Las pantallas, la nueva droga que afecta a los jóvenes

Miguel Ángel Martínez González, médico epidemiólogo y catedrático de la Universidad de Navarra, asegura que la vida de los jóvenes y los niños importa, y mucho. En la conferencia organizada este miércoles por los colegios del grupo Attendis (Puertoblanco y Montecalpe), el autor del libro Salmones, hormonas y pantallas ha defendido que esta se ve a menudo amenazada porque acceden a una demasiado temprana edad a los móviles. Lo que puede parecer una idea absurda no lo es, puesto que tener un smartphone es tener el poder de navegar en todo un mundo.

Los jóvenes cada vez buscan más un estímulo más fuerte para reaccionar y es aquí, donde recurren a las pantallas porque encuentran un refugio donde aislarse y pasar horas y horas. Los teléfonos móviles se han convertido, hoy en día, en la mayor problemática. El uso reiterado de las mismas se refleja en los recientes datos de salud mental que publican numerosas universidades y que se está convirtiendo en la punta de iceberg. Desde hace unos años, el suicidio es la mayor causa de muerte entre los más jóvenes derivado de la presión social, la ansiedad y la depresión con la que se exponen en el uso de las redes.

Miguel Ángel Martínez asegura que no es por ser pesimista, más bien todo lo contrario, se define como una persona positiva, pero los datos científicos exponen el problema de salud mental que aflora entre los más jóvenes de la casa y aprovecha para hacer un llamamiento a los padres, para que el grado de implicación en el tema sea mayor.

El uso reiterado de las pantallas y la inmadurez de los adolescente consigue atraparlos en el delicado mundo de la pornografía. Según Martínez-González, la pornografía es una epidemia que mueve todo un mundo económico y que es por ello, por lo que no se le pone un fin.

La infancia se encuentra privada y eso deriva en esta pandemia de las pantallas, el tiempo de ocio cae en picado desde la existencia de teléfonos y redes sociales. Como vía de solución para los padres, el médico aconseja que actúen como un rollmodel, para que sus hijos repliquen sus conductas.

La adicción a las pantallas, fomentada por el consumo de hormonas y los problemas de salud mental invaden la cabeza de los jóvenes que después de un uso reiterado, se convierten en ratas de laboratorios fáciles de manejar y presas fáciles de captar para las industrias pornográficas.