Sonata de otoño: Fotos de la berrea en el Parque Natural de Los Alcornocales
Galeria gráfica
La berrea es más que un fenómeno natural: es la esencia misma del otoño en su versión más salvaje y auténtica. Un ciclo que se repite cada año, pero que jamás deja de sorprender a quienes tienen la fortuna de ser testigos
Parque Natural de Los Alcornocales/Con el primer soplo de aire otoñal, el Parque Natural de Los Alcornocales se transforma en el escenario de uno de los espectáculos más imponentes de la naturaleza: la berrea del ciervo. Es a partir de mediados de septiembre, cuando las hojas empiezan a teñirse de tonos ocres y el ambiente se llena de un silencio expectante, que los machos de esta especie —algunos con más de 200 kilos— rompen la calma con sus bramidos.
En este rincón salvaje del Campo de Gibraltar, la noche cobra vida. Cuando el sol se despide y las primeras estrellas comienzan a asomarse, los ciervos emergen de la espesura convertidos en criaturas de la penumbra. Se escuchan sus berridos potentes y graves, como un aviso a cualquier rival que se atreva a invadir su territorio. Las hembras observan desde la lejanía, a la espera de que el más fuerte demuestre su dominio.
El eco de estos bramidos, capaces de recorrer kilómetros, reverbera entre los troncos centenarios de los alcornoques y encinas. Pero no es solo el sonido lo que llama la atención de quien tiene la suerte de presenciar la barrea. Los enfrentamientos entre los machos son otra demostración de poder: el choque de astas rompe la quietud de la noche, mientras se desafían en duelos que pueden durar varios minutos. Solo uno se alzará con la victoria.
Los Alcornocales, con su población de más de 35.000 ciervos, es uno de los mejores lugares de Andalucía para disfrutar de este fenómeno. Municipios como Los Barrios, Castellar y Jimena se convierten en puntos de partida privilegiados para aquellos que desean adentrarse en el corazón de la tierra. Y no es casualidad que tantos visitantes se sientan atraídos por el encanto de la berrea. Ver a estos imponentes animales en su máximo esplendor es asistir a un ritual milenario.
El espectáculo de la berrea es efímero. Solo se extiende hasta finales de octubre, como un recordatorio de que la naturaleza sigue sus propias reglas. Durante esos días, Los Alcornocales se convierten en un teatro al aire libre donde cada sonido y cada movimiento parecen orquestados por una fuerza antigua e indomable.