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La reinvención de la hostelería

Crisis del coronavirus

Los restaurantes y hoteles del Campo de Gibraltar se preparan para afrontar "una nueva realidad" tras el Covid-19

El uso de Mamparas, la limpieza con ozono, el reparto a domicilio y la celebración de eventos en domicilios particulares son algunas de las opciones que barajan

Luis Miguel Laza abre El Guadarnés para 'Europa Sur'. / Erasmo Fenoy

La hostelería del Campo de Gibraltar asume que marcha hacia una nueva realidad totalmente condicionada por el Covid-19. Los empresarios coinciden en que afrontan una crisis inédita. Hubo crisis económicas anteriores pero ninguna con la dimensión de la actual. ¿Cómo será el después del coronavirus en restaurantes y hoteles?Europa Sur ha hablado con algunos referentes de la comarca en el sector como El Guardanés, El Copo, Alborán, El Cortijo o Casa Mané para conocer sus inquietudes y sus planes de futuro.

Todos los hosteleros concuerdan en que falta información y necesitan un protocolo de medidas conjuntas. Dan por hecho que perderán aforo, que incorporarán nuevas reglas de higiene y seguridad, que la distancia social será fundamental entre usuarios y entre trabajadores y que la fisonomía de sus negocios va a sufrir cambios profundos. "Toca reinventarse, no queda otra", es la frase más común entre los empresarios sondeados.

Mamparas, limpieza con ozono, reparto a domicilio o incluso eventos en casa de clientes son algunas de las opciones que ya planean por la mente de los hosteleros de la comarca para combatir al coronavirus en una progresiva vuelta a la actividad. Aunque el Gobierno afirmó la pasada semana que el sector irá a la cola a la hora de reincorporarse, existe la esperanza en más de un propietario en un periodo para reabrir: mediados de junio.

Luis Miguel Laza (El Guadarnés): "Hasta que no salga la vacuna nosotros somos los guardianes"

Luis Miguel Laza es el propietario del restaurante El Guardanés de la Estación de San Roque, uno de los sitios de culto para el turismo que se ha afincado especialmente en Sotogrande tras 20 años de experiencia. "Hasta que no salga la vacuna, nosotros somos un poco los guardianes de nosotros mismos y nuestros clientes", entiende Laza, que palpa a la sociedad "muy responsabilizada" en una crisis sin precedentes.

"La realidad es la que es y ahora mismo vivimos en la incertidumbre", explica Laza, que tuvo que declarar un ERTE para sus cinco empleados al comenzar el estado de alarma. "No sabemos cuándo vamos a levantar la persiana ni qué nos vamos a encontrar", reflexiona. "No hay nada más allá de especulaciones, hablo a diario con colegas del sector y te vas formando una opinión de lo complicado que es para todos. Estamos preocupados, yo me estoy preparando para lo que pueda venir, seguramente con medidas de reducción de aforo, mamparas... Sé que por los clientes no va a haber problemas".

Luis Miguel Laza cree que un retraso prolongado acabará con buena parte de los establecimientos. "Sabemos que vamos en el vagón de cola y es lógico porque congregamos multitudes, pero necesitamos medidas y soluciones firmes, y una incorporación gradual de los trabajadores porque no sabemos cómo va a ser la recuperación. Sé de colegas que no van a poder reabrir", opina.

El Guardanés es optimista en cuanto a la vuelta de los consumidores: "Los clientes me escriben casi a diario y nos animan, tenemos una relación muy estrecha con la mayoría. En verano, según cómo esté la situación, igual nos planteamos algo presencial en casas, sobre todo por el sector que tenemos en Sotogrande", desliza.

Susana Ruiz (Alborán): "Hay que vender el concepto de hoteles seguros y hacer test"

Susana Ruiz es la directora de Hoteles Alborán, una marca consolidada con un lugar referente en Algeciras. "Tenemos que vender el concepto de hoteles seguros con protocolos y hacer test", expresa mirando ya al futuro más próximo.

"Necesitamos avanzar, el sector necesita saber posibles fechas para organizarse", explica Ruiz al analizar la situación. "Cuando todo empezó teníamos confianza en que solo fueran quince días y mantuvimos el plantel, pero tras la prórroga tuvimos que plantear el ERTE y ahora únicamente tenemos un retén de guardia para tareas de mantenimiento y vigilancia", detalla la directora del hotel, que se vio irse al traste "eventos, comidas, comuniones...".

El Alborán, con una plantilla de 43 trabajadores y un ERTE declarado, se prepara ya para lo que viene con la idea de anticiparse: "Barajamos mediados de junio como una posibilidad para reabrir pero evidentemente todo depende de Sanidad y el Gobierno. Somos conscientes de que estamos ante una nueva realidad y toca reinventarse, seguramente con servicio de habitaciones más completo, con aforo reducido en el restaurante para mantener las distancias mínimas, se eliminará el buffet libre y hasta hemos pensado en reparto a domicilio", avanza.

Susana Ruiz confía en una recuperación lenta pero constante, con sello español: "Sabemos que el turismo internacional lo hemos perdido este año, que la gente no va a venir a España, y espero que se haga una campaña para reforzar el turismo nacional, el más cercano".

Manolo Moreno (El Copo): "La gente es consciente de la situación, saldremos adelante"

Manuel Moreno es Manolo el del Copo, otro de los nombres propios en la restauración del Campo de Gibraltar. Afronta la crisis del coronavirus con un ERTE a sus 16 empleados, a los que considera "familia" y se aferra al optimismo para salir adelante.

"Yo estoy pasando esto junto a la familia, disfrutando de ellos porque nunca habíamos estado tanto tiempo juntos", dice. "Económicamente lo llevo mal, como todos, en mi caso con una deuda importante porque todavía estábamos recuperándonos de la crisis anterior, pero soy una persona optimista y sé que vamos a salir de esta, con trabajo como siempre desde que empezamos en el año 79", sentencia. "Cuando empecé no tenía nada, ahora tengo un negocio y unos trabajadores extraordinarios", remarca.

El Copo se vio superado también por la avalancha del Covid-19 con la anulación de "varias comuniones, una boda y muchas comidas". El mesón, siempre partícipe en iniciativas sociales, regaló el pescado y la verdura. "Es muy importante la labor social durante el confinamiento pero también después cuando volvamos a salir a la calle", insiste Manolo.

"Entiendo que abriremos poco a poco, con medidas y protocolos", apunta sobre la gran cuestión. "Habrá que reducir el número de mesas y adaptarse, pero no tengo miedo. Creo que se puede solucionar, lo que no tiene solución es la muerte", reflexiona.

"Creo que la gente es muy consciente de la situación, es una crisis dolorosa por todas las muertes y también por el daño que va a hacer en tantos negocios. Yo voy a estar ahí para mis trabajadores porque nosotros somos como una familia, no hay forma de que un negocio prospere si no es como una familia", acaba.

Manuel Laza (Casa Mané): "Empezamos de cero, la vida nos ha cambiado a todos"

El Restaurante Casa Mané, en la playa de Palmones (Los Barrios), ostenta el privilegio de ser uno de los galardonados por la Guía Repsol. Mercedes y Juan Manuel Laza comparten el mando de la gestión, aunque el veterano Mané sigue al pie del cañón de un negocio que es una pasión. "Es un mundo en el que empezamos de cero, la vida nos ha cambiado a todos", advierte.

Casa Mané está "cerrada a cal y canto" desde que empezó el estado de alarma y tuvo que plantear un ERTE a sus 16 trabajadores para "sobrevivir". "Estamos esperando noticias oficiales del Gobierno. Las que tuvimos la pasada semana cuando dijeron que la hostelería va a la cola fueron malísimas, yo espero que se pueda ir adelantando a mediados de junio para tener un poco de esperanza porque esto se puede llevar por delante a muchos en el sector".

Mané cree que hay que intentar salvar algo la temporada de verano, siempre dentro de las máximas medidas de seguridad: "Creo que todos hemos asumido que el 50% de la capacidad del restaurante la vamos a perder, pero lo que nos tienen que decir es cómo vamos a sentar a la gente en las mesas", cuestiona. "He visto imágenes de las mamparas entre los comensales y la impresión es muy fría. Habrá que fijar condiciones, tomar la temperatura, limpiar con ozono, todo eso es llevadero, pero es fundamental ver cómo se va a sentar la gente, con cuánta distancia", se pregunta.

Las fechas y los tiempos son claves para reiniciar el sector, entiende Mané: "Necesitamos saber con antelación para organizarnos porque esto no se abre de un día para otro. Pedimos que el Gobierno sea partícipe y nos facilite la vuelta a la actividad. Entiendo que el turismo va a ser nacional este año y que entre todos tenemos que ayudar a nuestras comunidades a salir adelante".

Paqui Martín (El Cortijo): "No sabemos qué va a pasar con el chiringuito"

Paqui Martín es una de las propietarias de El Cortijo de Guardacorte, otro de los lugares señeros de la comarca, un restaurante que congrega a muchos turistas a lo largo del año y que además aprovecha la temporada de verano para embarcarse en un chiringuito en Palmones. La preocupación es doble en este sentido.

"No sabemos nada con seguridad. Estamos muy pendientes a cada mensaje del Gobierno, de los ministros, pero sabemos que lo se dice un día puede cambiar al otro. Habrá que adaptarse y adoptar medidas de higiene y seguridad especiales", manifiesta la propietaria.

La situación del chiringuito es una incógnita aunque la mayoría da el verano por perdido: "Está a medio montar, con la tarima y la caseta, pero tampoco sabemos qué va a pasar. Necesitamos más información para organizarnos y para saber cómo podemos salir de esta crisis", concluye.

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