Juicio de Gicofa: "Los socios perdimos todo el dinero"

Vista oral en la Sección 7ª de la Audiencia de Cádiz

Víctor Regueira, farmacéutico de Jimena, recuerda lo sucedido hace diez años con la quiebra de la cooperativa de las boticas del Campo de Gibraltar

La acusación particular pide hasta 68 años de cárcel para cuatro directivos de Gicofa en 2014

Víctor Regueira, farmacéutico de Jimena, en la redacción de Europa Sur / Claudio Palma

Campo de Gibraltar/El juicio contra la cúpula directiva de la cooperativa farmacéutica Gicofa, cuyas sesiones han dado comianzo este martes en la sección 7ª de la Audiencia de Cádiz, con sede en Algeciras, ha revivido el cúmulo de emociones que sus socios vivieron en 2014, cuando la sociedad entró en concurso de acreedores a raíz de la gestión de su cúpula directiva, motivo por el cual se está celebrando el proceso judicial.

"Los socios perdimos todo el dinero", recuerda Víctor Regueira, farmacéutico de Jimena de la Frontera y uno de los cooperativistas. Él fue uno de los 150 denunciantes que hace diez años dieron inicio a la instrucción del caso, algo menos de la mitad de los 400 que formaban la cooperativa. "Eran unos compañeros denunciando a otros, una tragedia", comenta Regueira, que añade el factor de la amistad de muchos de los miembros con algunos de los nueve directivos.

Ya en 2014 los socios denunciantes hicieron pública la situación después de que la directiva de Gicofa se negase a hacer públicas las cuentas y la auditoría correspondientes al año 2013, al contrario del proceder de los ejercicios previos. "Los empresarios, constituidos como 'Plataforma por Gicofa', aseguraron que durante años ha reinado la ocultación de información hacia los 400 asociados con los que cuenta", publicaba en julio de 2014 Europa Sur, reflejando la sorpresa de los farmacéuticos al conocer el estado económico de la sociedad.

Según el informe de la auditoría, al que ha tenido acceso esta redacción, se encontraron 16 millones de euros en dos partidas que se citaban como "deuda a favor" y que, por tanto, esperaban cobrar. Sin embargo, una vez se acogieron al concurso de acreedores y se reformularon las cuentas, se encontró un déficit de 18,5 millones en el fondo de maniobra y otros 10,5 de fondos propios.

La quiebra de Gicofa dejó sin trabajo a los 127 empleados con los que contaba. "La mayoría se quedó sin cobrar", añade Regueira, ya que solo algunos acabaron recibiendo indemnizaciones como parte del concurso de acreedores.

Además de los socios, existen varias acusaciones particulares en el juicio que se celebra en la Audiencia. Algunas son empresas a las que la sociedad acabó debiéndoles dinero, como centrales de compras y firmas de transporte.

Tras la instrucción, la jueza decidió enjuiciar al presidente de Gicofa, Juan C.; al vicepresidente, Manuel R.; al director general, Manuel M. y al tesorero, Luis A. Entre los delitos se encuentran estafa, administración desleal o revelación de secretos. "Normalmente estabas ahí sin cobrar, para trabajar para los compañeros", explica Regueira, que añade que el máximo responsable por entonces de la entidad pasó 24 años en diversos cargos dentro de la directiva de la cooperativa.

Más allá de las partes implicadas de forma directa en la causa, el sector farmacéutico y varias cooperativas de España tienen puestos sus ojos en la futura sentencia de la Audiencia. En otras provincias han existido casos parecidos dentro de las directivas, pero ninguno del calibre que se juzga actualmente.

No obstante, este no es el único juicio contra la directiva de Gicofa, ya que ha existido un juicio mercantil en el que se condenó en primera instancia a los directivos a pagar 18 millones de euros de sus bolsillos, que acabó siendo una sentencia del 20% del montante para el presidente únicamente. Este último recurrió al Tribunal Supremo la decisión y está pendiente del resultado del recurso.

"Cuestión emocional"

La cooperativa Gicofa daba cobertura al Campo de Gibraltar, la bahía de Cádiz y la Costa del Sol y, durante los 40 años que existió, acabó siendo más que un suministrador de medicamentos para muchos profesionales.

"Gicofa era una cuestión emocional", rememora Víctor Regueira, que destaca que, pese a que el proveedor de Sevilla le ofrecía mejores condiciones económicas, se mantenía fiel a su cooperativa. "Me decían que con ellos ganaba más dinero, pero yo les decía que soy del Campo de Gibraltar", recuerda. "Los trabajadores eran amigos míos, nos reuníamos mucho, hacíamos cursos", señala como un acicate del motivo por el que se ha implicado tanto en la causa.

Pese a lo que significó Gicofa para los farmacéuticos que la formaban, la idea de una nueva cooperativa de ámbito comarcal o provincial que recuperase su espíritu es casi imposible que vuelva a surgir por los cambios en el mercado del medicamento. "En su momento, cuando quebró hablamos con las autoridades de la posibilidad de crear otra", cuenta este farmacéutico gallego afincado en Jimena desde hace años, que añade que el margen de beneficio que se podría conseguir ahora es muy reducido en comparación a tiempos pretéritos.

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