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Responsabilidad social de las empresas: una ayuda inestimable

Jornada técnica

Los responsables del comedor Padre Cruceyra y Hogar Betania destacan la colaboración del Banco de Alimentos y de las empresas para desarrollar su labor con los colectivos sensibles

Rafael Piñero, Pepe Ramírez, Begoña Arana, Carmen Romero, Juan Harlos Herrera, Javier Chaparro y Juan Fernández de Mesa, en el hotel Reina Cristina. / Erasmo Fenoy

Algeciras/Los colectivos de ayuda a personas en riesgo de exclusión social realizan buena parte de su labor gracias a la responsabilidad social de algunas empresas. El comedor Padre Cruceyra, en Algeciras, y Nuevo Hogar Betania, en La Línea, ofrecen comida y otros servicios a estas personas con la colaboración del Banco de Alimentos del Campo de Gibraltar, que distribuye productos a 76 entidades de la comarca para su reparto. Además, empresas como Mercadona colaboran con la donación de alimentos que se retiran de la venta pero que son aptos para el consumo.

Pepe Ramírez, coordinador del centro social Padre Cruceyra; Begoña Arana, directora de Nuevo Hogar Betania; Juan Carlos Herrera, vicepresidente del Banco de Alimentos; Rafael Piñero, director de Relaciones Externas de Mercadona en Cádiz, y Carmen Romero, secretaria general de la Confederación de Empresarios de Cádiz (CEC), debatieron esta semana sobre la responsabilidad social empresarial y la situación de estos colectivos en una jornada técnica celebrada en el hotel Reina Cristina de Algeciras moderada por el director de Europa Sur, Javier Chaparro.

Pepe Ramírez explicó que el centro social Padre Cruceyra lo gestiona Cáritas Diocesana de Cádiz desde 2002 y que además de que dar de comer, cuenta con una trabajadora social para realizar distintas gestiones, como la renovación del DNI, una peluquería y un servicio de ducha y ropero de lunes a viernes en el que se entrega ropa interior nueva y ropa que se dona, previamente limpiada y seleccionada.

Estas instalaciones atienden al día a una media de 120 comensales. Aunque cierra los fines de semana, se entrega una bolsa con alimentos preparados. Ramírez destaca que con las donaciones particulares y de socios, además de la colaboración del Banco de Alimentos, es indispensable para que el también conocido como Comedor del Carmen pueda seguir adelante. “Sin ellos no podríamos tirar adelante. El Banco de Alimentos nos da lo que viene de la Comunidad Europea. Estoy allí casi todos los días, somos hermanos. Pepe Serrano (presidente del Banco de Alimentos) me llama y vamos con una furgoneta a recoger la comida. También tenemos una subvención anual del Ayuntamiento de Algeciras de 20.000 euros. Este equipo de gobierno se ha puesto al día y ahora no nos debe nada”, destaca Ramírez.

“También tenemos un convenio con Mercadona de San García y nos llevan productos no vendibles pero consumibles. Es carne y fruta que nos viene muy bien su ayuda. Además tenemos donantes anónimos y una empresa de aquí, Llinares, nos ingresa mensualmente mil euros, que compensa lo que les compramos en productos congelados. En navidad también nos aporta algo especial. Tenemos más de 30 voluntarios de las Cáritas parroquiales. El año pasado vino un matrimonio del País Vasco que estaba de vacaciones y este año ha vuelto”, explica el coordinador del centro social.

Hogar Betania también cuenta con un comedor en su centro integral de La Línea, donde lleva a cabo un total de 29 proyectos en el bario de San Bernardo, que se ha degradado en el último año tras el cierre del antiguo hospital. Allí atiende a todos los sectores en exclusión social: personas sin hogar, en emergencia social, víctimas de explotación sexual, de violencia de género, migrantes, mayores se 65 años que viven solos, menores a los que se imparte clases de apoyo y población penitenciaria con la ayuda de 21 voluntarios.

“Nosotros prestamos servicio 365 días al año las 24 horas. Es un recurso de atención inmediata. Nunca se cierra cuando trabajas con personas. La demanda es brutal porque el contexto a nivel social en el Campo de Gibraltar y La Línea es digno de estudio sociológico porque hay una mezcla de pobreza relativa y absoluta y economía sumergida. Hay que parar un segundo a pensar en ello”, destaca Begoña Arana, que este año ha sido galardonada con el Premio Social de la Fundación Princesa de Girona.

Hogar Betania atiende a diario entre 230 y 260 personas, a las que da el almuerzo y la cena. Los 70 residentes reciben cuatro comidas y en el caso de las familias, se llevan la comida a casa para evitar romper la cotidianidad en el hogar. También cuenta con un servicio de duchas y lavandería y ofrece productos de higiene íntima.

El Banco de Alimentos del Campo de Gibraltar es clave para los colectivos de ayuda. Funciona desde hace más de 30 años. Buena parte de los productos llegan desde el Fondo de Ayuda Europea para los Más Necesitados, aunque también cuentan de donaciones de empresas, entre ellas Mercadona, y donaciones de particulares y socios con cuotas mensuales. El Banco de Alimentos canaliza esta ayuda a través de 76 asociaciones de la comarca, entre ellas el centro social Padre Cruceyra, Nuevo Hogar Betania, Cáritas parroquiales, asilos y centros de menores. “No hacemos ningún tipo de diferenciación y se pueden beneficiar unas 14.000 personas. A veces los excedentes los donamos a Alcalá o a Barbate”, explica Juan Carlos Herrera.

Este organismo indispensable solo cuenta con personal voluntario, excepto una administrativa que está contratada cuatro horas al día. Para el Banco de Alimentos, la ayuda de empresas como Mercadona es esencial, sobre todo en la recogida de alimentos. “La gran recogida es este año el 22 y el 23 de noviembre y nos presta un apoyo publicitario muy grande. Aparte, con Mercadona llevamos a cabo otras campañas a lo largo del año que nos vienen bien para cubrir otras necesidades. También nos ayuda con el transporte a nuestras instalaciones porque son muchos kilos. Es muy complicado hacerlo solo con dos furgonetas. Hay que remarcar que las donaciones son muy importantes a lo largo del año. También nos dan productos que necesitemos, como aceite, azúcar o leche, que no son excedentes”, destaca Herrera.

Este año Mercadona ha duplicado la donación de alimentos en la provincia. Hasta ahora se daba una cantidad para Cádiz y ahora el Banco de Alimentos del Campo de Gibraltar cuenta con una exclusiva.

Carmen Romero abordó la perspectiva desde el punto de vista de las empresas y explicó que desde la CEC se han marcado aplicar los Objetivos de desarrollo sostenible aprobados por 123 países con la intención de erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos. “Son 17 objetivos y cada empresa debe seleccionarlos según su actividad. Nosotros tratamos de difundirlos para ver cómo aplicarlos. Hay estudios, como uno de Deloitte, que explica qué cosas se pueden hacer. En la CEC trabajamos en la reducción de desigualdades con la integración de personas con distintas discapacidades con Fegadi y en su centro de recuperación de San Fernando y también tenemos campañas de sensibilización”, explicó la secretaria general de la CEC.

Rafael Piñero indicó que Mercadona entiende la Responsabilidad Social Empresarial como la necesidad que tienen las empresas de ser responsables en materia “social, ambiental, laboral y de derechos humanos”. También destacó que una empresa no puede vivir solo para obtener beneficios económicos, “sino que se trata de tener un compromiso con todos los componentes”.

El responsable de la empresa destacó que desde su nacimiento, Mercadona ha impulsado el compromiso de buenas prácticas y modelo de calidad total, que se implementó en 1993 con el objetivo de satisfacer a sus cinco grupos de interés con un orden secuencial: cliente, trabajador, proveedor, sociedad y capital. “Todos tienen que estar satisfechos y para ello realizados un ejercicio de escucha activa para saber las necesidades y alinearlas”.

En cuanto a acción social, Mercadona tiene firmados más de 60 convenios con Bancos de Alimentos y colaboración con más de 170 comedores sociales, nueve en la provincia de Cádiz y dos en el Campo de Gibraltar. La colaboración se ampliará en breve con Hogar Marillac en La Línea. El año pasado la empresa donó a estos colectivos 8.300 toneladas de alimentos. Mercadona, además, los lleva como el reparto a domicilio, por lo que las entidades no tienen que desplazarse a los supermercados. “Eso lo destacan los responsables de los comedores. Eso es muy importante que lo lleven”, destacó Piñero.

Además de la acción social, Mercadona destaca su crecimiento compartido y la sostenibilidad, que incluye inversiones para mejorar sus instalaciones, la creación de empleo y la aportación al PIB. También su compromiso con el medio ambiente y la sostenibilidad con la implantación de un modelo de tienda eficiente que supone un ahorro de un 40% de energía, con el reciclaje y el apoyo a la protección ambiental.

Aumenta el número de usuarios

Los colectivos de atención constatan en los últimos meses un aumento en el número de usuarios. En el comedor Padre Cruceyra han notado una subida tras una bajada de unas 50 personas al día. “Hay mucha gente de paso, la mitad son musulmanes y a veces nos piden otro menú, pero solo tenemos uno. Aquí decimos que el estómago no entiende de religión. Pero procuramos que sin uno de los platos lleva cerdo, que el otro no lo contenga”, afirma Pepe Ramírez. Begoña Arana explica que en La Línea la población de asiento en situación de pobreza va creciendo. “Hace poco no teníamos tantas personas. En la escuela de verano hemos tenido este año 85 niños, a los que hay que sumar los usuarios del comedor, que son entre 230 y 260 personas.

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