La noche de San Juan: astronomía y tradición campogibraltareña a debate en un congreso

Hogueras y baños, agua marina para ahuyentar los males, todos pendientes del viento para predecir cuál será el predominante en el verano. Los rituales de la noche mágica de San Juan son similares a lo largo de la costa y responden a una tradición de origen pagano que tiene una razón astronómica: el cambio de posición del Sol. Y sus características, con ejemplos de la costa campogibraltareña y con especial atención a La Línea, han sido objeto de debate en un congreso internacional en el que se analizaba la relación de la cultura tradicional con sucesos astronómicos.

Esta semana ha tenido lugar ese congreso internacional telemático organizado por Iranian Teachers' Astronomy Union, que contó con la participación de la Unión Astronómica Internacional y el grupo de trabajo Network for Astronomy School Education. Han participado en este encuentro más de cuarenta países de todo el mundo. Los profesores de física María Pilar Orozco y Juan A. Prieto, este último natural de La Línea, presentaron en dicho congreso su trabajo de investigación relacionado con la Noche de San Juan y los sucesos astronómicos que pudieran justificar esta festividad tan arraigada en la sociedad.

Así, explica Prieto, "la noche de San Juan es el fruto de la cristianización de un rito pagano: la llegada del solsticio de verano boreal, que realmente sucede el 21 de junio. A partir de esta fecha el Sol empieza a decaer y para ayudar al astro en ese trance se le alienta con el fuego de hogueras, elemento principal de esta noche festiva".

El fuego se utiliza para alejar la mala suerte. En estas hogueras se queman muebles y enseres viejos, alegorías de todo lo que queremos dejar atrás. Saltarlas o quemar en ellas un papel donde hemos escrito las cosas que deseamos eliminar de nuestra vida son, entre otros, los rituales de esta noche. También cuentan las leyendas que las cenizas de estas hogueras valen para curar enfermedades.

"Tradicionalmente en La Línea, en los barrios de la Atunara y San Bernardo, a las 12 de la noche se empieza la quema en las hogueras de D. Juan y Dª Juana. Tras esto -explica el profesor- la magia se traslada a las playas, donde comienzan diferentes rituales: el salto de las tres olas y la petición de un deseo que queremos ver cumplido, darse un baño entrando de espaldas al mar (este ritual explica su relación con San Juan Bautista), lavarse la cara después de la media noche y mirarse un espejo para obtener buena suerte hasta la siguiente noche mágica. Y como estos muchos otros, hacen especial esta noche. Como punto final de esa noche algunos deciden llevarse a casa algunos litros de agua marina y rociar con una pequeña parte de ella cada rincón de la casa para ahuyentar todos los males".

Pero astronómicamente, ¿qué hay detrás de todo ello?

Prieto explica que "hace más de 5.000 años, nuestros ancestros (tan amigos de observar las estrellas) se dieron cuenta que en una determinada época del año nuestro Sol pasaba de una posición perpendicular sobre el Trópico de Capricornio a una posición perpendicular sobre el trópico de Cáncer (para los habitantes del hemisferio Norte de la Tierra, solsticio de verano). En principio se creía que no volvería a su esplendor total, ya que en esta fecha los días eran cada vez más cortos en nuestro hemisferio, y pudieron utilizar el fuego para ayudar a compensarlos".

Con respecto pronosticar el tipo de viento a partir de esa noche, "los datos estadísticos de los últimos diez años hacen pensar que hay una relación estrecha, aún sin explicación y será necesario un estudio más exhaustivo sobre todo ello".

Una explicación empírica para una noche que no obstante sigue teniendo mucho de misterio, porque no se ha encontrado una explicación al origen de todos sus rituales.