Los regantes se olvidan de las mejoras y apuestan por el embalse de Gibralmedina
"La comunidad de regantes de Tesorillo no pelea más por las obras de modernización de los canales", así se expresó ayer el presidente de la entidad, Martín Blanco, quien destacó que la experiencia del pasado año le ha costado a la comunidad 23.000 euros que están pagando religiosamente a una entidad bancaria. Se trata de los intereses por un préstamo que le concedió la Caja Rural del Sur para firmar el convenio con la Junta de Andalucía y Seiasa -dependiente del Ministerio de Agricultura- y comenzar así las esperadas obras.
La comunidad solicitó 400.000 euros, que aunque se devolvió el dinero tuvo penalización por la póliza de afianzamiento que firmó la comunidad para garantizar un tipo de interés preferencial.
"Además, tres personas de mi junta directiva dimitieron cuando vieron que todo había sido un chorreo", añadió Blanco.
El presidente de los regantes de Tesorillo señaló que actualmente la comunidad no le interesan obras de modernización porque lo importante es el agua, de la que casi no disponen debido a la sequía y a la falta de recursos de los ríos. "Por lo que vamos a pelear ahora es por la construcción de la presa de Gibralmedina, en San Pablo, que se encuentra incluida en el Plan Hidrológico de andalucía en un marco de actuación de 2015-2027. La van a apoyar muchos colectivos de la comarca y está diseñada para tener más capacidad que la de Guadarranque", precisó Blanco, quien añadió que solucionaría los problemas del agua de todo el Valle del Guadiaro y abastecería a las comunidades de regantes de San Pablo, Tesorillo, Junta Central de Usuarios del Guadiaro-Genal y margen derecho del Guadiaro y Hozgarganta, así como la Costa del Sol.
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