La Junta y Valoriza usarán el alga invasora que afecta al Estrecho para compostar lodos en la depuración de aguas

Algeciras/El alga asiática Rugulopteryx okamurae, que ha tapizado los fondos marinos y arruinado caladeros en el Estrecho de Gibraltar, podría convertirse en un recurso sostenible en lugar de un lastre medioambiental y económico para las costas de municipios como Algeciras, La Línea y Tarifa. La Junta de Andalucía, junto a la empresa de gestión ambiental Valoriza y el Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (Ifapa), ha firmado un acuerdo para investigar la viabilidad de utilizar el alga invasora como material para compostar lodos de depuración de aguas residuales, aliviando así el problema que afecta al litoral del Campo de Gibraltar.

El proyecto, que se desarrollará en la planta de Valoriza en Jerez de la Frontera, busca demostrar si los arribazones de esta especie pueden emplearse como material estructurante para el compostaje. La colaboración, que se enmarca en el proyecto Biokamurae II del Ifapa, está financiada por el Fondo Europeo Marítimo, de Pesca y de Acuicultura, y evaluará tanto la eficacia del compost como su aplicación en cultivos agrícolas. La proliferación de Rugulopteryx okamurae ha alcanzado niveles críticos en la Bahía de Algeciras y a lo largo del Parque Natural del Estrecho, con una estimación anual de 150.000 toneladas de arribazones que afectan al turismo, la pesca y el equilibrio de los ecosistemas marinos.

Esta planta, que cubre los fondos hasta los 45 metros de profundidad, ha desplazado a otras especies marinas y sigue expandiéndose sin encontrar barreras naturales. Expertos y ecologistas locales denuncian que la burocracia y la falta de actuaciones inmediatas han facilitado esta invasión que amenaza con dañar irreversiblemente la biodiversidad del Estrecho.

Desde 2019, el Ifapa investiga el compostaje de estos arribazones, y los resultados preliminares sugieren que puede convertirse en un recurso agrícola viable. Este acuerdo con Valoriza pretende, por primera vez, llevar las pruebas a una escala semi-industrial, explorando una solución sostenible para el problema que asola las playas del Campo de Gibraltar.