Primeras obras de la Junta de Obras del Puerto de Algeciras y abastecimiento de agua a embarcaciones (1907-1909)
Fragmentos de la historia del puerto de Algeciras (1906-1980)
El 31 de enero de 1908 se concedió a la Junta una subvención de 100.000 pesetas para que acometiera obras menores de urgencia, necesarias para poder incrementar las actividades comerciales y el tránsito de pasajeros
Creación de la Junta de obras del Puerto de Algeciras (1906-1907)
Algeciras/Desde el momento de su constitución, los miembros de la Junta de Obras del Puerto de Algeciras comenzaron a tomar iniciativas tendentes a lograr la financiación de la misma que, al margen de las subvenciones para obras que se solicitaban a la Dirección General de Obras Públicas, tenía que obtener por medio del sistema de tarifas de acuerdo a lo dispuesto en la Ley de Tarifas sobre los transportes de 20 de marzo de 1900. En la sesión del 8 de mayo de 1907, la ponencia creada para llevar a cabo los estudios sobre las tarifas de arbitrios por las que había de regirse el puerto, propuso que se elevara a la Superioridad la aprobación de un impuesto especial sobre el embarque y desembarque de pasajeros y mercancías realizado con el puerto de Gibraltar.
Carente aún el puerto de un muelle capaz para el atraque de buques de mediano y gran porte y sin superficies para el almacenamiento de mercancías, la recaudación de arbitrios era insignificante, puesto que el único muelle que desarrollaba un modesto tráfico (sobre todo de carbón para las locomotoras) era el privado de la Compañía del Ferrocarril de Bobadilla a Algeciras. De ahí la petición de la Junta para que se le autorizara la imposición de un arbitrio especial sobre pasajeros con la vecina colonia británica. El muelle público, el llamado muelle Viejo, era un espigón de 69 metros de longitud y una anchura de entre 6 y 10 metros, poco utilizado por su escaso calado.
A esta insuficiente infraestructura portuaria había que añadir la playa de la Marina que, aunque de competencia municipal, ejercía, en ocasiones, como elemento portuario para el desembarco de pescado para su venta en la cercana Pescadería y traslado de pasajeros y mercancías desde buques que fondeaban junto a la Isla Verde.
La comisión nombrada para el estudio y propuesta de las tarifas que habrían de imponerse en el puerto de Algeciras sobre el tráfico de mercancías y pasajeros, elevó a la Junta de Obras sus conclusiones el día 8 de mayo de 1907. Después de consultar y analizar las tarifas que se imponían en los puertos de Málaga, Cádiz, Ceuta y Huelva, además de haber recabado datos de la Administración de Aduanas de Algeciras y de la Dirección General del Ferrocarril de Bobadilla a Algeciras, arrendataria de la Compañía de Vapores del Sur de Europa, sobre movimientos de mercancías y pasajeros durante los últimos años, concluyó que el tráfico anual de mercancías por el puerto de Algeciras podía ascender en cabotaje y comercio general (cargadas y descargadas) a un total de 32.696.000 kilos. Los datos obtenidos en relación con el tráfico de pasajeros realizado por la Compañía de Vapores del Sur de Europa en el servicio diario entre Algeciras y Gibraltar, embarcados y desembarcados al cabo de un año, ascendía a 380.000, siendo el precio de cada viaje de 1,50 y 1 pesetas respectivamente.
La Comisión Portuaria propuso que la tarifa que debía aplicarse al tráfico de mercancías debía ser el tipo máximo establecido en la Ley de 20 de marzo de 1900, lo que reportaría unos ingresos de unas 20.000 pesetas al año. Sobre el precio del billete de los pasajeros que utilizaban los vapores de la Compañía de Vapores del Sur de Europa, propuso que se impusiera un recargo de 10 céntimos a los billetes de 1ª Clase y de 5 céntimos a los de 2ª Clase. En total, la Junta de Obras del Puerto de Algeciras esperaba poder recaudar con la aplicación de las tarifas relativas al tráfico portuario la cantidad de 51.650 pesetas anuales (una cantidad ridícula en comparación con las obtenidas por los puertos de Cádiz o Málaga), aunque el presidente de la Junta, recientemente nombrado, manifestó que se podría multiplicar por cinco o seis en pocos años si se acometían las obras que se iban a encargar al Ingeniero Director una vez que fuera designado y tomara posesión de su cargo.
Finalmente, la tabla tarifaria del puerto de Algeciras, enviada al Gobierno de Madrid por la Junta en mayo de 1907, fue aprobada por Real Orden de 21 de junio de ese año, aunque con varias modificaciones, entre ellas la prohibición de grabar el tráfico de viajeros y mercancías con el puerto de Gibraltar, aduciendo que se encontraba en la misma bahía, cuando era evidente que una gran parte del tráfico del puerto algecireño en aquellos años se efectuaba con un puerto extranjero: la colonia inglesa de Gibraltar.
El 31 de enero de 1908 se concedió a la Junta una subvención de 100.000 pesetas para que acometiera obras menores de urgencia, pero necesarias para poder incrementar las actividades comerciales y el tránsito de pasajeros. En lo que se refiere a las obras de conservación, mantenimiento y mejora de las infraestructuras, hay que decir que, hasta la toma de posesión del Ingeniero Director, José Rodríguez de Rivera, el 4 de enero de 1908, el problema del crónico abandono del muelle público y de las reparaciones que, cada año, los temporales obligaban a acometer en los muros del río, no obtuvo ninguna respuesta positiva de las instancias superiores.
Sin embargo, una vez en sus funciones el citado director, y a pesar de la penuria económica que padecía la Junta, ésta propuso que se acometieran con urgencia las obras de reparación que él consideraba necesarias para el mínimo mantenimiento de los servicios que el puerto proporcionaba, a la espera de poderse concluir el ambicioso proyecto que la Junta le había encargado y estaba redactando.
Las primeras obras que el señor Rodríguez de Rivera llevó a cabo consistían en la construcción de un muro de refuerzo en la margen izquierda del río de 350 metros de mampostería y el dragado de la desembocadura del citado río. El dragado era muy necesario porque las riadas de los últimos años tenían colmatado el cauce impidiendo a las barcas y faluchos fondear. Un mes más tarde solicitaba la aprobación de un nuevo proyecto para la construcción de un muro de refuerzo en la orilla derecha y, el 7 de agosto del mismo año, se aprobó su propuesta para acometer las obras de ampliación del muelle Viejo, proyecto que fue aprobado por la Superioridad de manera definitiva por Real Orden de 14 de septiembre de 1908. Estas obras venían siendo reclamadas desde hacía más de treinta años por los comerciantes de Algeciras, puesto que desde la construcción en 1870 del muelle Viejo, muy poco se había hecho en cuanto a su ampliación exigida por los comerciantes de la ciudad.
El Ingeniero Director reconocía, en el preámbulo de su último proyecto, que este "venía a responder a las aspiraciones constantes del comercio de esta población que por efecto de lo reducido del espigón actual (el muelle Viejo) y de las malas condiciones de desembarco (escaso calado), sufre con gran frecuencia perjuicios y averías en sus mercancías. Con el proyecto que se presenta, el desembarque de las mismas podría efectuarse en condiciones de seguridad, pues se hará fácil el acceso de carros, en la actualidad dificilísimo, y habrá espacio suficiente para el depósito de las mercancías".
La obra, de vital importancia para hacer operativo el muelle Viejo y el cauce bajo del río, era el dragado del mismo, que aunque se había aprobado en el mes de mayo de 1908, no se había podido acometer porque la draga Priestman, propiedad de la Jefatura Provincial de Obras Públicas, que era la que se había solicitado para realizar dicho dragado, se hallaba abandonada en la playa del Saladillo, puesto que necesitaba importantes reparaciones. El Ingeniero Director, en el Sesión Ordinaria del día 7 de noviembre de 1908, comunicaba la “imposibilidad de acometer los trabajos aprobados por carecer de la maquinaria adecuada”; aunque en la misma reunión se aprobó el Plan de Obras para el año 1909, entre ellas, la realización del dragado del río. La draga Priestman continuó varada en la playa, aunque la Compañía del Ferrocarril se había comprometido a repararla en sus talleres. Sin embargo, un temporal que azotó el puerto a finales del mes de noviembre de 1908 acabó por destrozarla y hundirla.
Un grave problema que comenzó a ser mencionado en las reuniones de la Junta de Obras a finales del año 1908 y principios de 1909 es el de las deficiencias en el servicio de aguada en el muelle Viejo que, hasta esa fecha, se estaba realizando, bien por medio de lanchones que traían el agua desde el río Palmones, bien a través de una manga de gran longitud que se enchufaba en la tubería que el Ayuntamiento tenía instalada en la Marina. En la sesión celebrada por la Junta de Obras el 9 de diciembre de 1908, el Ingeniero Director presentó un proyecto que proponía la instalación de un ramal de 70 metros que comunicase la tubería citada de la Marina con la cabeza del muelle. Para la ejecución de dicha obra, el señor Rodríguez de Rivera proponía "solicitar del Ayuntamiento que destine el sobrante de sus aguas que hoy tiene que arrojar al río, al servicio de aguada del puerto". Las obras se llevaron a cabo con prontitud. El 26 de febrero de 1909 consta que el Ayuntamiento había concedido autorización a la Junta para poder empalmar la tubería y dar el servicio de aguada a los barcos.
El primer sistema de abastecimiento de agua a la ciudad se había inaugurado en el año 1783. Consistía en una conducción con atanores de barro cocido que se iniciaba en el yacimiento de Las Minillas, en el Cobre, con un acueducto (conocido como Los Arcos) que se construyó sobre el cauce medio de río de la Miel y que terminaba en las cercanías de la actual calle San Vicente de Paul. Como el abastecimiento era muy precario, en 1912 se hizo cargo de la concesión la Andalucía Waters Company Limited que se comprometió a realizar obras de mejora. En 1915 se dieron por terminados los trabajos en la red. Una de las fuentes proyectadas se instaló en la Plaza Alta, otra en la Plaza Baja y la tercera en la Marina.
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