Las orcas hunden un velero en el Estrecho de Gibraltar finalizada la temporada habitual de atunes

Vuelven los incidentes entre orcas y veleros en el Estrecho de Gibraltar, aunque ahora fuera de la temporada habitual en la que estos animales se alimentan de atunes en dichas aguas. El buque Grazie Mamma de la empresa polaca Morskie Mile resultó hundido el pasado 31 de octubre tras sufrir un ataque por parte de un banco de cetáceos cuando navegaba frente a las costas de Marruecos.

El velero, según relata la empresa en un post en sus redes sociales, se encontraba en la zona cuando fue atacado reiteradamente por un grupo de orcas. "Golpearon la aleta de dirección durante 45 minutos, causando grandes daños y vías de agua. A pesar de los intentos de llevar el yate al puerto por parte del capitán, la tripulación y los equipos de rescate, se hundió cerca de la entrada al puerto de Tánger-Med", explica la compañía.

La tripulación resultó ilesa tras el incidente y ya se encuentra en España, según la empresa turística, dedicada a la explotación comercial de cruceros y yates por todo el mundo y con una amplia oferta de destinos, entre ellos el Estrecho de Gibraltar.

El incidente se ha registrado fuera de la temporada de primavera-verano, cuando las orcas suelen permanecer por el área del Estrecho de Gibraltar para capturar atunes durante el desplazamiento de estos desde el Atlántico. Los atunes rojos migran habitualmente entre abril y mayo desde el océano Atlántico al mar Mediterráneo para desovar y reproducirse. Al igual que las almadrabas se instalan en esta época para capturar a los túnidos aprovechando el trasiego, las orcas hacen lo propio para garantizarse el sustento.

De hecho, los principales incidentes con los veleros tradicionalmente se han concentrado en los meses centrales del año. Ahora, los expertos en avistamiento de orcas que operan en las aguas del Estrecho apuntan a que ya existe una población estable radicada en la zona que, incluso, ha criado en el entorno. Esta conclusión es posible gracias al seguimiento de los ejemplares como el que realizan los avistadores de la compañía Turmares, con base en Tarifa.

Este grupo de orcas estaría abandonando su comportamiento tradicionalmente migratorio ante la existencia de abundante alimento (atún, principalmente) en la zona durante todo el año. La recuperación del atún rojo tras años de duras restricciones a la pesca es un hecho científicamente constatado y también ratificado por los pescadores, que llevan tiempo alertando de que hay bancos de atunes igualmente estabilizados, sin comportamiento migratorio. Por tanto, garantizado el sustento durante todo el año, las orcas no tienen la necesidad de desplazarse.

Adiestramiento de las crías

El Proyecto ORCA Cádiz, una asociación que tiene como principal finalidad divulgar y concienciar sobre la situación de las orcas en la península Ibérica, y especialmente en el Estrecho, contabilizó que son 14 ejemplares, todas hembras, los que, en los alrededores de las costas del Campo de Gibraltar, rompen o deforman el timón de los veleros, hasta dejarlos sin gobierno y necesitando ser remolcados a un puerto para su posterior reparación.

"Si se tratara de una respuesta defensiva, este comportamiento sería perpetrado por adultos, que se protegen a sí mismos y a sus crías de una posible amenaza, pero no es el caso, pues solo hay 2 adultas involucradas frente a las 12 juveniles que participan en ello activamente", sostienen desde esta asociación, que ha creado un catálogo a través del cual realiza un seguimiento efectivo de los ejemplares.

Según este grupo de trabajo, las orcas hembra utilizan los timones de los veleros para adiestrar a las crías a la hora de capturar los atunes.

A tiros contra las orcas

El máximo exponente de los incidentes entre veleristas y cetáceos tuvo lugar a finales de agosto, con el caso de los tripulantes de un velero que dispararon contra un banco de orcas frente a Tarifa.

Días después, una vez localizados en Almería, la Guardia Civil resolvió investigar a dos tripulantes de la embarcación por un supuesto delito penal y por falta administrativa contra la flora y fauna, tipificados en la Ley 42/2007.

La tripulación, embarcada en un viaje alrededor del mundo, reconoció los hechos y mostró total colaboración con las autoridades españolas, facilitando todo tipo de documentación y registro del barco, según informó la Guardia Civil.