El líder del clan de los Pantoja aprovecha un permiso penitenciario para darse a la fuga

La Audiencia de Cádiz emite una orden de búsqueda y detención contra Jesús Heredia, que cumplía cinco años de prisión por tráfico de drogas

El juicio por la muerte de los seis marineros del 'Rúa Mar' y narcotráfico, entre el 5 y el 16 de mayo de 2025, en Algeciras

Los acusados en el juicio contra el clan de los Pantoja, ante el tribunal, en la sesión del 27 de septiembre de 2021.
Los acusados en el juicio contra el clan de los Pantoja, ante el tribunal, en la sesión del 27 de septiembre de 2021. / Erasmo Fenoy

Algeciras/La Audiencia de Cádiz ha emitido este jueves, 27 de marzo, una orden de búsqueda y detención contra Jesús Heredia Heredia, líder del clan de los Pantoja, por no haberse presentado para su ingreso en prisión a la vuelta de un permiso penitenciario. Condenado a cinco años de cárcel en septiembre de 2022 como responsable de un alijo de mil kilos de hachís, Heredia es un escurridizo delincuente que durante años fue mano derecha de Abdellah El Haj Sadek El Menbri, el Messi del hachís, de quien aprendió buena parte de los tejemanejes del negocio.

Tras la fuga de su jefe a Marruecos, en marzo de 2019, el Pantoja se puso al frente de una fuerte organización dedicada al tráfico de drogas, al nivel de la encabezada por los hermanos Tejón, los Castañas, discípulos también del Messi. Las autoridades vincularon a Heredia, igualmente, con el supuesto alijo de hachís que llevaba en sus bodegas el pesquero Rúa Mar, naufragado con seis tripulantes a bordo el 23 de enero de 2020 a la altura de Cabo Espartel, a 28 millas de la costa de Tánger. Esta causa se juzgará el próximo mes de mayo por la Sección 7ª de la Audiencia gaditana, con sede en Algeciras.

Heredia, que en el momento de su enjuiciamiento cumplía condena por otra causa, llevaba catorce meses encarcelado cuando se dictó la citada sentencia, alcanzada tras un acuerdo de conformidad con la Fiscalía Antidroga de Algeciras. En la vista oral hubo otros trece encausados por delitos de tráfico de drogas, pertenencia a organización criminal, receptación y tenencia ilegal de armas.

Un clan jerarquizado y con funciones bien definidas

La Fiscalía Antidroga, tomando como base el pormenorizado relato realizado en sus investigaciones por la Guardia Civil y la Policía Nacional, estableció en sus conclusiones que Heredia ejercía las funciones de líder de una organización en la que el reparto de tareas de cada miembro estaba claramente definido.

Abdeselam M.A. alias Nimo, y su hermano Abdelkader M.A., alias el Grillo, eran los responsables de controlar las embarcaciones y el transporte de la droga por mar desde Marruecos a España, "estableciendo los puntos en el mar" donde las narcolanchas esperaban el momento oportuno para llegar a la costa, "y proporcionando a los pilotos de confianza".

"Por la parte de tierra, supervisando los desembarcos de la droga así como su transporte" estarían los acusados José O. F, alias el Tinti, y José Manuel O. F. alias el Gordo, indicaba la Fiscalía.

Jesús Heredia es conducido por agentes de la Policía Nacional tras ser detenido en Chiclana, en junio de 2020.
Jesús Heredia es conducido por agentes de la Policía Nacional tras ser detenido en Chiclana, en junio de 2020. / CNP

Víctor Manuel S. V., alias el Rubio, era el supuesto encargado de buscar los vehículos en los que la droga era transportada una vez llegada a la costa, "así como hacer funciones de vigilancia y lanzadera" en esos viajes hasta las guarderías donde los alijos eran custodiados por la red.

Otro destacado acusado fue Isaac J.J., alias Donete, presunto responsable de conseguir las embarcaciones y de localizar las guarderías para la droga y las armas para defenderlas de posibles vuelcos (robos) por parte de otros criminales.

Los presuntos encargados de transportar la droga en los vehículos, siempre según la Fiscalía, eran Driss N.A., Abdel H.A.H., Cristóbal P.P. y Juan José S.J..

El escrito de acusación del ministerio público establecía que Ahmed M. A., junto a dos acusados en situación de rebeldía, Yasmin A.C. y Carlos G.C. (contra los que por su situación no se estableció acusación formal) eran los encargados del avituallamiento del clan, tanto de víveres como de gasolina, así como de transportar a las collas a los lugares del alijo, a fin de sacar los fardos de las lanchas y llevarlos a tierra.

"Finalmente, dentro del grupo, los acusados Mustafa M.A., alias Butanero; Ahmed M. A., alias Gorrino, en rebeldía; junto con Mohamed L.G.E.K. serían encargados de montar los puntos en el agua, previamente concertados con Jesús Manuel H.H. y Abdeselam y Abdelkader M.A.", determinó la Fiscalía.

Una patrulla de la Guardia Civil, embestida

La investigación se inició en abril del 2019 a raíz de conocerse "la existencia de un grupo de personas que, claramente estructurado y organizado, se estarían dedicando a la introducción de sustancias estupefacientes por las costas del Campo de Gibraltar, para posteriormente ocultarlas en diferentes lugares de la zona de Algeciras y localidades cercanas, hasta su posterior traslado", apuntaba el escrito de la Fiscalía, que detallaba los seguimientos a los que fue sometida la red durante meses a fin de armar una acusación sin cabos sueltos.

Un punto de inflexión tuvo lugar el 12 de diciembre de 2019, con la intervención de una tonelada de hachís y de seis vehículos, tras un desembarco de droga en La Ballenera de Algeciras y después de una persecución en la que una patrulla de la Guardia Civil fue embestida por uno de los vehículos a los que perseguían, un Porsche Cayenne robado y con 20 fardos de hachís en su interior, conducido por Abdellah H.A.H.

El 17 de enero de 2020, en el marco de la Operación Rubio, 300 agentes de la Guardia Civil y la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Policía Nacional se desplegaron en Algeciras y La Línea para detener a nueve personas e intervenir 2 toneladas de hachís, 37.000 euros en efectivo, tres coches, material informático, equipos de telecomunicaciones y diversa documentación.

El jefe de clan logró escapar en esa ocasión, pero su huida concluyó meses después en junio de ese año. Su detención a manos de la Policía Nacional en Chiclana, mientras almorzaba plácidamente con su familia, fue celebrada como un triunfo por los agentes. Ahora comienza una nueva persecución, posiblemente, tanto o más compleja que las anteriores.

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