"Soy un privilegiado: cada día aprendo de mis pacientes que han sufrido un cáncer de mama"

Entrevista | Jesús González Rubiño, fisioterapeuta en la Unidad de Linfedema de Algeciras

El fisioterapeuta Jesús González Rubiño lleva casi dos décadas en Algeciras aliviando el linfedema en mujeres operadas de cáncer de mama. Más allá del tratamiento, su consulta es un espacio de cercanía y aprendizaje mutuo

Premian a un fisioterapeuta de Algeciras por atajar un edema linfático con dolor extremo y sin causa quirúrgica

Jesús González Rubiño, fisioterapeuta en la Unidad de Linfedema de Algeciras en el centro de salud Menéndez Tolosa.
Jesús González Rubiño, fisioterapeuta en la Unidad de Linfedema de Algeciras en el centro de salud Menéndez Tolosa. / Erasmo Fenoy

Algeciras/La consulta de Jesús Baltasar González Rubiño, en el centro de salud Menéndez Tolosa de Algeciras, es un refugio de calma antes de la tormenta diaria de pacientes. A primera hora de la mañana, el fisioterapeuta se mueve con la naturalidad de quien lleva veinte años en el oficio. Sobre la pared, un cuadro retrata a una mujer de espaldas, tumbada de costado, recogida en sí misma. No es un adorno casual: representa a una paciente de cáncer de mama, una imagen que resume el motor de su trabajo.

La entrevista debe ser rápida. En pocos minutos entrará su primera paciente del día, una "novata", como él la llama con cariño. Acaba de ser operada y hoy será su primera toma de contacto con el linfedema. González Rubiño le explicará qué es, qué ejercicios debe hacer para prevenirlo y cómo debe cuidar su piel para evitar complicaciones. "Es crucial que no se hagan heridas, que eviten el calor, que no se apliquen compresiones en el brazo afectado, que dosifiquen el esfuerzo para ir entrenando el brazo poco a poco", detalla. También le hablará de la importancia de usar protección solar y buscar posiciones que favorezcan el drenaje linfático. "Lo ideal es que mantengan el brazo en alto siempre que puedan para ayudar al líquido a volver", añade.

El linfedema es una afección crónica y progresiva que se produce cuando el sistema linfático no puede drenar correctamente el líquido intersticial, acumulándolo en los tejidos. Su aparición es común en pacientes oncológicos, sobre todo tras una mastectomía, ya que la extirpación o radiación de los ganglios linfáticos impide el flujo natural de la linfa. La inflamación, la sensación de pesadez, el dolor e incluso las alteraciones sensitivas pueden convertirse en una carga física y emocional difícil de sobrellevar. De ahí la importancia de la prevención y el tratamiento precoz.

"Se estima que una de cada cuatro mujeres operadas de cáncer de mama desarrollará linfedema. En la mayoría de los casos, aparece durante el primer año tras la cirugía", explica Jesús González.

Pacientes de Jesús González Rubiño, en la sesión semanal de fisioterapia que realizan en el Polideportivo Municipal Ciudad de Algeciras.
Pacientes de Jesús González Rubiño, en la sesión semanal de fisioterapia que realizan en el Polideportivo Municipal Ciudad de Algeciras. / J.G.R.

Una unidad pionera en Andalucía

La Unidad del Linfedema del Campo de Gibraltar nació en 2006 como una iniciativa pionera en Andalucía, impulsada desde la Atención Primaria. Desde entonces, ha atendido a más de 1.800 pacientes, tanto pacientes con linfedema como aquellas con riesgo de desarrollarlo.

"En esta Unidad tratamos principalmente linfedemas por mastectomía, en mujeres y también en hombres, aunque estos casos son menos frecuentes", señala. Lo que hace especial a este servicio es que el tratamiento se lleva a cabo en el centro de salud, lejos del hospital donde las pacientes fueron operadas o recibieron quimioterapia. "Así evitamos que el simple hecho de acudir a la consulta les haga revivir el proceso oncológico. Queremos que este sea un espacio de recuperación, no de recuerdos dolorosos", explica.

"Imagina tener que ir 15 días seguidos al hospital donde te dieron quimio. Aquí queríamos un espacio de recuperación, no de recuerdos dolorosos"

Además de los casos derivados del cáncer de mama, también atienden pacientes operadas de melanoma u otros procesos oncológicos que hayan implicado la extirpación de ganglios en la axila. "Si le han quitado ganglios en la axila, es nuestra paciente", resume con pragmatismo.

Jesús González recuerda con gratitud a la persona que confió en él para poner en marcha esta unidad. "Fue Encarnación Sánchez Olmedo, mi querida Marién, quien apostó por crear este servicio cuando en aquella época no había nada", afirma. También destaca el apoyo del actual director de Enfermería, Juan Manuel Diosdado Lozano, quien le permite investigar y desarrollar nuevos enfoques. "Tengo una suerte tremenda con mis jefes porque me dan libertad para innovar", reconoce.

El fisioterapeuta de la Unidad de Linfedema del Área de Gestión Sanitaria Campo de Gibraltar Oeste, Jesús González Rubiño.
El fisioterapeuta de la Unidad de Linfedema del Área de Gestión Sanitaria Campo de Gibraltar Oeste, Jesús González Rubiño. / Erasmo Fenoy

Una trayectoria de reconocimientos internacionales

El trabajo de Jesús González Rubiño ha sido premiado en varias ocasiones. En 2013, el Colegio de Fisioterapeutas de Andalucía lo distinguió por un estudio que demostraba los beneficios de combinar ultrasonidos y terapia física en el tratamiento del linfedema en mujeres sometidas a mastectomía.

Años después, en 2024, recibió un nuevo reconocimiento por su investigación sobre una técnica novedosa para reducir el tiempo de evolución del síndrome de la red axilar en pacientes con linfoma de 'no-Hodgkin'.

"El cáncer no tiene nada bueno, pero te enseña muchas cosas. Y yo he aprendido de ellas sin haberlo sufrido"

Sin embargo, el mayor reto de su carrera llegó en 2025, cuando la Sociedad Británica de Linfología le otorgó un prestigioso premio por su intervención en un caso extremo de edema linfático con dolor severo en una paciente de 26 años.

"Era un caso límite. La paciente tenía un edema de grandes dimensiones y un dolor insoportable. Se llegó a valorar la amputación de la pierna", explica. En ese momento, Jesús González se encontraba en la clínica Földi, en Alemania, considerada la "NASA de la linfología". Este centro es un referente europeo en la investigación y tratamiento de enfermedades linfáticas y recibe pacientes de todo el mundo.

"Allí estuve en dos periodos diferentes, en 2023 y 2024, como parte de mi doctorado con la Universidad de Málaga. Para obtener la mención internacional, debía realizar una estancia en un centro puntero de investigación. Hablaba alemán porque me saqué el B2 en la Escuela de Idiomas de San Roque, así que pensé: 'Vamos a intentarlo'", relata. Con el permiso de su jefe, logró pasar tres meses en Földi, donde conoció un equipo multidisciplinar de primer nivel.

Un primer plano de las manos de González Rubiño durante la entrevista para 'Europa Sur'.
Un primer plano de las manos de González Rubiño durante la entrevista para 'Europa Sur'. / Erasmo Fenoy

Durante su segunda estancia en la clínica, le asignaron el caso de esta joven de 26 años con un diagnóstico devastador: un Síndrome de Dolor Regional Complejo, también conocido como Síndrome de Sudeck. La inflamación, la hipersensibilidad extrema y la limitación funcional de la pierna hacían que cada manipulación fuese un desafío. "El dolor era tan intenso que las curas eran casi imposibles. Ni siquiera podíamos aplicar la terapia manual convencional", recuerda.

El abordaje fue completamente multidisciplinar. Un equipo de fisioterapeutas, psicólogos, enfermeros, terapeutas ocupacionales y médicos trabajó de manera conjunta para revertir la situación. "La psicóloga jugó un papel clave con técnicas para disuadir el dolor, incluso hipnosis, mientras aplicábamos la terapia físico descongestiva compleja", detalla.

El resultado fue extraordinario: la paciente logró conservar la pierna.

Campogibraltareño de corazón

Jesús González es granaíno de nacimiento, de Motril, pero campogibraltareño de adopción. Hace ya veinte años que se instaló en San Roque, y no hay quien lo saque de aquí. "Va más allá de la gente, de la amabilidad del gaditano", sonríe antes de seguir, "gracias a mis jefes, y gracias a mis pacientes, tan guays, soy feliz. Ellas hacen todo el esfuerzo del mundo por colaborar y por que esto funcione".

"Las pacientes llegan a mí con ganas de vivir. Y ese chute de energía lo vivo yo junto a ellas"

Su trabajo consiste en aliviarlas del linfedema. Primero, con drenaje linfático. Luego, con presoterapia, que es una compresión neumática que ayuda a drenar el exceso de líquido. Y, finalmente, con vendaje. Pero el tratamiento va más allá. Se trata de cuidar, de acompañar. Por eso, cuando su jefa Marién quiso abrir este servicio, supo que el mejor lugar no era un hospital, sino la Atención Primaria. "Si tienen que venir todos los días, porque las que tienen el brazo hinchado deben acudir durante 10, 12 o 15 días, imagínate 15 días yendo al lado donde te daban la quimio. Hay gente que le da igual, pero a otras no les resulta agradable". Así que aquí están: paredes rosas, macetitas, cuadros... una consulta que quiere parecerse más a un hogar que a una clínica. Cercanía total.

La clínica de Jesús González, ganador del premio de la Sociedad Británica de Linfología.
La clínica de Jesús González, ganador del premio de la Sociedad Británica de Linfología. / Erasmo Fenoy

De todos los casos que ha tratado en 19 años, este especialista no puede destacar uno solo. "Todos son especiales", dice. Pero lo que más le ha marcado es lo que ha aprendido de sus pacientes. "Soy un privilegiado, porque sin haber tenido yo un cáncer, me he llevado el beneficio. Y es que el cáncer, aunque no tiene nada bueno, te enseña muchas cosas. Yo he aprendido de ellas sin haber pasado por ello". Todas, por distintas que sean, comparten algo: el instinto de supervivencia, la capacidad de lucha. "Es curioso ver cómo los seres humanos, todos, los que parecen más fuertes y los que parecen más débiles, pasan por un proceso psicológico común. Primero el miedo, luego la ira, la incertidumbre... Y al final, las ganas de vivir. A mí ya me llegan las pacientes con las ganas de vivir. Y ese chute de energía, ese brote después de la poda, lo vivo yo junto a ellas. Soy muy afortunado".

Pero su trabajo no se detiene en lo conocido. Jesús González investiga, busca respuestas donde aún no las hay. "Aparte del linfedema, hay una complicación muy frecuente, pero muy desconocida: el trombo linfático". Se trata de una inflamación dolorosa que aparece tras la cirugía de cáncer de mama y que, hasta hace poco, estaba infradiagnosticada. Ahora, gracias a un ensayo clínico con 46 pacientes en el Campo de Gibraltar, han logrado reducir su duración de un año a menos de 15 sesiones de fisioterapia. "Y el dolor, claro", añade.

González Rubiño durante la entrevista para 'Europa Sur' en el centro de salud Algeciras Centro.
González Rubiño durante la entrevista para 'Europa Sur' en el centro de salud Algeciras Centro. / Erasmo Fenoy

La técnica que ha desarrollado forma parte de su tesis doctoral en la Universidad de Málaga y ya está en proceso de patente. "Y todo esto lo hemos hecho aquí, en Algeciras, con la colaboración de unas pacientes que son maravillosas. Todo el mundo quiere participar en el estudio, nadie dice que no. De verdad, la zona es magnífica para investigar y para trabajar".

Lo dice alguien que conoce bien el territorio. Alguien que llegó hace dos décadas y decidió quedarse. Que ha aprendido, en cada consulta, lo frágil y lo fuerte que puede ser la vida. Y que, entre drenajes linfáticos, vendajes y presoterapias, ha hecho mucho más que aliviar un síntoma: ha acompañado a cientos de mujeres en el regreso a sí mismas.

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