'El Niño'. ¿Qué dosis de ficción envolverá la realidad de la última obra de Fernando Aramburu?
La Estantería| literatura infantil y juvenil
Es un libro que nos habla directamente al oído, sin levantar la voz, casi susurrándonos, pero a la vez sus palabras nos tocan el corazón tanto física como emocionalmente
'A pesar de tu santa cólera'. La poesía no es monólogo
Algeciras/La creación literaria es un trabajo artesanal minucioso y de gran belleza, pero cuando esta se basa en hechos reales y que están tan cercanos en el tiempo a nosotros, la dificultad solo se puede solventar con maestría. Aramburu es un maestro a la hora de novelar ficción creativa sobre hechos y temas muy actuales, con el riesgo y la crítica que ello conlleva. Su prosa brillante está consolidada sobre el poeta que fue y sigue siendo.
El Niño es un relato lleno de emoción. Emoción de los personajes y emoción es la que te recorre todo tu cuerpo desde la primera frase: “Nicasio acostumbra subir los jueves al cementerio”. Pero ¿si el protagonista es El Niño? ¿Qué hace un abuelo visitando el cementerio?
Como el propio Aramburo indica: “La lengua tiene un poder grandísimo, porque entre otras cosas es un instrumento que tenemos para obrar efecto en la conciencia de los demás. Somos seres lingüísticos, la posibilidad de lenguaje está en nuestros genes, y mal le irá al ciudadano que no domine la lengua”
El viernes 23 de octubre de 1980 el colegio Marcelino Ugalde de Ortuella dejó de existir. La onda expansiva destrozó el colegio, los cuerpos de tres adultos y el alumnado de 1º de EGB, cincuenta niños entre 5 y 6 años. Aunque sus familias se encontraban en los quehaceres diarios, sus vidas quedaron marcadas y devastadas. Ortuella en esa fecha era un pueblo de unos 9.000 habitantes por ello el trágico accidente los marcó directamente a todos. La tragedia los hería directamente, eran hijos, nietos, sobrinos, vecinos, amigos. Esos pequeños, sus caras, rostros, risas, no era algo que le habían contado, sino vivido en primera persona, todos eran conocidos.
Este episodio real, como ocurre con los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós, son los pilares de la novela. Aramburu construye la historia y sus personajes sobre un marco histórico, geográfico y físico real. Los personajes están creados sobre vecinos tangibles que vivieron y sufrieron estos hechos, pero a la vez tratado con respeto y pulcritud, sin ahondar en la herida.
Nuco es El Niño que da título a esta obra, y es a él al que va a visitar su abuelo Nicasio, pero él no está vivo, es uno de los 50 niños fallecidos en el accidente del colegio. Nicasio, algo refunfuñón y que desde la muerte de su nieto prefiere la soledad que los amigos del bar, ha tenido suerte ya que el niño se encuentra en la tercera fila contando a partir de abajo y abuelo y nieto pueden hablarse cómodamente. Los padres de Nuco son Mariaje y José Miguel. Ellos nos van a mostrar su dolor, dolor personal que es vivido de forma muy distinta ya que cada persona es única. “Desde el día del accidente, el pueblo entero se había transmutado en un animal enorme de casas, encogido, pesaroso, susurrante”.
¿La tragedia ya es historia? ¿Ya es olvido? La vida no se detiene. Perder a una madre enferma y mayor es ley de vida, pero perder un hijo, al único hijo, por el que pasó tanto por tenerlo…
El Niño es un texto que nos habla directamente al oído, sin levantar la voz, casi susurrándonos, pero a la vez sus palabras nos tocan el corazón tanto física como emocionalmente. El texto está formado por capítulos cortos, sin numerar, sin estructura lineal, sino que es un puzzle de momentos y situaciones distintas que van intercalándose. En ellos se narra lo imprescindible, sin palabras decorativas o vocabulario superfluo. La narración se sustenta en respuestas a preguntas de una entrevista en las que no aparecen ni las preguntas, ni el interrogador. Las contestaciones son directas, precisas y concisas. Dentro de una desgracia de toda una localidad se estructura una relación coherente y desgraciada de vidas privadas alrededor de El Niño.
José Miguel, no habla euskera, pero “maitia” siempre está en su boca, hijo de emigrantes gallegos, voluntarioso, bien intencionado, pero también un pelma. Su mujer, Miriaje, lo define como trabajador, buena persona, no fuma, no bebe, es un corderito que no levanta la voz, un pedazo de pan.
Mariaje, madre del niño, de Nuco, hija de Nicasio y de Candelaria, solo se siente vasca a ratos.
Los abuelos, Nicasio y Candelaria, son de Plasencia y tras casarse se mudaron a trabajar a la Compañía Española de Minas de Somoriostro.
Nico y su abuelo Nicasio eran una pareja inseparable, la explosión, la muerte, tampoco los separaría.
La detonación es una expansión de sentimientos que son vividos de formas diferentes en cada uno de los personajes. El dolor no es solo de este pequeño grupo, de los padres y familiares de los cincuenta niños, de los vecinos de la localidad, sino que va tocando directamente a los lectores.
Los pequeños lectores recomiendan: Ismael Gonzáles Millán, alumno de 1º del doble grado en Derecho y Administración y Dirección de Empresas: “Tras la lectura de Hijos de la Fábula me he leído distintas novelas de Aramburu y esta me ha gustado. Es una novela que de los detalles pequeños construye el dolor humano que nos toca a todos, pero de forma diferente. Los cascotes de la explosión crean heridas en el alma de forma muy diferente en cada uno de los personajes. Existen expresiones simples como el moquero con el que el abuelo limpia el cristal del niño, o el columbario que es una gran cómoda con pequeños cuerpos, son expresiones simples pero que te hacen pensar mucho. La parte que más me gusta son los párrafos en cursiva, que es como si el propio texto hablase con el autor y con los lectores, es una clase magistral sobre la creación literaria de Fernando. Menos mal que no los suprimió tal como nos cuenta en las notas del autor”
El Niño tiene 272 páginas, podíamos indicar que es una novela corta en páginas, pero un novelón de emociones y sentimientos. Tamaño 22 x 15. La historia nos muestra distintas formas de gestionar el dolor, de superarlo, o de hurgar en él buscando la muerte. Contemplamos a tres protagonistas que siguen “viviendo” con Nuco. Su lectura es ¿abrir las heridas? ¿hurgar, remover el dolor ajeno? O ¿es una historia llena de humanidad? ¿un homenaje a esos niños, a sus familias? ¿un canto al amor entre un abuelo y su nieto que no puede separar ni la muerte? Toma partido, pero tras leerla.
Tiempo de lectura 6 horas y 45 minutos.
No es el primer libro de Fernando Aramburu que llega a este Club de lectura. Anteriormente hemos analizado Hijos de la fábula y Los Vencejos Como en todos sus libros, el último capítulo, el último párrafo, la última oración, te marca un gol por la escuadra lleno de esperanza.
Actividades con su lectura: Para el alumnado de Bachillerato. Como siempre las realizamos en tres momentos.
Antes de empezar a leer: Nos fijamos en la bella portada, en ella contemplamos un niño pequeño que tiene la cabeza agachada que mira sus manos donde tiene un tren de madera. Sabemos poco de él. No vemos el color del pelo o de sus ojos. A partir del título del libro y de la imagen nos vamos haciendo preguntas: ¿qué comida le gusta?, ¿cuáles son sus juegos favoritos?, ¿cuál es su familia? ¿tiene hermanos? ¿cuáles son sus juguetes? ¿le gusta leer? Tras las preguntas construimos a este personaje tanto física como emocionalmente.
Durante la lectura: Vamos creando una tabla de emociones. Partiendo de las emociones primarias-básicas (miedo, asco, ira-enojo, alegría, tristeza y sorpresa) En ella ponemos a los protagonistas de la novela, y en un segundo paso organizamos las emociones que hemos vivido identificándolos con textos concretos del texto.
Finalizada la novela: Nos convertimos en creadores literarios. Partiendo de un hecho ocurrido en nuestra localidad creamos una narración corta llena de emociones.
Autoría:
Fernando Aramburu, San Sebastián. Profesor, traductor, columnista, poeta y escritor. Licenciado en Filología Hispánica en la Universidad de Zaragoza. Abandonó la docencia en el año 2009 para dedicarse en exclusividad a la creación literaria.
Se dio a conocer con Fuegos con limón, en 1996. Como poeta ha publicado varios poemarios bilingües, en español y euskera, tales como Ave Sombra (Itzal Hegazti, 1981) o Bruma y conciencia (Lambroa eta kontzientzia, 1993). Sinfonía corporal ofrece, reunidos, los seis libros de poesía que Fernando Aramburu escribió entre 1977 y 2005, es decir toda su poesía publicada, en ellos afloran el inconformismo como primer guía literario, las reflexiones sobre un entorno social injusto y violento, o el compromiso contra la crueldad política, pero también la sensualidad y el amor.
Es considerado como uno de los narradores más destacados de su generación. Otros títulos de su obra son: No ser no duele, Los ojos vacíos, El trompetista del Utopía o Vida de un piojo llamado Matías. Patria”fue su gran éxito tanto de crítica como de lectores, obtuvo los siguientes premios: Premio Nacional de Narrativa del Ministerio de Cultura, Premio Nacional de la Crítica, Premio Francisco Umbral al Libro del Año, Premio Euskadi de Literatura en castellano, Premio del Club Internacional de la Prensa y Premio Ramón Rubial entre otros.
Ficha literaria
Autoría: Fernando Aramburu.
Editorial: Tusquets Editores. Barcelona.
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