, se elegía entre torre o espadaña. En el caso que nos ocupa, se optó por la torre campanario. El INC también dejaba cierta libertad en estos temas. El trazado es de planta cuadrada, dejando un hueco central para las escaleras de tipo caracol.
El campanario posee tres cuerpos. El primero es de mayor altura y sin ninguna moldura o resalte, a excepción de las pequeñas ventanas que dan luz a las escaleras de su interior.
El segundo cuerpo, el más ornamentado, forma el cuerpo de campanas. Se diseña con arcos de medio punto en cada lateral y con molduras o ribetes que resaltan tanto los arcos como las esquinas, a modo de pilastras adosadas. En el lateral frontal, se instaló una única campana, realizada en la Fundición Manuel Rosas de Torredonjimeno, en febrero de 1952. Una cornisa superior lo divide en otro cuerpo superior, más pequeño, el cual es rematado, en la parte alta en cada esquina, por unas bases cuadradas, sobre las que se apoyan unas esferas. El tercer cuerpo lo forma un pináculo cónico, embellecido por una cubierta de azulejos color verde y rematada por una cruz.
El curato
Aparte del templo, se construyeron también las dependencias necesarias para el desarrollo de las actividades religiosas y una casa para el sacerdote. Ambas edificaciones forman un conjunto en forma de L junto con la iglesia y en torno a una pequeña plaza ajardinada. Se anexa a la iglesia en la parte trasera, comenzando con la sacristía, siguiéndole el salón parroquial, donde tendría su actividad Acción Católica, unos baños y varios despachos parroquiales. Y, a continuación, cerrando el conjunto, la casa del sacerdote de doble planta y con entrada independiente. Incluye también un pequeño huerto-jardín en la parte trasera.
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