OBSERVATORIO DE LA TROCHA – NUESTRO ARTE PREHISTÓRICO
El ocaso de los Neandertales: Convivencia con los Homo Sapiens en el extremo sur peninsular
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Algeciras/En las últimas décadas, la ciencia ha comenzado a desentrañar un capítulo fascinante de la evolución humana: la coexistencia, posiblemente prolongada, entre Neandertales y Homo Sapiens en el sur de la Península Ibérica. A través de descubrimientos arqueológicos y avances en genética se ha planteado la posibilidad de que ambas especies humanas coexistieran en este territorio, compartiendo, ya fuera en armonía o competencia, un espacio que les ofrecía un refugio climático y ecológico. Pero, ¿cómo fue esta interacción? ¿Existió un intercambio cultural y genético significativo entre ambas especies? ¿Por qué finalmente prevaleció el Homo Sapiens? Estas preguntas continúan siendo exploradas por científicos y arqueólogos que buscan comprender las claves de este encuentro y su impacto en nuestra historia evolutiva.
Pioneros de la Península Ibérica, los Neandertales (Homo Neanderthalensis) fueron una especie humana adaptada al clima frío de Europa y Asia Occidental durante el Pleistoceno. Se cree que aparecieron hace unos 400.000 años, extendiéndose por gran parte de Europa, desde las islas británicas hasta Siberia, y ocupando el sur de la Península Ibérica. Su robusta anatomía, con extremidades cortas y musculosas, les permitía conservar el calor en climas fríos, y su estructura craneal albergaba un cerebro de tamaño comparable al de los Homo Sapiens. Los Neandertales desarrollaron herramientas avanzadas, conocidas como tecnología musteriense, y tenían una organización social compleja. En la Península Ibérica, especialmente en la región sur, los Neandertales encontraron un refugio. Se han descubierto sitios arqueológicos, como la cueva de Gorham en Gibraltar y la cueva de Zafarraya en Málaga, donde los Neandertales habitaron durante largos periodos. Estos sitios ofrecen una ventana única al modo de vida de estos primeros habitantes de la región, quienes eran cazadores-recolectores y sobrevivían cazando grandes mamíferos y recolectando frutos y raíces locales. A lo largo de miles de años, lograron adaptarse al entorno y sobrevivir en un territorio con una variedad de ecosistemas.
Mientras los Neandertales prosperaban en Europa, el Homo Sapiens evolucionaba en África hace unos 300.000 años. Esta especie, a diferencia de los Neandertales, tenía una gran capacidad de adaptación y migración. Hace unos 45.000-50.000 años, los Homo Sapiens comenzaron a migrar hacia Europa, trayendo consigo una tecnología más avanzada y una cultura que incluía expresiones artísticas, adornos personales y sistemas de comunicación simbólica. La tecnología lítica de los Homo Sapiens, conocida como tecnología auriñaciense, era más sofisticada que la musteriense de los Neandertales, incluyendo herramientas de hueso, puntas de flecha y agujas que les permitían elaborar ropas más ajustadas al cuerpo y optimizar la caza. Los primeros Homo Sapiens que llegaron al continente se asentaron en varias zonas, encontrando diferentes climas y ecosistemas. En el sur de la Península Ibérica, con un clima templado y abundancia de recursos naturales, se encontraron con los Neandertales, que ya habían establecido sus propios asentamientos. La evidencia arqueológica sugiere que este encuentro no fue inmediato ni masivo, sino gradual, y que ambas especies pudieron coexistir en la región por un periodo prolongado.
La hipótesis de que Neandertales y Homo Sapiens coexistieron en el sur de la Península Ibérica se sustenta en descubrimientos arqueológicos y análisis genéticos. En la cueva de Gorham, en Gibraltar, se han encontrado restos de ocupación neandertal que datan de hace unos 28.000 años, mientras que en la cueva de Zafarraya se han encontrado restos neandertales con una antigüedad similar. Estas fechas son posteriores a la llegada de los Homo Sapiens a Europa, lo que sugiere que ambas especies pudieron haber coincidido en la región. Estos yacimientos no solo contienen restos óseos, sino también herramientas y artefactos que muestran la presencia de ambas especies, algunas veces con rasgos que reflejan una posible influencia mutua en sus técnicas de fabricación. La proximidad de los restos neandertales y sapiens en estos sitios plantea la posibilidad de interacción. Además, las herramientas halladas presentan a veces características híbridas entre el estilo musteriense de los neandertales y el auriñaciense de los Homo Sapiens, lo que indica que pudo haber existido un intercambio de conocimientos y técnicas. Sin embargo, sigue sin estar claro si esta interacción fue directa o si ambas especies simplemente compartieron un espacio en el tiempo y adoptaron estrategias similares de supervivencia en un entorno que presentaba desafíos comunes.
Tecnología y cultura. ¿Hubo intercambio? Uno de los aspectos más estudiados sobre la convivencia entre Neandertales y Homo Sapiens es el posible intercambio cultural y tecnológico. Aunque cada grupo tenía su propia tecnología, es posible que ambos aprendieran del otro. Los Neandertales, aunque habían desarrollado una tecnología eficiente para la caza y la recolección, pudieron haber adoptado técnicas o herramientas del Homo Sapiens. En varios yacimientos se han encontrado herramientas con características mixtas, lo que sugiere que hubo alguna forma de interacción cultural. Asimismo, el descubrimiento de adornos y pigmentos en algunos yacimientos neandertales ha abierto la posibilidad de que esta especie adoptara prácticas simbólicas del Homo Sapiens. Aunque esta hipótesis es controversial, ya que muchos científicos consideran que los Neandertales tenían su propia forma de expresión simbólica, algunos estudios sugieren que pudieron haber sido influenciados por las prácticas culturales de los Homo Sapiens. Sin embargo, sigue siendo difícil determinar si estas similitudes fueron resultado de un intercambio directo o simplemente de una convergencia en sus adaptaciones culturales.
Hibridación y legado genético de los Neandertales en el Homo Sapiens. Uno de los descubrimientos más impactantes de las últimas décadas es que los humanos modernos tienen entre un 1% y un 3% de ADN Neandertal, lo que indica que hubo cruces entre ambas especies. Este proceso de hibridación pudo haber ocurrido en diversas regiones de Europa, pero el sur de la península ibérica es uno de los lugares donde esta hibridación podría haber sido más común, dado que ambas especies convivieron durante un tiempo prolongado. La hibridación entre Neandertales y Homo Sapiens no fue suficiente para evitar la extinción de los neandertales como grupo separado, pero su legado genético persiste en los humanos modernos. Los genes neandertales en los humanos modernos han tenido un impacto significativo en nuestra biología. Algunos estudios han mostrado que ciertos genes neandertales influyen en el sistema inmunológico y en características físicas como el tono de piel y la textura del cabello. Estos genes pudieron haber sido beneficiosos para los Homo Sapiens en su adaptación al clima europeo, lo que sugiere que la hibridación pudo haber sido una ventaja evolutiva en algunos aspectos. Sin embargo, algunos genes neandertales también están asociados con enfermedades autoinmunes, lo que muestra que la hibridación tuvo efectos complejos en la biología humana.
La desaparición de los Neandertales en Europa sigue siendo un tema de debate. Existen varias teorías sobre las causas de su extinción, muchas de las cuales apuntan a factores climáticos, competencia con los Homo Sapiens y la propia hibridación. Al final del periodo en que vivieron los Neandertales, Europa experimentó un cambio climático significativo con el inicio de las glaciaciones del Pleistoceno. Aunque los Neandertales estaban adaptados al frío, el clima fluctuante y la alteración de los ecosistemas afectaron sus fuentes de alimento y su supervivencia. La competencia con los Homo Sapiens pudo haber sido otro factor determinante. Con su tecnología avanzada y organización social compleja, los Homo Sapiens pudieron haber desplazado a los Neandertales en la caza y el acceso a recursos limitados. La mayor capacidad de adaptación de los Homo Sapiens, su red social de apoyo y su habilidad para transmitir conocimientos probablemente les dio una ventaja en la ocupación de los territorios y en la explotación de los recursos. Algunos estudios sugieren que los Homo Sapiens también tenían una mayor capacidad de reproducción y una organización social que facilitaba el establecimiento de relaciones de colaboración entre grupos.
El legado de los neandertales en los humanos modernos va más allá del ADN. La convivencia entre ambas especies nos recuerda la complejidad de la evolución humana y cómo las especies pueden influirse mutuamente. Los Neandertales no solo dejaron una huella genética en los humanos modernos, sino también una lección sobre la adaptabilidad y la importancia de las interacciones entre diferentes grupos. La coexistencia en el sur de la Península Ibérica probablemente impulsó innovaciones en la tecnología y en las prácticas culturales de ambas especies, ayudándolas a enfrentar desafíos compartidos. Además, la hibridación entre Neandertales y Homo Sapiens es un recordatorio de que la evolución no sigue un camino lineal y que la historia humana está llena de interacciones complejas. La genética moderna ha demostrado que los humanos actuales llevamos en nosotros una mezcla de diferentes linajes humanos, lo que refleja la rica historia de interacción entre las especies que habitaron el planeta.
Como conclusión final, un encuentro que definió la historia humana, la posible convivencia de Neandertales y Homo Sapiens en el sur de la Península Ibérica representa un momento crucial en la evolución humana. Esta región fue un punto de encuentro donde dos especies compartieron territorio, recursos y quizás conocimientos, dejando una huella duradera en la historia genética y cultural de la humanidad. La desaparición de los Neandertales no fue solo una historia de competencia, sino también de colaboración y de intercambio, donde cada grupo dejó algo de sí mismo en el otro.
La prevalencia final del Homo Sapiens no fue simplemente el resultado de una superioridad en términos de fuerza o inteligencia, sino de una capacidad única para adaptarse y para aprender de otras especies. La historia de la convivencia entre Neandertales y Homo Sapiens nos invita a reflexionar sobre nuestra propia historia evolutiva y a reconocer la importancia de la diversidad y la interacción en la supervivencia humana. A través de los descubrimientos arqueológicos y los estudios genéticos, seguimos desentrañando los secretos de este encuentro, aprendiendo cómo dos especies dejaron una marca indeleble en el desarrollo de la humanidad y cómo sus historias entrelazadas continúan siendo una fuente de aprendizaje para las generaciones actuales.
Hugo Alberto Mira Perales es especialista en arte prehistórico de la Asociación Cultural La Trocha y consejero de número de la 2ª sección (Arqueología, Etnología, Patrimonio y Arquitectura) en el Instituto de Estudios Campogibraltareños, Miembro del comité ejecutivo de la revista 1902 COMMITTEE, Miembro del Proyecto First Art.
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