Conflicto
La Junta de Andalucía defiende que la competencia para actuar contra los rellenos de Gibraltar es del Gobierno

Los rellenos de Gibraltar vulneran la normativa europea e internacional desde hace 40 años

España prohibió en 2012 estas obras en el mar al declarar Zona Especial de Conservación el Estrecho Oriental dentro de la Red Natura 2000 de la Unión Europea

Los trabajos contravienen también desde el Tratado de Utrecht al Convenio de Espoo, que se aplica en Gibraltar porque así lo incluyó Reino Unido

España guarda silencio ante la llegada de camiones a Gibraltar con piedras para nuevos rellenos en el mar

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Proyecto Eastside en Gibraltar

Gibraltar/Cuando el visitante entra en la siempre ambientada plaza Grand Casamates, llena de pubs, bares y restaurantes, sabe que está en uno de los principales puntos de reunión de los ciudadanos de Gibraltar. Desde las terrazas de la Explanada, como la llaman los gibraltareños, uno puede observar el perfil característico del Peñón y, al fondo, la entrada de Main Street, en el corazón del distrito comercial, con su trasiego constante de llanitos que se saludan, se intercambian unas palabras, quizás un broma, y siguen sus caminos. Aquí se celebran eventos culturales importantes, como conciertos al aire libre, desfiles militares, celebraciones del Día Nacional de Gibraltar y fiestas de Nochevieja y empiezan su visita muchos turistas. En la entrada, unas letras en la piedra informan del nombre del lugar y advierten que se encuentra “on site of Water Gate”. Es decir, donde estaba la puerta del mar. Porque hasta aquí llegaba la playa. Aquí empezaba la Bahía y ahora desde aquí sólo se ve ciudad. Y puerto. Donde había agua, ahora hay tierra.     

“La historia de Gibraltar es la de un pueblo que le gana terreno al mar, está en su origen”, explica el profesor del departamento de Derecho Internacional Público, Penal y Procesal del Campus Bahía de Algeciras, Jesús Verdú

Aunque son muchos los rellenos que Gibraltar ha realizado en el mar de forma progresiva, hasta ahora el más ambicioso, el que cambió la fisonomía y la economía del Peñón, fue el que realizó a partir de los años 80 -hace más de 40 años- hacia el interior de la Bahía, que derivó en la construcción de una nueva ciudad en diferentes fases “con el cambio de ciclo”, explica Verdú, que permitió la reapertura de la Verja. Eso hasta ahora, puesto que desde que en 2007 presentó un nuevo plan urbanístico para sustituir al de 1991, Gibraltar comenzó a levantar sobre las aguas en litigio grandes extensiones de terreno para el llamado proyecto Eastside, que amenaza con cambiar la dinámica del litoral de La Línea desde Catalan Bay

“La historia de Gibraltar es la de un pueblo que le gana terreno al mar, está en su origen”

Estos trabajos para ganar terreno al mar los realiza Gibraltar en unas aguas que España considera de su soberanía por el Tratado de Utrecht de 1713, donde sólo reconoce la cesión a Reino Unido de la ciudad, el castillo, las defensas y fortalezas y el puerto, quedando fuera las aguas adyacentes al Peñón. 

El área del ZEC Estrecho Oriental. / BOE

En el año 2005, el Gobierno español sí pidió la paralización de los rellenos y elevó el caso a la Comisión Europea (CE). En 2008, a propuesta de España, la Comisión Europea declaró el Estrecho Oriental como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC), de acuerdo con la Directiva Hábitats, “englobando una amplia zona, en virtud de la jurisdicción y soberanía españolas sobre las aguas que rodean el Peñón de Gibraltar”. Protegía una superficie marina de 23.641,82 hectáreas frente a la costa campogibraltareña. “Su declaración como Lugar de Importancia Comunitaria obedece a la presencia de hábitats y especies de interés comunitario de la Directiva Hábitat, entre los que se encuentran bancos de arena cubiertos permanentemente por agua marina poco profunda, las conocidas como chimeneas submarinas, arrecifes, cuevas marinas y delfín mular (Tursiops truncatus). Además, se ha constatado la importante presencia de tortuga boba (Caretta caretta), recogida en el anexo II de la Directiva Hábitats como especie prioritaria”, subrayó el Gobierno.

En 2009, la CE afirmó que “según la limitada información disponible” entonces no le era “posible detectar ningún incumplimiento de la legislación medioambiental comunitaria que pudiera atribuirse a este proyecto”. Entonces Reino Unido, y Gibraltar, estaban en la Unión Europea (UE) todavía. En 2013, España presentó una nota verbal de protesta al -entonces socio comunitario- Reino Unido en la que le instaba a detener las operaciones de ampliación en la cara este del Peñón por considerarlas “inadmisibles” conforme al derecho internacional e incompatibles con el Tratado de Utrecht . De nada sirvió. Gibraltar continuó el desarrollo con unas operaciones que conllevaron el comienzo de un cambio en la configuración del espacio marítimo y terrestre. 

Desde 2012, el lugar es Zona de Especial Conservación de la Red Natura 2000

En un intento por proteger la zona de los rellenos, el 30 de noviembre de 2012, el Consejo de Ministros aprobó un Real Decreto en el que declaraba Zona Especial de Conservación (ZEC) el Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) Estrecho Oriental, el área donde se estaban llevando a cabo esas obras. Lo hizo “con el objetivo de proteger su biodiversidad marina y adoptar medidas de conservación” y explicó que “este lugar abarca una amplia zona de la costa española junto a la bahía gaditana de Algeciras, que se encuentra en la región biogeográfica mediterránea de la red ecológica europea Natura 2000”.

El Ejecutivo tomó esa decisión “para salvaguardar, de forma compatible con los usos que se realizan en la zona, la riqueza biológica del lugar, que viene dada por la presencia de hábitats de gran valor ecológico y por constituir el Estrecho de Gibraltar un paso estratégico de primera magnitud para especies de cetáceos y aves marinas”. En ella abunda, por ejemplo, la patella ferruginea, un gasterópodo considerado de los más amenazados del Mediterráneo occidental.

El Real Decreto especifica que “se prohíbe ganar terrenos al mar mediante rellenos con materiales extraídos del fondo marino del espacio marino o de cualquier otra procedencia. Además, se prohibirán los vertidos de cualquier tipo de objeto con la intención de desprenderse de él. En cuanto al suministro de combustible en el mar o bunkering, se prohíbe el fondeo permanente de buques-tanque dedicados a este suministro de combustible en esta agua del espacio protegido”. 

Maquinaria trabajando en la creación de un espigó0n en Gibraltar en 2013. / Andrés Carrasco

El Brexit, que provocó que se dejara de aplicar el derecho europeo en Gibraltar, cambió el escenario. Aunque, desde ese momento, España pasó a tener “la sartén por el mango”, mientras se negocia la relación de Gibraltar con la UE, el Gobierno español no ha exigido que se apliquen la normativa europea ni la internacional para frenar la expansión por el mar de su vecino. Los rellenos tienen un impacto directo en una zona marítima que la Unión Europea considera española y otro indirecto en una costa, principalmente la de La Línea, que puede verse muy afectada. España no tiene una actitud proactiva, a pesar de que, a los ojos de los Veintisiete, es el responsable de cualquier efecto dañino para la dinámica litoral y la biodiversidad que tengan los rellenos de Gibraltar, según concreta Jesús Verdú, que recalca el desconocimiento que existe sobre si este asunto ha sido incluido en las negociaciones que siguen en marcha. 

Los rellenos contravienen además el llamado Convenio de Espoo sobre evaluación del impacto ambiental en un contexto transfronterizo, ratificado por Londres y que prevé que se aplique específicamente a Gibraltar, ya que no es jurídicamente parte del Reino Unido. Este convenio entró en vigor en 1997 y establece las obligaciones de los estados de llevar a cabo una evaluación del impacto ambiental de determinadas actividades en una fase temprana de la planificación. También establece la obligación general de los Estados de notificarse y consultarse mutuamente sobre todos los grandes proyectos en estudio que puedan tener un impacto ambiental adverso significativo a través de las fronteras.  

Áridos de España

Cuando en 2013, una orden del Ministerio del Interior comenzó a impedir el paso de camiones con áridos por la Verja de Gibraltar, el gobierno llanito ya llevaba más de cinco años surtiéndose de piedra y arena para rellenos y otros proyectos de las canteras de las provincias de Cádiz y Málaga. Entre otras, llegó a importar arena de Valdevaqueros, en Tarifa. Llegaron a pasar una media de 35 camiones al día durante más de cinco años, según los datos sustraídos de la base de datos de Comercio Exterior de la Agencia Tributaria y las Cámaras de Comercio. Cuando España cortó el grifo, compró áridos para los rellenos de Sandy Bay a una empresa portuguesa que se lo trajo de Argelia por mar. Verdemar Ecologistas en Acción llevaba quince años denunciando aquello y ahora, asegura que Gibraltar va a volver a transportar piedras desde Casares y Manilva (en Málaga) para construir una escollera con la intención de ganar terreno al mar. El portavoz de esta asociación, Antonio Muñoz, afirmó que las piedras de la escollera servirán para el ambicioso proyecto Eastside de Gibraltar y que volcarán "casi 50.000 toneladas para llevar a cabo espigones y transformar el frente litoral".  

Hace poco más de un año, Gibraltar anunció que iba a ingresar casi 103 millones de euros (90 millones de libras esterlinas) por parte de TNG Global Foundation por el arrendamiento de los terrenos ganados al mar en la cara este del Peñón y que permitirían un nuevo desarrollo urbano, en torno a un nuevo puerto deportivo con 400 amarres, que incluye la construcción de un hotel, unas 1.300 viviendas residenciales -100 de ellas asequibles- y una zona comercial con 3.000 plazas de aparcamiento, 500 de ellas públicas. El proyecto, que contaba ya entonces con todos los permisos para comenzar a construirse, está previsto en una zona de unos 45.000 metros cuadrados.

Hace un año, Gibraltar anunció que iba a ingresar casi 103 millones de euros (90 millones de libras esterlinas) por parte de TNG Global Foundation por el arrendamiento de los terrenos

En 2012, el plan de TNG superó el trámite de la Comisión de Desarrollo y Planificación de Gibraltar, aunque con dos enmiendas: la reducción del tamaño del puerto deportivo para embarcaciones pequeñas y la eliminación de una torre residencial de gran altura de casi 25 pisos. Los planes actuales incluyen obras para la protección costera con un rompeolas diseñado para que los ciudadanos cuenten con acceso directo al mar desde el mismo e incluirá espacios para caminar, circular en bicicleta y pescar desde plataformas. Además contempla otros trabajos beneficiosos para la Roca como la retirada de los escombros generados en la zona por 68,5 millones de euros; un muro de contención en Hassan Centenary Terraces (construido también en una zona ganada al mar) por valor de 20,5 millones de euros y otro en toda la zona de levante (otros 114 millones). El nuevo puerto deportivo, con espacio para megayates, un club náutico y una escuela de vela, costará alrededor de 41 millones. 

TNG Global Foundation es una fundación vinculada al empresario propietario de Trusted Novus Bank Tuan Tran. Este hombre de negocios vietnamita compró a los anteriores propietarios daneses de Jyske Bank en 2020 con un acuerdo "no revelado" y lo rebautizó como Trusted Novus Bank. Además ya ha creado al menos una tercera empresa en Gibraltar (Rooke Investments Ltd) y es muy conocido en el mercado inmobiliario de lujo de todo el mundo. 

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