Masonería en Los Barrios durante el último tercio del siglo XIX (I)

Instituto de Estudios Campogibraltareños

La atracción que ejercieron las logias masónicas de Gibraltar sobre la comarca circundante y Andalucía resulta significativa

José González Roncero, abogado local y diputado a Cortes en 1881, fue uno de los pioneros y creador del taller Roncero nº 224 en 1887

El saqueo turco de Gibraltar en 1540 (I)

El saqueo turco de Gibraltar en 1540 (y II)

José González de la Vega.
José González de la Vega.
Antonio Morales Benítez

08 de julio 2024 - 02:00

Los Barrios/Esta comunicación pretende ser una primera aportación al estudio de la masonería en Los Barrios durante el último tercio del siglo XIX, en un contexto de expansión en el Campo de Gibraltar. Esta localidad participa de esa gran movilización con la fundación de diversas organizaciones masónicas. Incluso, antes de que se crearan, conocemos el testimonio de algunos pioneros que entraron en contacto de manera muy temprana con la institución a través de las logias radicadas en la colonia inglesa de Gibraltar.

La plataforma masónica de Gibraltar

Habría que destacar la influencia de este enclave británico sobre sus vecinos de la comarca. Ello explicaría que se convirtiera en una de las zonas con más presencia de la Orden del Gran Arquitecto del Universo, por lo que Gibraltar iba a convertirse en un punto de referencia imprescindible para la supervivencia de la masonería española durante los largos años de persecución, un lugar donde iban a mantenerse vivos los principios masónicos y liberales.

En el Peñón, se ha podido documentar presencia masónica, de manera ininterrumpida, desde el siglo XVIII, con la fundación de la logia San Juan de Jerusalén nº 51, creada por algunos componentes del Segundo Batallón de Artillería trasladado a la colonia y reconocida oficialmente por la Gran Logia de Inglaterra en 1728, tras lo cual se instalarían otros cuerpos masónicos. En este sentido, la existencia de la colonia inglesa animó extraordinariamente la instalación del masonismo en el sur de España. Gibraltar, además, a lo largo de todo el siglo XIX, se había convertido en lugar de refugio para muchos liberales españoles.

Sin embargo, pese a estos antecedentes, habrá que esperar casi 150 años, desde la aparición de la masonería en la colonia inglesa, para documentar la existencia de un primer taller masónico en el Campo de Gibraltar, puesto que en abril de 1875 se creaba la logia Trafalgar de Algeciras.

En este contexto, y antes de que la Orden echara raíces en la comarca, la aparición de los primeros testimonios en Los Barrios está asociada a algunos de esos masones campogibraltareños que se iniciaron y desarrollaron su actividad en talleres del Peñón, cuando la institución estaba prohibida y perseguida en España.

Documento de la logia Roncero nº 224 de Los Barrios, 18/ 12/ 1887, Centro Documental de la Memoria Histórica.
Documento de la logia Roncero nº 224 de Los Barrios, 18/ 12/ 1887, Centro Documental de la Memoria Histórica.

En este sentido, un primer ejemplo lo podemos encontrar en la figura de José García y Utor, considerado por algunos como el primer masón del Campo de Gibraltar, con una destacada trayectoria, no solo masónica, sino también política por sus conexiones con el movimiento liberal. Aunque nacido en Algeciras en 1792, vivió en Los Barrios donde murió a la edad de 88 años, por lo que esta localidad se sitúa, de alguna manera, en los orígenes de la Orden en la comarca, puesto que esta se inició en 1820 en Gibraltar. De él se ocupa una publicación del órgano de una de las federaciones hegemónicas en España, que lo consideraba como “el decano de los masones españoles”. Dada su larga vida, durante muchos años fue un referente importante para los hermanos de la zona, y, ya anciano, todavía colaboraba con algunas publicaciones nacionales.

Un segundo ejemplo de estos pioneros lo podemos encontrar en José González de la Vega, símbolo Roncero, iniciado en San Juan en 1874, miembro destacado de las filas liberales, alcalde de Los Barrios entre 1837 y 1841, presidente de la diputación de Cádiz en 1870 y diputado a Cortes en sucesivos períodos desde 1843 y repitiendo en diferentes convocatorias electorales al menos hasta 1881. Murió en Los Barrios en 1883.

Y también, dentro de esta familia, tan influyente en Los Barrios, está su hijo, José González Roncero, abogado local y diputado a Cortes por Algeciras en el período entre 1879 y 1883. Gobernador de Castellón en 1881, era una persona muy próxima al jefe de los liberales, Práxedes Mateo Sagasta, iniciado, asimismo, en la misma logia gibraltareña San Juan, para adoptar, posteriormente, también el nombre simbólico Roncero y ostentar el grado 18.

La logia Roncero nº 224

A partir de 1887, con la aprobación de la nueva Ley de Asociaciones del gobierno de Sagasta, la masonería pudo obtener reconocimiento legal e iniciar una fase de expansión y un gran desarrollo. Por ese mismo año, y de la mano de González Roncero, se crearía el primer taller conocido de Los Barrios, la logia Roncero nº 224, dentro del Gran Oriente Nacional de España (GONE) y a cuyo acto de constitución acudió una importante delegación de masones gibraltareños.

La federación tenía depositadas sus esperanzas en este masón iniciado en el Peñón, dada su relevancia masónica, política y social. Persona muy influyente en Los Barrios, era miembro del partido liberal y se recordaba su estrecha relación con Sagasta, según comunicaba al Oriente Ricardo de Mendoza Sánchez, responsable de la fundación de numerosos talleres en la comarca y quien esperaba que esto repercutiera en beneficio de la obediencia. En este sentido, le había comunicado a los órganos rectores de la federación que el nuevo venerable de la logia es el “(...) primer capitalista de por aquí y diputado a Cortes hoy. Es abogado, hijo del célebre González de la Vega, persona de mucha instrucción e influencia, que supongo interpondrá en pro de la Orden y en particular de nuestro Oriente”. Y tras haberse puesto al frente de la logia decía: “En Los Barrios hay mucho entusiasmo y esto lo hace tener por ser el Sr. Roncero la primera figura de quien dependen todos”.

Previamente, el 23 de mayo de 1887, se había solicitado el reconocimiento de la federación del GONE, que presidían entonces Caballero de Puga y Pantoja, para celebrar su instalación oficial el 17 de septiembre del mismo año.

Con esta inauguración de los trabajos de un modo solemne, en su nuevo templo, parecía consolidarse el movimiento masónico en Los Barrios. Según la federación, la culminación del local había resultado muy costosa, pero, ciertamente, el acto había estado a la altura de la ocasión, con casi 150 masones de diferentes lugares y con una comisión especial del Grande Oriente Nacional de España. Así, sabemos que a la sesión inaugural acudieron los 32 miembros del taller, entre ellos sus 15 fundadores, y un total de 103 invitados, procedentes de diferentes logias españolas y gibraltareñas.

Asimismo, la logia pasaba a estar presidida por el propio José González Roncero, en calidad de venerable maestro, en tanto que el resto de los cargos estaban ocupados por Tiburcio Ma Abásolo, símbolo Azpeitia, grado 17º (primer vigilante); Rafael Mariscal Aranda, símbolo Zaragoza, grado 3º (segundo vigilante); Manuel Ponce Dollega, símbolo Riego, grado 4º (secretario) y Juan Vázquez Rodríguez, símbolo. Pelayo, grado 3º (tesorero).

Por su parte, el delegado e inspector del GONE pronunciaba un solemne discurso, animando a los barreños a persistir en la consecución de sus ideales y a seguir trabajando por su perfeccionamiento moral, confiando que “el día 17 de septiembre de 1887 hemos conquistado para nuestros hermanos de Los Barrios, un puesto de honor, con esta colosal obra”: “Estos son los masones, que tantos siglos han trabajado con afán, por fundir en una sola familia a todos los hombres de buena voluntad; ideal sublime, que aunque con lentitud, le vemos desenvolverse, y ya los destellos de su mágica luz brillan, como rayos del refulgente sol sobre los muros de cada ciudad; de esta ciudad por tantos títulos digna de la obra colosal que nos hemos propuesto emprender. Al congregaros, repito os conjuro, para que trabajéis sin descanso, levantando altares a la virtud, forjando cadenas al crimen, la superstición y el fanatismo y entrando en el concierto de los pueblos libres, realicemos lo vislumbrado por el mártir del Gólgota...la fraternidad universal”.

Gibraltar, en una imagen de época.
Gibraltar, en una imagen de época.

Al mismo tiempo que les instaba a continuar trabajando sin descanso, para incorporar a Los Barrios a la obra de redimir a la sociedad a través de los ideales masónicos huyendo de los ataques de los que eran víctimas y los animaba a permanecer unidos: “No os importen, no, los escollos que nuestros enemigos sembraron en el camino. Toda gran idea, siempre fue controvertida y calumniada (…) Otros calumnian, si, sabiendo que los cetros vacilantes, encuentran seguro refugio en nuestras Llogs., que la Caridad llama a nn. Temp., para socorrer a los desvalidos, que la sangre nunca se ha derramado, por manos de nn. hh., saben esto, y sin embargo, nos calumnian, haciéndonos pasar, ante esa parte de la sociedad poco ilustrada por ateos prácticos, por conspiradores de oficio, por perturbadores del hogar doméstico. No importa, no, sigamos con abnegación y la frente erguida, por el derrotero, que nos indica nuestro ideal masónico, llevando la antorcha de la luz y de la fe, por todos los ámbitos de la tierra y al pasar de esta vida a la otra, dejemos a nn. hijos el venerado recuerdo, mientras nuestras fuerzas, no se esterilicen por el invierno de la vida; de que el día 17 de septiembre de 1887 hemos conquistado para nn. hh. de Los Barrios, un puesto de honor, con esta colosal obra”.

Artículo publicado en el número 60 de Almoraima, revista de estudios campogibraltareños. (Abril 2024).

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