Los 26 prisioneros de Mauthausen
Los campos de concentración nazis albergaron a treinta campogibraltareños durante la Segunda Guerra Mundial, de los cuales sólo sobrevivieron nueve · El más joven tenía 18 años y estuvo 4 años encarcelado
Manuel Díaz Barranco tenía tan sólo 18 años el día que llegó a Mauthausen, uno de los campos de concentración que instalaron los nazis en tierras austriacas durante la Segunda Guerra Mundial. Era un 30 de noviembre de 1940 y este hombre, natural de La Línea de la Concepción, se convertía en el campogibraltareño más joven en ser deportado a un centro de exterminio -tras trasladarlo allí desde la prisión de Memmingen en Alemania-. Afortunadamente, Manuel pudo salvar la vida y fue liberado el 11 de octubre de 1944, casi cuatro años después de atravesar el umbral de entrada de Mauthausen y recibir su número identificativo: el 4.543.
Pero no todos los prisioneros corrieron la misma suerte que él. En total, estas instalaciones de internamiento albergaron durante el conflicto bélico a 30 campogibraltareños, según desvela una base de datos elaborada por los investigadores Benito Bermejo y Sandra Checa con el apoyo del Ministerio de Cultura español. Y de ellos, sólo nueve prisioneros naturales de la comarca lograron sobrevivir a las penurias de los campos de concentración.
Salvador Cuéllar García, por ejemplo, aguantó poco más de tres meses el brutal régimen de trabajos forzados y palizas al que eran sometidos los encarcelados. Tras ser arrestado en Francia, Salvador fue llevado a la prisión gala de Vesoul, en donde se le recluyó hasta que los nazis le trasladaron también a Mauthausen el 8 de agosto de 1941. El 20 de noviembre fallecía.
Aunque la muerte de Miguel Crespo Espinosa tiene tintes aún más dramáticos. Este linense soportó los abusos de las SS durante cinco años -ya que entró en Mauthausen en septiembre de 1940, cuando el enfrentamiento armado apenas llevaba un año- y murió un mes antes de que este campo de exterminio emplazado en Austria fuera liberado por las tropas aliadas.
Un acontecimiento que sí pudo ver con sus propios ojos Manuel Ruiz Castañeda, un sanroqueño que llegó a Mauthausen el 6 de agosto de 1940 y que formó parte del primer grupo de españoles recluido en esta instalación nazi. Y es que dicho centro de concentración alojó durante toda la Segunda Guerra Mundial a más de 7.000 personas procedentes de España, la mayoría de ellos republicanos que huyeron del país tras la Guerra Civil y que se unieron a la resistencia francesa.
De hecho, del total de campogibraltareños encarcelados en estos complejos, 26 estuvieron en Mauthausen -tres en Dachau y uno en Buchenwald (ambos centros situados en Alemania)-. Uno de ellos fue el linense Rafael Martín, que también sobrevivió. Este anarquista convencido perteneció a la Federación Anarquista Ibérica (FAI) de Valencia y participó en la batalla del Ebro durante el conflicto español, tal como recoge el historiador Alfonso Escuadra en una de sus obras. "Nosotros no sabíamos nada de este campo cuando llegamos. Su nombre no nos sugería gran cosa", relataba Martín, quien continuaba su escalofriante narración de forma contundente: "Para los SS los prisioneros eran una escoria, un desecho humano. Aunque sentían una especial simpatía por nuestra nacionalidad, ya que valoraban en cierta forma la gallardía con la que habíamos combatido los republicanos en la Guerra Civil".
Estas son las palabras que recogió Escuadra en una entrevista que pudo hacerle al linense, residente en Austria desde que fue liberado en 1945. "Los guardias te hacían señas para que empujases fuera de la zona a los prisioneros, a cualquiera de tus compañeros, para dispararle por intento de fuga", continuaba Martín. Un clima aterrador que duró hasta la llegada del ejército estadounidense; aunque muchas personas no consiguieron aguantar hasta esa fecha. "Muchos veían en el suicidio la única forma de poder huir de allí. Rara era la mañana que antes de salir a trabajar no había ocho o diez suicidios", concluyó el linense, el prisionero número 13.906.
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