La reorganización de la Guardia Civil (XVIII)

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCXXXIV)

En 1944, estar destinado en la nueva 337ª Comandancia Mixta de la Guardia Civil de Algeciras, al contrario que en el pasado, no constituía privilegio ni prioridad alguna para pasar destinado a otra comandancia

Portada de la "Escaleta de Generales, Jefes y Oficiales en 1 de mayo de 1944" de la Guardia Civil, donde figuraban los destinados en el Campo de Gibraltar. / E. S.

29 de julio 2024 - 04:02

Una vez nombrados y publicados en el Diario Oficial del Ministerio del Ejército que el jefe de la nueva 337ª Comandancia Mixta de la Guardia Civil (Algeciras) era el teniente coronel Manuel Sanmartín Rives (procedente de Carabineros) así como que sus comandantes eran Ignacio Molina Pérez (procedente de Carabineros) y Juan del Río Fernández (procedente de la Guardia Civil), es importante citar a sus oficiales, suboficiales y cabos comandantes de puesto en aquel aciago año de 1944.

Para ello hay que partir primero de la Escaleta de Generales, Jefes y Oficiales en 1º de mayo de 1944, publicada por el madrileño Taller-Escuela de Artes Gráficas de Huérfanos de la Guardia Civil y donde se advertía que cualquier error que se observase fuera comunicado para su futura subsanación al jefe del Parque Móvil del Cuerpo en Madrid, teniente coronel Juan de la Peña Caballero.

Hay que recordar que la nueva 337ª Comandancia Mixta de la Guardia Civil (Algeciras) había crecido y adaptado a la nueva dimensión de mando que tenía el gobernador militar del Campo de Gibraltar. También hay que tener presente que se había sobredimensionado su demarcación territorial debido a la situación planteada como consecuencia de la evolución que estaba tomando la Segunda Guerra Mundial.

Por decreto de 11 de julio de 1941 se había nombrado al entonces general de brigada Fernando Barrón Ortíz, procedente del Arma de Caballería, como jefe de la División núm. 22 y gobernador militar del Campo de Gibraltar, siendo promovido al empleo de general de división por otro decreto de 18 de junio del año siguiente y continuando al frente de ambos destinos. Sin embargo, por otro decreto de 24 de septiembre de 1943, se le nombró, en comisión, y en Madrid, subsecretario del Ministerio del Ejército, pero continuando ejerciendo también y expresamente los cargos citados anteriormente. No hay que olvidar que se estaba librando la Segunda Guerra Mundial y que teníamos en nuestra demarcación la colonia británica del Peñón, con todo lo que ello implicaba. Que desempeñase simultáneamente todos esos cargos, en Madrid y en Algeciras, no fue ni un hecho fortuito ni una casualidad.

Por lo tanto, los desempeñó conjuntamente hasta que por decreto de 8 de julio de 1944 fue confirmado en el citado cargo de subsecretario y cesado expresamente en los mandos citados del Campo de Gibraltar. Mientras tanto, los Aliados habían comenzado a desembarcar el 6 de junio anterior en las playas francesas de Normandía y su avance estaba siendo imparable. A su vez, y por decreto de misma fecha que el nuevo destino del general Barrón, sería nombrado para desempeñar esos mismos cometidos en Algeciras, el general de división Eduardo Sáenz de Buruaga Polanco.

Prosiguiendo con nuestro relato hay que precisar que los oficiales destinados inicialmente en aquella nueva 337ª Comandancia Mixta de la Guardia Civil (Algeciras), suma parcial de todas las comandancias gaditanas y malagueñas citadas en el capítulo anterior, procedían en su mayor parte del antiguo Cuerpo de Carabineros, si bien también los había pertenecientes desde su ingreso, a la Benemérita.

Procedentes de esta última estaban entonces los capitanes Domingo Oliva Quirós (Algeciras), Francisco Lafuente Gonzalo (Ronda) y Antonio Martínez Martínez (Jimena de la Frontera), así como los tenientes Juan Casillas Aguilera (Ronda), Juan Sánchez Vergara (Cortes de la Frontera) y Juan Cruz Martínez Otaola (Casares). También figuraba en Algeciras, si bien en la situación militar de “disponible”, el teniente Ángel Pérez González, así como igualmente en dicha Comandancia, el teniente Antonio Liñán Bernal, recién ascendido pero sin destino todavía.

Procedentes del antiguo Cuerpo de Carabineros, y prestando servicio activo en dicha 337ª Comandancia Mixta (Algeciras), estaban los capitanes Manuel López Benítez (Atunara), Manuel Roza Gálvez (Algeciras), Antonio Ciro Morcillo (Ronda), José Gallego Bregante (Algeciras), Ángel Gil Sánchez (Barbate), Dámaso González Sáchez (La Línea de la Concepción) y José González Cantón (Tarifa). Igualmente figuraban destinados en dicha Comandancia los tenientes Arturo Santano Armida (La Línea de la Concepción), Francisco Parralo González (Algeciras), Crisanto Alcocébar Delplán (Jimena de la Fontera), Miguel Trujillano Iglesias (Manilva), Ángel del Yelmo Gamino (Cortes de la Fontera), Nicolás Bozal Bernal (Tarifa), Facundo Elvira Parpal (Carbonera), Francisco Martínez García (San García), Manuel Martín Hernández (Cañada Peral) y Crescencio Torés Pérez, que acababa de ascender si bien, aunque encuadrado en la mentada 337ª Comandancia Mixta, no le figuraba todavía destino alguno en la citada escaleta de 1º de mayo de 1944. También se ha observado el error en dicha documento que figura el teniente Santos Reguera Baguer con residencia en Palma de Mallorca cuando realmente se trataba de Santos Rivera Baguer, destinado realmente en la mentada 337ª Comandancia Mixta (Algeciras).

Llama también la atención que al final de dicha escaleta figura una extensa relación de más de noventa generales, jefes y oficiales (en su inmensa mayoría capitanes y tenientes), que hasta fin de diciembre de 1944, y en el día que se indicaba, cesarían, por razón de edad, en la situación de activo, pasando entonces a la de reserva o retirado. Es significativo que ni uno de ellos estaba destinado en la 337ª Comandancia Mixta (Algeciras), pero en cambio varios de ellos se encontraban en la 137ª Comandancia Mixta (Málaga) y 237ª Comandancia Mixta (Cádiz).

La vida profesional y personal en aquella extensa comandancia, realmente más que campogibraltareña, era en esa época, así como en las anteriores y posteriores, muy dura y salvo algunas muy contadas excepciones, la mayor parte de sus componentes, cuando cumplía el periodo que estaba obligado a estar, solicitaba cambio de destino.

No hay que olvidar, y es buen ejemplo de ello, que tal y como se relató en su momento, de las 31 Comandancias que tenía en 1908 el Cuerpo de Carabineros, la de Algeciras, junto a las de Estepona, Málaga y Mallorca, así como la primera línea de la de Cádiz, primera y segunda compañía de la de Gerona, la compañía del Bidasoa en la de Guipúzcoa, la cuarta compañía de Huelva y la primera de Lérida, estaban consideradas, como de “servicio de fatiga”. Las penalidades que se sufrían durante la prestación del servicio eran tales, que transcurrido cierto tiempo, sus componentes tenían derecho preferente en las solicitudes de traslados a otros destinos.

Tampoco debe olvidarse la Circular núm. 158, de 12 de noviembre de 1931, citada también en su momento y dictada por la entonces Dirección General de Carabineros, sobre traslados de las clases e individuos de tropa de dicho Instituto, incluidas las matronas. En ella se disponía que todos, incluidas ellas, al cumplir un año de servicio en las Comandancias de Algeciras (excepto el personal de Ceuta que entonces estaba encuadrado en la comandancia campogibraltareña), Barcelona, primera línea de Estepona, Figueras, Ripoll, Valencia y compañía de la ría del Bidasoa en Guipúzcoa, “descontando el que permanezcan con licencia, permiso y de baja por enfermo”, podían solicitar traslado a cualquier otra Comandancia, “y hasta ocho”, lo mismo que los jefes y oficiales.

La principal diferencia en 1944 era que estar destinado en la comandancia campogibraltareña, al contrario que en el pasado, no constituía privilegio ni prioridad alguna para pasar destinada a otra comandancia.

Continuará.

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