El misterioso robo de un panel único de rastros fósiles en los 'flysch' de Algeciras
Joya geológica del Oligoceno
El geólogo Francisco Torres descubre el hurto de un estrato de hace más de 23 millones de años con forma de malla hexagonal en la punta de San García
Agaden pide al Parque Natural del Estrecho y al Ayuntamiento que abran una investigación para descubrir la identidad del ladrón
El panel tenía unos seis metros cuadrados y llevaba ahí entre 34 y 23 millones de años, pero no fue hasta poco antes de la pandemia cuando el geólogo Francisco Torres se topó con él por casualidad. El hombre no daba crédito: ante sus ojos se extendía una especie de capilla Sixtina de la geología. Una superficie de piedra con una variedad única en la zona de rastros fósiles que hasta entonces había pasado desapercibida. El viernes pasado volvió con unos estudiantes para enseñárselo. De nuevo dejó el lugar sorprendido: faltaba un trozo considerable. El lunes regresó para hacer fotos del expolio y confirmó sus peores temores: se lo habían llevado entero.
Esta colección de icnofósiles (restos de la actividad de organismos labradas en la piedra durante millones de años) estaba situada en los flysch de Algeciras, unas curiosas formaciones rocosas modeladas por las corrientes marinas y el viento, de nuevo durante millones de años. En concreto se había formado en la costa del Parque del Centenario, Reserva de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo, en San García, justo debajo de los miradores instalados cuando se adecentó el lugar con motivo de centenario de la Conferencia de Algeciras y de la creación de la Junta de Obras del Puerto.
Como un cuadro en el que el tiempo ha dejado un registro geológico de la actividad biológica, estas impresiones surgidas sobre el sustrato por un organismo (pueden ser madrigueras, huellas, marcas de excrementos, de alimentación, etcétera) adquirieron en Algeciras un valor añadido. El panel robado pertenecía al genero del Paleodictyon, cuya forma consiste en una malla formada por hexágonos, al modo de celdillas de abeja, y que supone en sí mismo un misterio para los geólogos. Lo explica el propio Paco Torres: "No se sabe a ciencia cierta qué organismo los generó ni cómo se crearon, aunque se han observado en zonas abisales es extrañísimo verlas en la costa".
El Paleodictyon podría ser un sistema de túneles donde proliferarían bacterias que servirían de alimento a un organismo bentónico (Los que habitan el fondo de los ecosistemas acuáticos) o una impresión creada por un organismo de la clase Xenophyophorea (organismos unicelulares gigantes presentes en gran número en los fondos abisales a gran profundidad). El caso es que nadie lo sabe.
Aparecieron en el registro marino geológico del Precámbrico/Cámbrico. El único resto de estas características en la zona, este de Algeciras, pertenecía al Oligoceno. Con una antigüedad entre 34 y 23 millones de años, por tanto.
Paco Torres estaba preparando, antes de la pandemia, un libro en torno precisamente los flysch de Algeciras. Durante su investigación visitó el lugar y encontró "un estrato espectacular" que le dejó entusiasmado por su variedad. Cuando le plantearon en el instituto en el que trabaja realizar una salida con sus estudiantes quiso llevarlos allí. Con asombro comprobó que se habían llevado unos dos metros cuadrados. Este lunes volvió para hacer fotografías de la zona y ya había desaparecido entero.
Estaba bajo las estructuras de hormigón que a modo de cajas que enmarcan el paisaje del Parque Natural del Estrecho, una zona del litoral con formaciones rocosas que hacen imposible el acercamiento con algún tipo de embarcación y sin acceso tampoco con un vehículo por carretera. De modo que el ladrón dejar su coche en la puerta del parque del centenario, caminar hasta el lugar con algún tipo de maleta o mochila, extraer los trozos de piedra en placas de unos 20 o 30 centímetros y caminar de vuelta con ellas por el parque. Y eso, en al menos dos días.
En principio, Francisco Torres estaba convencido de que era alguien que sabía lo que hacía. Algún experto en geología, o al menos un aficionado, que simplemente se lo quería llevar a su casa o venderlo a alguien dispuesto a pagar un buen precio para reinstalarlo en un chalet. Ahora piensa que no, que es alguien al que, simplemente, le gustó la piedra y, sin saber qué cogía, se lo llevó. El motivo del cambio es que no solo robó la parte de los rastros fósiles, que es la que realmente tiene valor y ocupa como máximo un 10% del panel, sino todo entero.
Torres le comentó el hurto a Javier Gil, portavoz de Agaden-Ecologistas en Acción, quien ante este "grave atentado contra el patrimonio natural", ha solicitado al director-conservador del Parque Natural del Estrecho y al Ayuntamiento de Algeciras que comience una investigación para intentar encontrar al culpable. También les pide "una mayor protección, vigilancia y educación a la sociedad". "Ambas entidades hacen alarde de los denominados Flysch del Estrecho, en la numerosa publicidad que realizan, sin embargo, no toman medidas para su protección.
Agaden también va a interponer una denuncia ante el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil.
"Desde el movimiento naturalista, hacemos un llamamiento a la sociedad por si ven restos de piedras con fósiles parecidos a los expoliados, que se pongan en contacto con las autoridades, ya que un patrimonio que era de todos para su disfrute in situ ha pasado a manos de unos pocos", denuncia.
¿Qué son los flysch?
Muchos algecireños y tarifeños los han visto desde siempre en sus costas, pero no todos son capaces de ponerle nombre a este capricho geológico de enorme valor capaz de generar un paisaje único. Se llaman Flysch y son una sucesión de estratos formados por rocas más duras y arcillas más blandas que a lo largo de millones de años han ido sedimentándose en el fondo del mar en un proceso conocido como corrientes de turbidez. La palabra nace de un dialecto alpino y quiere decir “terrenos que se deslizan”. Las corrientes marinas, las fuertes lluvias o, en determinados casos, movimientos sísmicos desplazan estos materiales originando avalanchas de arena y arenisca en el subsuelo marino. Este proceso continúa hasta que llega un momento en el que los materiales arenosos comienzan a asentarse y, posteriormente, sedimentarse. Primero se depositan los estratos más duros y luego las arcillas más blandas, dando lugar a grandes formaciones rocosas submarinas en las que habitan una gran variedad de animales como peces, artrópodos o gusanos, que han dejado la marca de sus huellas fosilizadas en la roca.
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