"Si no se refuerzan las fuerzas de seguridad de forma urgente, el desenlace puede ser inimaginable"
Alberto Ruiz Sánchez. decano de los juzgados de algeciras
Una visión pesimista sobre la Justicia: "Al poder político nunca le ha interesado dotarla de medios"
algeciras/Alberto Ruiz (Málaga, 1968) inició sus estudios de Derecho siendo miembro de la Policía Local en su ciudad natal. Una vez concluidos, su mujer le animó a opositar a judicatura. Logró el objetivo pasados los cuarenta años y, tras varios destinos, hace dos que echó el ancla en Algeciras.
-Paradójicamente, de haber seguido en la Policía Local, usted estaría posiblemente ganando hoy un sueldo más alto que como juez.
-Sí, seguramente hoy ya sería oficial o subinspector, para lo que antes pedían un grado medio. Y sí, ganaría bastante más. Todas las demandas que hace el colectivo judicial tienden a ser sensatas, pero no sé por qué tenemos cierto complejo por hacer reivindicaciones económicas, cuando el dinero que uno lleva a su casa tiene su importancia. Estamos sujetos a traslados, con mudanzas, cambios de colegios de nuestros hijos y otros gastos que no se compensan. Lo normal, además, es que estemos lejos de casa.
-Y Algeciras está encuadrada además en el grupo 4 de la planta judicial, donde cobran menos.
-Porque sigue sin modificarse la ley de 2003 que marca los complementos retributivos de jueces y fiscales y por la que Algeciras debe subir de categoría. Está en el grupo 4 cuando por población, por su litigiosidad y por su importancia debería estar en el 3 desde hace tiempo. Si estuviese en el 3, los jueces y fiscales ganarían más sueldo, se conseguiría hacer la plaza más atractiva y dejaría de ser un destino de paso. El Defensor del Pueblo y el Consejo tienen informes favorables al respecto, pero necesitamos esa reforma legal.
-¿Es Algeciras un destino de difícil cobertura?
-En gran medida. Hay sitios en los que la gente se pasa yendo y viniendo y los plazos de los concursos son los que son, se cubren con sustitutos… Es una pena porque los juzgados que mejor funcionan son aquellos en los que hay funcionarios y jueces más veteranos. Desde que [el ex ministro Alberto Ruiz] Gallardón destrozó el sistema de sustitución y eliminó a la mayoría de los jueces sustitutos, tenemos grandísimos problemas. Un ejemplo: el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) fomenta en teoría la formación de los jueces e insta al TSJA a facilitar nuestra asistencia a cursos con sustitutos, pero al final esas ausencias no se cubren. ¿Voy a un curso y dejo que un compañero haga el juicio con la carga de trabajo que ya tiene? Una de dos, o intento cambiar las fechas o renuncio al curso porque el TSJA no te pone sustituto.
-Hay pocos jueces y las oposiciones están paralizadas.
-Es que no están ni convocadas y en las últimas que hubo sacaron muy pocas plazas. Ni siquiera se cubren las jubilaciones. Y faltan juzgados. La ratio en España es de 12,2 jueces por cada 100.000 habitantes, cuando en Europa es de 22. Estamos a la cola de la Unión Europea y eso lo pagan los ciudadanos. Hay procedimientos que tardan años en resolverse.
-Una Justicia lenta deja de ser justa.
-Deja de serla, especialmente en el ámbito penal. Y en el civil y el social. ¿De qué le sirve a un trabajador que un juzgado de lo social le dé la razón a sus justas demandas después de dos años? Luego podrá compensarse lo que pueda compensarse, pero no tiene mucha lógica. En los juzgados de familia se requieren soluciones rápidas, pero nosotros estamos señalando ahora juicios para septiembre, lo que no está mal para un juzgado con una carga de trabajo del 233% sobre el módulo recomendado. Otro ejemplo ilógico: existen equipos psicosociales en los juzgados que se encargan entre otras cosas de hacer los informes en los casos de familia, pero en la provincia solo hay dos equipos, en Cádiz y en Algeciras, para atender a toda la población. En Jerez no hay pese a que también hay juzgados de familia. Nuestro equipo no da abasto porque sus miembros tienen que desplazarse a todos lados.
-¿Se cubren las bajas de los funcionarios?
-A duras penas. Nos mata la tardanza en cubrir las bajas, bien por enfermedad o por traslado. Que esa plaza se pueda llevar meses y meses sin cubrir hunde cualquier juzgado. Aquí tenemos la prueba con el Juzgado de primera instancia n.º 2 o en otro penal. La solución sería tan fácil como tener una bolsa de trabajo actualizada y ágil. No se entiende por qué todos los procedimientos de la administración tardan tantísimo. Aquí el que paga siempre es el mismo: el ciudadano.
-¿Cómo repercute eso en la calidad de su trabajo?
-A todo el mundo, por dignidad, le gusta hacer su trabajo en condiciones. El CGPJ marca que la carga de trabajo de un juzgado de primera instancia se sitúa en algo más de 800 casos al año: aquí tenemos más de dos mil. No podemos hacer un trabajo de calidad. ¿Qué pasaría si un cirujano que emplea media hora en hacer una operación tuviera que hacer cuatro? Perdón por la expresión, pero yo entraría acojonado a ese quirófano. Pues yo no quiero que un ciudadano sobre el que se va tomar una decisión muy importante sobre su vida, su patrimonio o su libertad se sienta indefenso ante los fallos del sistema. A veces me siento muy descontento conmigo mismo por las sentencias que pongo, no porque sean injustas (si lo fueran, apaga y vámonos) sino porque los fundamentos jurídicos no tienen que salir como rosquillas. Me gusta buscar juridisprudencia con tranquilidad y analizar la legislación, pero a veces no tienes tiempo. Tratas de poner la sentencia más justa, pero no puedes hacer un trabajo de calidad. Es imposible con la carga de trabajo que tenemos.
-¿Tiene explicación a esa falta de medios?
-Al poder político nunca le ha interesado dotar de medios a la Justicia. ¿El motivo? Cada cual sabrá los motivos, algunos más confesables que otros. Lo único que se me ocurre es que la Justicia dé poco réditos en votos. No entiendo por qué no interesa que la Justicia no funcione. No hablo de la Administración autonómica, también de la central. No ha habido un Gobierno que haya querido arreglar las cosas, con o sin mayoría absoluta. No me vale ahora que se hable de un Pacto por la Justicia porque no le interesa a nadie. Ya se ha visto, por ejemplo, que nadie quiere que los vocales del CGPJ sean elegidos por los jueces: interesa más tener a los jueces nombrados desde el Parlamento para intentar ejercer un control político sobre ellos. Lo que más nos molesta a los jueces es esa imagen de falta de imparcialidad que pueda existir por el hecho de que haya miembros del órgano de gobierno de los jueces que estén nombrados por políticos. Y que encima estén haciendo ese mercadeo de jueces míos y tuyos en el CGPJ y en el Tribunal Constitucional. No es bueno, aunque estoy convencidísimo de la profesionalidad e imparcialidad de todos ellos.
-No sé si va a hacer muchos amigos con algunas de sus afirmaciones.
-(Pausa) ¡Me da igual! Que el CGPJ da una imagen de falta de independencia es evidente, blanco y en botella. Son ocho miembros elegidos por el Congreso y doce por los jueces, pero no los eligen los jueces por voto directo, como ocurre con los decanos. Tenemos también el problema de la elección de los cargos de confianza, donde la carrera judicial nos sorprende y elige a personas sin duda muy valiosas, pero sin tener en cuenta a otras con más currículo. Tampoco es lógico que haya habido jueces que hayan ascendido a magistrados en menos de dos años y otros que tarden más de diez.
-¿Usted aceptaría un puesto en el CGPJ?
-No. Una de las condiciones que tenemos los miembros de Foro Judicial Independiente (FJI) es que no nos presentamos para cargos públicos, ni políticos, ni del CGPJ ni del TC.
-¿Existe independencia por parte de los fiscales?
-Puedo dar fe de que todos los fiscales que conozco, además de ser excelentes profesionales, trabajan con total independencia. No conozco a ningún fiscal de trinchera que haya recibido instrucciones políticas, no sé en otros ámbitos. El Ministerio Fiscal es un cuerpo jerarquizado, está en su estatuto orgánico de 1981, y es verdad que al fiscal general del Estado no lo eligen los fiscales…
-¿Y en cuanto a los medios materiales?
-La Junta de Andalucía se ha preocupado bastante por dotarnos de medios tecnológicos e informáticos, al menos aquí en Algeciras. A los jueces nos han entregado ordenadores portátiles, que deberían extenderse a los fiscales y a los letrados de la administración de Justicia, para que podamos conectarnos desde casa. Es una herramienta muy útil, aunque desgraciadamente trabajamos más horas fuera del juzgado que dentro, incluidos los fines de semana.
-¿Y aparte de los ordenadores?
-La primera carencia es que no se ha tomado en serio la creación de una ciudad de la Justicia en el Campo de Gibraltar, aunque tampoco hace falta llamarlo de forma tan rimbombante: hace falta un edificio moderno y bien dotado donde estén centralizados los juzgados de Algeciras, La Línea y San Roque. Habría que reformar la Ley de Planta porque es absurdo que un entorno de tan pocos kilómetros cuadrados haya tres partidos judiciales, con lo que implica de desplazamientos, costes de seguridad, incomodidad para los ciudadanos, etc.
-Pero solo en Algeciras tienen cuatro sedes judiciales.
-Exacto. Contamos con la sede principal donde nos encontramos y que acoge Primera Instancia, Instrucción, Social, Violencia sobre la Mujer y Fiscalía. Tenemos en otro edificio la sección de la Audiencia junto a lo Contencioso, otro más con Vigilancia Penitenciaria y Menores y, para rematar, un cuarto cuyo estado es el más lamentable, el de Marzales, donde está el de lo Penal. Es un edificio donde el arco de seguridad dejó de funcionar al tercer día, donde se han visto roedores, cucarachas, goteras… Se han arreglado algunas cosas, pero son parches.
-¿Qué les dice la Junta?
-Poco o nada. Al poco de llegar a Algeciras en octubre de 2015 me dijeron que iba a ser inminente el traslado de las oficinas en peor estado a las zonas desocupadas del edificio de Virgen del Carmen, pero pasó al olvido. No se ha hecho nada, aunque parece que ya van a empezar las obras para acoger los dos juzgados de lo Social, el existente y el nuevo.
-Hablando de seguridad, al fiscal jefe le han rajado por dos veces las ruedas del coche en el aparcamiento oficial de los juzgados.
-No me importa decirlo: a las ocho de la tarde se va la seguridad del edificio, aunque a la Junta se le ha reivindicado que se mantenga las 24 horas o que, al menos, se instalen cámaras que eviten cosas como las que pasaron hace unos meses, cuando lanzaron un cóctel molotov a la ventana de un juzgado de instrucción. No sabemos cómo va a proseguir la escalada de violencia con los narcotraficantes.
-¿Sienten ustedes miedo?
-Yo, hasta ahora, no. Y ningún compañero me ha dicho que se sienta atemorizado. Yo es que me niego a tener miedo. Si encima tienes que tener miedo por venir a trabajar… Pero no se sabe cómo va terminar esto. Si de manera urgente no se refuerzan los medios y las plantillas de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado en la zona, el desenlace puede ser inimaginable.
-La Justicia puede que no dé votos, como usted afirma, pero estoy seguro de que la inseguridad los quita. Si hiciéramos una encuesta en la comarca...
-Superaría en preocupación al paro, y mire que es alto aquí. Quizá es que los Presupuestos están estancados, que no se puede desvestir a un santo para vestir a otro trayendo más policías o que no son soluciones posibles de un día para otro. Está claro que hay que convocar más plazas para aumentar la dotación.
-El Defensor del Pueblo y numerosas ONG condenan la existencia y situación de los CIE.
-Es un tema complicadísimo porque las personas que están ingresadas en ellos no son delincuentes, tan solo han cometido una infracción administrativa por haber entrado en España de manera ilegal. El problema es que los CIE presentan un estado lamentable y lo mínimo que se puede pedir es que sean espacios dignos para las personas, con calefacción, agua caliente, con aseos diferenciados para hombres y mujeres… Deben tener un estado de salubridad y dignidad mínimas. Los internos son seres humanos que en su mayoría ya han sufrido situaciones calamitosas en sus países de origen y se juegan la vida por llegar y estar en Europa.
-¿Se ha roto el techo de cristal en la judicatura?
-Las mujeres ocupan ya el 52% de las plazas de jueces y magistrados, pero en la foto de la inauguración del Año Judicial no se ve a ninguna. En los tribunales superiores apenas hay mujeres y tampoco hay muchas presidentas de audiencias. Ya toca romper el techo de cristal.
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