Marruecos incauta 18 toneladas de hachís en la costa atlántica en su tercera gran operación antidroga en una semana
La droga, lista para ser cargada en lanchas neumáticas, fue abandonada por los traficantes al llegar la Policía
Las autoridades encadenan tres golpes consecutivos contra el narcotráfico marítimo con un total de más de 45 toneladas decomisadas
Marruecos halla la entrada del narcotúnel de Ceuta en una casa situada en una zona militar

Algeciras/La Policía marroquí ha asestado un nuevo golpe al narcotráfico internacional al incautar cerca de 18 toneladas de hachís en una operación desarrollada este martes, 15 de abril, en la costa atlántica del país. La intervención tuvo lugar en la zona de Sidi Is’haq, entre las ciudades de Esauira y Safi, donde las fuerzas de seguridad frustraron un intento de enviar la droga por vía marítima hasta España.
Según ha informado en un comunicado la Dirección General de Seguridad Nacional (DGSN), la operación se llevó a cabo gracias a información precisa proporcionada por los servicios de inteligencia interior (DGST). En el lugar fue interceptado un camión de mercancías que transportaba 17.740 kilos de hachís, listos para ser cargados en dos lanchas neumáticas con potentes motores.
Además del alijo y las embarcaciones, los agentes hallaron material de navegación destinado presuntamente al transporte de la droga por mar. Al parecer, los implicados abandonaron la carga y lograron darse a la fuga cuando llegaron las fuerzas de seguridad. La Policía marroquí continúa con las investigaciones, supervisadas por la Fiscalía, para identificar y detener a los responsables de esta red criminal y esclarecer sus ramificaciones tanto dentro como fuera del país.
La intervención constituye la tercera gran operación antidroga en menos de una semana, lo que evidencia una intensificación de los controles y una nueva estrategia de presión sobre los traficantes por parte de las autoridades marroquíes.
Más de 45 toneladas incautadas en una semana
Este último decomiso se suma a otros dos realizados en los últimos días. El pasado jueves, 10 de abril, la DGSN confiscó 25 toneladas y 45 kilos de hachís en las proximidades de Sidi Kacem, a unos 130 kilómetros de Rabat. En esa operación, también basada en información de inteligencia, se interceptó un camión de gran tonelaje que transportaba 628 fardos listos para ser embarcados. Sus dos ocupantes, hombres con antecedentes penales, fueron arrestados y puestos a disposición judicial.
Tan solo unos días después, en la madrugada del lunes 14 de abril, la Gendarmería Real detuvo a un importante capo del hachís en la playa de Sidi Bouzid, al norte de El Yadida, tras hallar 2,2 toneladas de droga en un camión. La operación movilizó a unidades especiales y concluyó con la interceptación de una embarcación en alta mar que intentaba llegar hasta España.
Lo más llamativo de esta última acción fue la captura de uno de los narcotraficantes más buscados del norte del país, una figura influyente en el entramado del narcotráfico entre África y Europa. En ciudades como Tánger o Tetuán, donde los narcos conviven con impunidad entre cafés de lujo y campos de golf, su arresto rompe una larga tradición de tolerancia encubierta.
En conjunto, las tres operaciones han permitido decomisar más de 45 toneladas de hachís y reflejan un endurecimiento en la lucha contra el tráfico de drogas, especialmente por vía marítima, uno de los principales canales de salida hacia Europa.
Aunque aún es pronto para hablar de un cambio estructural, la detención de figuras prominentes del narco y la coordinación visible entre inteligencia, Policía Judicial, Gendarmería y Marina apuntan a un giro en la política de seguridad marroquí.
Marruecos, uno de los principales productores de hachís del mundo, se encuentra bajo creciente presión internacional para frenar el flujo de estupefacientes hacia el continente europeo. Estas intervenciones podrían ser el comienzo de una nueva etapa en esa lucha.
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