El Parque Natural de los Alcornocales, la vida en la prehistoria reflejada en las paredes de los enclaves rupestres

OBSERVATORIO DE LA TROCHA – NUESTRO ARTE PREHISTÓRICO

Su gran cantidad de abrigos y covachas propició su utilización para que los clanes de cazadores-recolectores y productores dejaran su impronta artística en las paredes

El Parque Natural del Estrecho, una zona privilegiada en la prehistoria del extremo sur peninsular

Panel principal del Tajo de las Figuras.
Detalle cérvido del Tajo de las Figuras.
Hugo Alberto Mira Perales

16 de marzo 2023 - 23:08

El Parque Natural de los Alcornocales, ubicado en la provincia de Cádiz, y el extremo sur de España-Europa, está en la comunidad autónoma de Andalucía. El parque abarca una superficie de 170.000 hectáreas, se extiende por varias comarcas y su geografía se caracteriza por una orografía complicada en la cual el muy montañoso relieve se caracteriza por una serie de sierras y valles que atraviesan el territorio. La Sierra del Aljibe, con una altitud de 1.092 metros, es la cima más alta del parque y una de las más altas de la provincia de Cádiz. Otras sierras importantes del parque son las del Niño, Líjar, Montecoche, San Bartolomé y la Utrera.

El parque también cuenta con una gran cantidad de cauces fluviales, como el Barbate, que es uno de los más importantes de la provincia de Cádiz, Hozgarganta, el Guadiaro y el Guadarranque. Estos ríos y arroyos contribuyen a la diversidad del ecosistema en el parque, proporcionando agua a una gran variedad de especies vegetales y animales.

En cuanto a la vegetación, el parque es conocido por sus extensos bosques de alcornoques, que cubren gran parte del territorio. También hay gran variedad de especies vegetales, como acebuches, quejigos, lentiscos, madroños, jaras y enebros. Estos bosques son importantes por su papel en la conservación del suelo y en la prevención de la erosión.

Parque Natural de los Alcornocales.
Parque Natural de los Alcornocales.

En cuanto a la fauna, el parque es refugio de muchas especies animales, entre ellas los mamíferos, como ciervos, corzos, jabalíes, tejones, zorros, meloncillo o erizos, mientras que entre las aves destacan el alimoche, buitre leonado, azor, águila calzada y alcaudón común. También se pueden encontrar especies de reptiles y anfibios, como la culebra bastarda, el lagarto ocelado y la rana común.

Geológicamente hablando el Parque Natural de los Alcornocales se encuentra en una región de muy variada y compleja geología. Gran parte del parque está compuesto por rocas sedimentarias que datan del Cenozoico, que es la era geológica que comenzó hace unos 66 millones de años y que se extiende hasta la actualidad. En particular, se pueden encontrar rocas del Mioceno (entre 23 y 5,3 millones de años atrás) y del Plioceno (entre 5,3 y 2,6 millones de años atrás). En el parque también se pueden encontrar rocas ígneas, como el granito y la diorita, que datan del Paleozoico (entre 541 y 252 millones de años atrás), aunque están cubiertas por capas de rocas sedimentarias más jóvenes.

La geología del parque también está influenciada por los procesos tectónicos que han tenido lugar en la zona. La presencia de fallas y pliegues en la región ha dado lugar a la formación de las sierras y valles que caracterizan el paisaje del parque. Por ejemplo, la Sierra del Aljibe, la más alta del parque, es una formación montañosa que se eleva por encima de las rocas sedimentarias circundantes debido a la actividad tectónica.

En cuanto a la edafología o composición de los suelos del parque, éstos varían en función de las características geológicas de la zona en la que se encuentran. Por ejemplo, en las zonas más elevadas se encuentran suelos rocosos y áridos, mientras que en las áreas más bajas los suelos son más ricos y húmedos.

En resumen, el Parque Natural de los Alcornocales es un lugar de elevada diversidad geográfica y biológica, con una gran variedad de paisajes y ecosistemas, que lo convierten en un lugar único en España. Partiendo de este maravilloso ecosistema natural, que nos ha llegado hasta la actualidad, tenemos que pensar que, si nos remontamos varios miles de años hacia atrás, en la prehistoria reciente, nuestros antepasados se asentaron en la zona atraídos por la diversidad biológica, claramente plasmada en la cantidad de enclaves rupestres que se reparten a lo largo y ancho de todo el Parque.

Esta gran cantidad de abrigos y covachas propició la utilización de estas cavidades, para que los clanes de cazadores-recolectores y productores dejaran su impronta artística en las paredes rocosas que a ello se prestaban en el sur peninsular. Como zonas concretas por su diversidad faunística podemos hablar de la Laguna de la Janda, donde se localizan gran número de enclaves rupestres, además de dólmenes que se reparten por toda la zona próxima a la laguna. Como lugar emblemático próximo a la Laguna y referente por sus motivos pintados, podemos empezar hablando del conjunto rupestre del Tajo de las Figuras, un gran testimonio del arte y la cultura de las poblaciones prehistóricas que habitaban la zona en el Neolítico y la Edad del Cobre. Estas pinturas también son importantes porque proporcionan información sobre la fauna que habitaba la zona en aquellos tiempos y sobre las técnicas y materiales utilizados para crear las obras de arte.

Detalle équido esquemático Cueva de Bacinete, Los Barrios.
Detalle équido esquemático Cueva de Bacinete, Los Barrios.

Los primeros estudios realizados en este enclave del Tajo de las Figuras vienen de la mano de Juan Cabré y Eduardo Hernández-Pacheco en 1913, comenzando así un fértil proceso de descubrimientos, que fue continuado en la zona por el abate Henri Breuil, que en su prospección de la zona de las sierras que comprenden el Parque de los Alcornocales, realizo un gran número de descubrimientos, plasmados en su ya conocida obra Rock Paintings of Southern Andalusia: A Description of a Neolithic and Copper Age Art Group, cuya primera edición es de 1929, corriendo a cargo la segunda y primera en castellano a cargo del Instituto de Estudios Campogibraltareños, que en 2019 editó esta joya bibliográfica, que durante muchos años ha sido “la biblia” del arte prehistórico en el extremo sur peninsular.

Breuil estudio también en profundidad otros enclaves de la Laguna de la Janda, además de las sierras aledañas como las de Momia, Montecoche, Blanquilla, Niño, Sequilla, Fates, Melones, Aljibe y otras, donde estudio y represento muchos de los abrigos que han perdurado hasta nuestros días. Por citar algunos, en el conjunto de abrigos de Sierra Momia destacan los de Pretina con sus cuatro enclaves, Levante, Tajo Amarillo, etc. En la zona de Sierra de Montecoche, localizo varios abrigos relevantes, como lo de Taconera, Piruétano, Arrieros, Ladrones, Cochinos, Magro, Pajarito, Carrahola, etc.

Continuando con la Sierra del Niño, en ella resalta el conjunto de enclaves de Bacinete, destacado por la gran variedad de motivos allí representados. De este conjunto rupestre podemos decir que es unos de los más estudiados de todo el Parque Natural de los Alcornocales, siendo su mayor valedora la Dra. Mónica Solís, por las diversas investigaciones, con grandes descubrimientos, que ha realizado en el mismo. Además de este enclave de Bacinete hay que resaltar varios muy próximos, que destacan por sus llamativos motivos pictóricos, como Pilones, Peñón de la Cueva, Alisos, etc. Ya en el término municipal de Tarifa en plena Sierra de Saladavieja y Fates, localizo varios abrigos con grafías esquemáticas de no menos importancia, nos referimos a los enclaves de Desollacabras y Saladavieja.

Mano en negativo aerografiada, Abrigo de las Abejeras II, Castellar de la Frontera.
Mano en negativo aerografiada, Abrigo de las Abejeras II, Castellar de la Frontera.

Las décadas siguientes a la publicación del libro del abate H. Breuil, se sucedieron descubrimientos de forma aislada, teniendo que esperar hasta la década de los ochenta del siglo pasado, para que el matrimonio Uwe y Uta Topper (1988), publicasen una nueva obra con un carácter más divulgativo que científico de los enclaves rupestre de la provincia de Cádiz, incluyendo en esta obra nuevos descubrimientos. Destaca en esa publicación el enclave de Laja Alta, en pleno corazón del Parque Natural de los Alcornocales, por la temática representada en el mismo. Hablamos de las grafías esquemáticas de embarcaciones, localizándose siete navíos de diferentes tamaños, además de distintos motivos de cronología esquemática, antropomorfos de varios tipos, ramiformes, varias máscaras, soliformes, e incluso una escena de un jinete que tira de un posible artefacto relacionado con la agricultura. Como es lógico este enclave de Laja Alta cuenta con varias publicaciones sobre estudios realizados de sus singulares grafías, únicas en toda la península ibérica. Podríamos decir que tanto el enclave de Bacinete como el de Laja alta cuentan los dos con un gran número de trabajos de investigación por lo relevante de sus grafías.

En los últimos años del siglo XX, se han seguido realizando descubrimientos por todo el Parque Natural de los Alcornocales, creciendo el número de enclaves exponencialmente, dotando a todo el parque con un patrimonio rupestre esquemático de gran importancia. Con la entrada del nuevo siglo se siguieron nuevos descubrimientos, principalmente pequeños abrigos con uno o varios motivos, repartidos por los términos de Castellar y Los Barrios.

Ya a principios de la segunda década del siglo XXI, dentro de la finca de la Almoraima, situada en el corazón del Parque Natural de los Alcornocales, adquirió gran relevancia un enclave ya conocido desde primeros del siglo XX por el abate Henri Breuil. Se trata del Tajo de las Abejeras II, donde se localizaron en 2014 varias huellas en negativos de manos aerografiadas, marcando un antes y un después en todo lo relacionado con el arte prehistórico paleolítico en el extremo sur peninsular, al ser impensable el localizar este tipo de grafías en un enclave compuesto por arenisca. Tomó la dirección de la investigación y estudio el equipo de la Universidad de Cádiz, formado principalmente por José Ramos Muñoz, Diego S. Fernández e Hipólito Collado, además de más colaboradores de la Universidad de Cádiz.

Mano en negativo aerografiada Cueva de la Abejeras II, Castellar de la Frontera. Tratamiento DSTRESCH.
Mano en negativo aerografiada Cueva de la Abejeras II, Castellar de la Frontera. Tratamiento DSTRESCH.

Después de solicitar las autorizaciones pertinentes a la Junta de Andalucía, se realizaron las prospecciones del abrigo localizando un total de ocho huellas de manos en negativo, algunas de pequeño tamaño atribuibles posiblemente a niños o mujeres. Este descubrimiento lanzó al Parque Natural de los Alcornocales a la palestra mundial por contener uno de los pocos enclaves rupestres al aire libre con arte de cronología paleolítica, no siendo hasta 2019 cuando se dieron a conocer unas nuevas grafías de huellas de manos en negativo en este caso en el conjunto rupestre de las Palomas, en la Sierra del Niño en el término municipal de Tarifa. Fueron descubiertas por Salvador Escalona y Hugo A. Mira y tras el estudio realizado por el equipo, en este caso también formado por los componentes de la Universidad de Cádiz más Hipólito Collado presidente de First Art, fue posible localizar un total de cuatro manos confirmadas y una que quedo en cuarentena por el estado de conservación en el que se encontraba, no pudiéndose confirmar al cien por cien su correspondencia con una huella de mano en negativo. Con este segundo enclave paleolítico el Parque Natural de los Alcornocales se posicionaba en el extremo sur peninsular como bastión de este tipo de grafías paleolíticas.

Esto denota la gran importancia que conlleva la conservación de estos espacios naturales, preservando estos enclaves maravillosos que nuestros ancestros nos dejaron. Debemos conocer la importancia que todo este patrimonio tiene, darlo a conocer, divulgarlo, saber que es frágil, que, aunque ha perdurado durante tantos miles de años, puede desaparecer en muy corto periodo de tiempo, es necesario que pongamos todos de nuestra parte, no solo las administraciones, sino el conjunto de la población que ha menudo daña los enclaves no por vandalismo, sino por desconocimiento provocado por una falta de información, por la carencia no solo de una divulgación responsable y concienciadora, sino de una decidida intervención administrativa, bien provista de medios para protección pasiva, vigilancia, señalética y creación de centros de interpretación que permitan reducir al mínimo las visitas, estas siempre controladas.

Pensemos que es nuestro pasado y como tal es necesario que pueda continuar existiendo en un futuro, para que las generaciones venideras también puedan disfrutar al igual que nosotros podemos actualmente hacerlo. Disfrutemos de nuestro patrimonio con conocimiento y responsabilidad.

Hugo Alberto Mira Perales es experto en arte prehistórico de la Asociación Cultural La Trocha y miembro de la 2ª sección (Arqueología, Etnología, Patrimonio y Arquitectura) en el Instituto de Estudios Campogibraltareños. Miembro del Proyecto First Art. Arqueología y Patrimonio Renova Global Services.

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