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Un tesoro se nos escapa entre las manos poco a poco

Observatorio de La Trocha

La cultura popular tradicional de la comarca se desvanece ante las nuevas costumbres y las tecnologías modernas

El Instituto de Estudios Campogibraltareños rescata las Jornadas de Etnología para salvaguardar la riqueza cultural de la zona

Parte del cartel de las Jornadas de Etnología y Cultura Popular del Campo de Gibraltar.
Carlos Gómez de Avellaneda Sabio - Presidente de La Trocha y cronista oficial de Algeciras.

14 de marzo 2025 - 04:01

Nos referimos a la cultura popular tradicional y concretamente a la II Jornada Comarcal de Etnología y Cultura popular, que por iniciativa del IECG se celebrará el sábado 29 de marzo en el salón de actos de la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar. Pero vayamos por partes.

En primer lugar, recordemos qué es el referido IECG o Instituto de Estudios Campogibraltareños: se trata de una institución sobradamente acreditada, cuyo nacimiento, hace ya más de tres décadas, marcó un antes y un después en la cultura comarcal, cuyo nivel general en cuanto a investigación sobre patrimonio cultural estaba por debajo de su verdadero potencial. Esto pese a los esfuerzos de algunas personalidades en cada población de la comarca, como Cristóbal Delgado, Pedro Rodríguez Oliva o el padre Martín Bueno en Algeciras, José Riquelme o Francisco Tornay en La Línea, Adolfo Muñoz en San Roque, Francisco Terán en Tarifa, Manuel Álvarez en Los Barrios o José Regueira en Jimena. Todos ellos y algunos más que sentimos omitir por motivos de espacio fueron importantes impulsores de la investigación sobre muchos temas, pero estaban prácticamente aislados en sus ámbitos de trabajo y con enormes dificultades para publicar sus trabajos en aquella época.

Todo vino a cambiar tras una genial iniciativa que tuvo la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar, la creación en 1991 del Instituto de Estudios Campogibraltareños, dividido en diez secciones de trabajo y abarcando prácticamente todas las facetas de la cultura comarcal. Así, la Sección 1ª (Geografía e Historia), Sección 2ª (Arqueología, Etnografía, Patrimonio y Arquitectura), Sección 3ª (Artes Plásticas y de la Imagen), Sección 4ª (Música, Teatro y Danza), Sección 5ª (Flamenco), Sección 6ª (Literatura, Filología y Ciencias de la Información), 7ª (Sociología, Derecho y Ciencias Políticas y Económicas), 8ª (Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Tecnológicas), 9ª (Filosofía, Psicología y Ciencias de la Educación) y 10ª (Salud, Veterinaria, Biología, Ecología y Ciencias de la Naturaleza).

Naturalmente, la creación de una institución tan ambiciosa impulsó la investigación sobre cualquier aspecto de la comarca, pues cientos de investigadores fueron acogidos y encuadrados en las filas del instituto, donde al fin tenían no solo un lugar de encuentro, sino una casa común, que intentó entonces y ahora de auxiliarlos en la medida de sus fuerzas. A lo largo de más de treinta años, el instituto supo ir reuniendo la mejor biblioteca especializada sobre la comarca, tan extensa que necesita una urgente reclasificación y su instalación en un espacio mucho mayor, ya que está acompañada incluso de una rica colección de grabados e imágenes antiguas sobre la comarca, contando además con numerosa documentación reproducida de archivos históricos nacionales.

Por cierto, para un eficiente ejercicio de sus funciones y trabajos, el Instituto, tras más de tres décadas de actividad, ya adolece de una alarmante carencia de espacio material. Esa deficiencia podría solucionarse si se llega a un entendimiento entre el Ayuntamiento de Algeciras y la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar para la cesión al IECG de parte del edificio que albergaba el Museo Municipal antes de su traslado al noble edificio del siglo XVIII que fue Hospital de la Caridad. El inmueble que podría solucionar el citado problema de espacio en el IECG se conoce como Casa de los Guardeses, y se sitúa también en el Parque de las Acacias, al igual que el palacete donde tiene su sede Mancomunidad y las dependencias auxiliares que hoy, con muchas estrecheces, alberga como puede la oficina, biblioteca y sala de reuniones del IECG en un espacio unitario ampliamente superado por las necesidades de la institución. El referido acuerdo de buena voluntad entre el Ayuntamiento y la Mancomunidad sería un gran logro para la comarca y el prestigio de su nivel cultural, cuando a veces padecemos en los medios de difusión recurrentes noticias y opiniones que solo recogen algún aspecto negativo de la comarca, visión parcial y a veces sesgada que oculta las muchas y poco divulgadas virtudes de esta zona, que podría ser la locomotora económico-cultural que tanto ayudaría a los territorios circundantes.

La carencia de medios de publicación al alcance de los investigadores, tan grave hace antes de la aparición del Instituto, ha sido dignamente solucionada, pues el IECG publica Almoraima, una revista científica que ha alcanzado los 61 números a los que hay que sumar 17 suplementos y separatas, a modo de pequeñas monografías, para los casos que los artículos eran de más extensión que la habitual. El IECG ha realizado otro esfuerzo editorial, con sus 46 monografías editadas hasta la fecha, la última presentad ayer tarde. Se ha conseguido perfeccionar estas ediciones, siendo desde hace unos años de impecable presentación grafica. En paralelo a las citadas monografías, el IECG, retomando el concepto de las antiguas separatas y suplementos, ha empezado a editar recientemente la serie de cuadernos, que con excelente impresión y apoyo grafico alcanza ya los siete números, que han tenido una buena aceptación.

Horarios e intervenciones de las Jornadas de Etnología y Cultura Popular.

Y entre las diversas actividades realizadas por la institución, aparte de las publicaciones, son insustituibles jornadas comarcales, que sobre la temática propia de cada una de las diez secciones de trabajo citadas y de forma rotativa, se han celebrado en las poblaciones del Campo de Gibraltar desde el año 1990, hace ya 35 años… Estos eventos, antes impensables, alcanzan ya las 47 ediciones a lo largo de más de tres décadas y son un punto de encuentro para los investigadores que presentan a la comunidad el apasionante resultado de sus trabajos, creando a veces positivos debates, mientras que por otra parte están estos encuentros abiertos a toda la sociedad, por lo que suponen una eficaz herramienta de divulgación puesta a disposición de los ciudadanos interesados.

El próximo mes de septiembre se celebrarán en Gibraltar (un miembro más de la comarca, a efectos científico-culturales) las acreditadas Jornadas de Historia que prepara la Primera Sección del Instituto y antes, a fines de marzo, las II Jornadas de Etnología y Cultura Popular, sin celebrarse desde 2001, siendo rescatadas por la Segunda Sección, que las ha organizado para su nueva edición el sábado 29 de este mes iniciándose a las 10:00 y terminando a las 20:00 horas. Se avisa de la posibilidad de aparcar en el recinto del parque.

Pero antes, nos referiremos un poco a la temática y la justificación de este esfuerzo, empezando por la significación de los términos Etnología y Cultura Popular.

Según la Real Academia de la Lengua Española la etnología es la ciencia que estudia comparativamente los orígenes y expresiones de la cultura de los pueblos a partir de los datos proporcionados por la etnografía que puede definirse como el estudio sistemático de culturas y personas en base a la observación de sus prácticas socio-culturales. Es considerada, más que una ciencia, una técnica, o método de trabajo aplicado a la investigación. Tanto etnología como etnografía se consideran dentro del ámbito de la antropología que también según la RAE es el conjunto de ciencias que estudian los aspectos biológicos, culturales y sociales del ser humano.

Por otro lado, la cultura popular es un conjunto de respuestas a las necesidades prácticas y estéticas que ha planteado tradicionalmente la vida, dando lugar a unas formas de actuación en numerosos ámbitos, que no responden a una inspiración que emane de los estratos elevados de la sociedad, ni a una cultura “letrada” o propia de las élites, con una difusión “desde arriba hasta abajo”, sino que al contrario, emanan del día a día directamente del pueblo, y su difusión, en todo caso, es “de abajo hacia arriba”. Un ejemplo muy accesible el arte flamenco en sus orígenes de absoluta creación popular y que se fue imponiendo hasta ser aceptado, admirado, practicado y emitido a su vez por los “estratos altos” de la sociedad. Por lo tanto, se considera cultura popular a un conjunto de manifestaciones que nace directamente del pueblo, en teoría y que suele estar enraizada con valores, creencias y tradiciones de los “ciudadanos de a pie” y que generalmente se ha transmitido de generación en generación. Es considerada la cultura popular como un compendio de manifestaciones culturales que emana directamente de los estratos no privilegiados de la sociedad, estando arraigada en las tradiciones, valores y creencias de las personas corrientes. Ha sido trasmitida de generación en generación por años, décadas o incluso siglos, pero siempre tuvo un origen, un momento creativo ante una necesidad concreta, a veces tan antigua como la humanidad, que ha evolucionado poco a poco hasta la actualidad.

Una característica de la cultura popular es el ser polifacética, o sea, presentar numerosos aspectos diferentes, tan variados como las necesidades humanas. Así, podemos hablar de vestimenta o traje popular, que en nuestra comarca tiene su más insólito exponente en las “tapadas” o “cobijadas” de Tarifa, mientras que otras formas más comunes de “traje típico” local están sin estudiar ni definir. No olvidemos las supersticiones y leyendas tradicionales, transmitidas, hoy en voz baja, por miedo al descredito social, entre ellas incluso las de “apariciones” en nuestra tierra de la africana Aisha Kandisha, figura mitológica femenina nocturna y rural, una leyenda tradicional de origen autóctono, sin uso del nombre árabe y muy anterior a la llegada de la actual población magrebí.

La arquitectura vernácula se basa en técnicas y materiales propios del terreno, así como a veces muy personales de diseño y composición. De ella, tenemos en la comarca un tesoro antropológico ya casi desaparecido, las chozas construidas con materiales perecederos, que datan de época prehistórica, aparte de una arquitectura tradicional tanto rural como urbana, con particularidades propias de cada población. La mar es un mundo aparte, muy rico en tradiciones de todo tipo, tanto en construcción naval como en sistemas de pesca, mientras que es innecesario hablar de la importancia tradicional de una cultura taurina que también constituye un universo propio.

Horarios e intervenciones de las Jornadas de Etnología y Cultura Popular.

Está por estudiar en la comarca lo relativo a técnicas agrícolas, como las relativas a extracción, conducción, almacenamiento y empleo del agua, sin contar la roturación, sistemas de regadío, cultivo, recolección, siega y trilla, sin olvidar almacenamiento, transporte y venta de las producciones. Existen todavía restos de una fabricación artesanal que cubría antiguamente las necesidades de mobiliario, utillaje agrícola y casero, cerámica, elementos de construcción, etc, producciones superadas por la fabricación industrial y relegadas a lo decorativo.

También hay que hablar de las devociones populares y las costumbres religiosas, como las conocidas procesiones de Semana Santa, con aspectos tan pintorescos como las procesiones marítimas de la Virgen del Carmen o la romería marítima de Algeciras, única en España. No podemos olvidar el mundo de los juegos y canciones infantiles, las danzas tradicionales, como el chacarrá, el bolero de Algeciras o los fandangos de punta y tacón, o la potencia del arte flamenco en general dentro de la comarca. Otras manifestaciones son los pregones de vendedores callejeros, refranes, o los romances, milagrosamente conservados y recuperados, dejando para otro momento el referirnos a otras caras de ese poliedro que es la cultura popular.

Pero en gran medida, salvo excepciones, se trata de un mundo que se desvanece, pues retrocede a diario ante las nuevas costumbres y las tecnologías modernas, tan prácticas como asequibles gracias a la producción industrial. Mas no se trata de volver al pasado, el nivel de vida del que hoy disfrutamos es infinitamente de mayor calidad que en el pasado. Pero hay que hacer justicia a ese mundo del cual deriva el actual, no perder el recuerdo ni el conocimiento de aquellas formas culturales de interés científico y seleccionando además para nuestro uso y disfrute aquellas que sean compatibles con nuestro sistema actual de vida.

Pero, repetimos, las formas culturales tradicionales desaparecen, por ejemplo, cuando un instrumento como tantos había, utilizado en alguna de las formas de fabricación artesanal queda en desuso y muere la última persona que lo ha utilizado y se pierde la explicación de la razón de ser, del uso del citado objeto, éste deja de pertenecer al mundo de la etnología y las costumbres populares para ser una pieza arqueológica, o sea perteneciente a una forma de vida definitivamente muerta. Esta circunstancia se agrava en la parte más débil e inmaterial del patrimonio cultural popular, o sea todo aquello que sea de transmisión oral, todo relacionado con la memoria del informante. Desaparecido éste, si no ha recogido su testimonio, se diluye en la nada. Se dice que cuando un anciano muere, es comparable al incendio de una biblioteca. Ese tesoro cultural se nos está escapando entre las manos poco a poco, por lo que hemos de intentar llegar a tiempo para salvarlo. Ante toda la riqueza cultural antes expuesta y su angustioso salvamento, el IECG ha reaccionado a través de su Sección 2ª, creando y desarrollando las Jornadas Comarcales de Prehistoria y Arqueología, con seis ediciones desde 2004 y del mismo modo, las Jornadas Comarcales de Historia del Arte, con tres ediciones desde 2014. Ahora, la sección amplía sus horizontes con el rescate de las Jornadas de Etnología cuya primera y única edición hasta ahora fue en 2001.

En la edición actual se hablará de antiguos caminos, del pósito de Los Barrios y el ciclo del pan, de los antiguos vendedores callejeros, con sus pregones, de las monumentales norias de tiro o de arquitectura popular, campanas y un reloj monumental, también de adornos corporales en nuestro arte prehistórico o de la pesca, la cuaresma y las carnes tolendas en el Gibraltar del S. XVI, de las tradiciones de la Almoraima, de un horno rural de pan, del flamenco en la comarca, así como de música y gastronomía, antiguas fotografías supuestamente costumbristas, mientras que por otra parte se estudiarán bien antiguas postales galantes, sistemas populares de calefacción o bien de fuentes y pozos, siendo lo más esperado la conferencia-concierto sobre el cancionero de tradición oral en el campo de Gibraltar.

Con esta jornada, que en breve será presentada oficialmente por la Mancomunidad y el Instituto de Estudios Campogibraltareños, no se pretende solo una reunión de estudiosos, sino la creación de un evento anual que sea un elemento dinamizador del salvamento de la cultura popular tradicional, un punto de encuentro para los ciudadanos interesados por estos asuntos y, sobre todo, de aquellas personas que puedan aportar información sobre los temas que se pueden tratar en este campo. Para ello la 2º sección del IECG, la asociación cultural La Trocha, o la oficina del cronista oficial de Algeciras, estarán abiertas a la recepción de las personas interesadas.

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