Breve repaso de la tipología gráfica en el arte rupestre postpaleolitico del extremo sur peninsular (II)
Los motivos zoomorfos identificados incluyen cuadrúpedos, aves, peces y serpientes. Sin embargo, más allá de estos la presencia de otros animales es mínima y, en muchos casos, su identificación resulta incierta
Breve repaso de la tipología gráfica en el arte rupestre postpaleolitico del extremo sur peninsular (I)

Algeciras/La representación de figuras animales o zoomorfos ha desempeñado un papel fundamental en la pintura rupestre esquemática en el extremo sur peninsular, siendo uno de los temas más recurrentes después de las representaciones humanas (antropomorfos). En casi todos los abrigos de la comarca del Campo de Gibraltar donde se encuentran este tipo de manifestaciones artísticas aparecen figuras de animales, con muy pocas excepciones.
Los motivos zoomorfos identificados incluyen cuadrúpedos, aves, peces y serpientes. Sin embargo, más allá de estos la presencia de otros animales es mínima y, en muchos casos, su identificación resulta incierta. Lo que destaca en estos estudios es la notable diferencia en la frecuencia con la que se representan los distintos géneros animales: los cuadrúpedos son, con gran diferencia, los protagonistas. Estos aparecen distribuidos en todo el ámbito geográfico donde se ha documentado esta tradición pictórica, y su representación adopta diversas formas y estilos.
La prevalencia de los zoomorfos cuadrúpedos ha llevado a diversas interpretaciones sobre su significado. En un primer análisis podría atribuirse a razones económicas, en línea con lo observado en la pintura levantina: la caza y la domesticación de animales habrían sido factores determinantes. Sin embargo, un examen más detallado de la manera en que estos animales fueron representados sugiere una explicación distinta. La mayoría de estas figuras parecen reflejar influencias externas, derivadas de la llegada de grupos culturales ajenos a los pueblos autóctonos de la región.
Por otro lado, el resto de los animales representados, como aves y peces, muestran un tratamiento diferente. En general, estos son plasmados con mayor naturalismo y cierta unidad estilística, lo que los distingue de los cuadrúpedos. Estas diferencias podrían estar vinculadas a distintos contextos simbólicos o funcionales dentro de las sociedades prehistóricas que los pintaron.
El estudio de la pintura rupestre esquemática sigue aportando nuevas interpretaciones sobre la relación de estas comunidades con su entorno y su cosmovisión. Comprender la importancia de los zoomorfos en este arte ancestral permite no solo conocer su modo de vida, sino también la influencia de otros pueblos en su expresión artística y cultural.
Zoomorfos cuadrúpedos
El arte rupestre esquemático es un testimonio fascinante de la expresión artística de nuestros antepasados. Entre sus representaciones más frecuentes destacan las figuras de animales de cuatro patas (zoomorfos) plasmadas con un estilo pictórico característico. Estas imágenes, presentes en numerosas estaciones rupestres del extremo sur peninsular, han evolucionado a lo largo del tiempo mostrando una transición hacia formas más esquemáticas.
En diversas cuevas y abrigos rocosos se han encontrado escenas en las que las figuras animales aparecen superpuestas a representaciones más antiguas, lo que sugiere que fueron añadidas en épocas posteriores. Esta superposición permite a los investigadores establecer una cronología relativa y observar cómo, en las fases finales de la prehistoria, la representación de los cuadrúpedos se vuelve cada vez más simplificada.
Desde un punto de vista estilístico los cuadrúpedos pueden clasificarse en distintos grados de representación: naturalistas, seminaturalistas, semiesquemáticos y esquemáticos. A diferencia de las figuras humanas, que en su mayoría se reducen a simples líneas o trazos, los animales muestran un mayor nivel de detalle y realismo. Esta preferencia por la representación más elaborada de la fauna podría indicar la importancia que tenía el mundo animal en la cosmovisión de estas comunidades prehistóricas, ya fuera por su relevancia en la caza, la mitología o la vida cotidiana.
El arte rupestre de zoomorfos naturalistas muestra una gran variedad en la representación de cuadrúpedos. Estos aparecen con distinto grado de naturalismo: desde figuras con partes muy detalladas o simplemente una representación fiel a la realidad. También se han hallado escenas que representan hembras con sus crías, ofreciendo una visión de la vida animal en la prehistoria. Uno de los aspectos más llamativos es el tratamiento de la cornamenta, que puede aparecer de perfil, de frente o incluso sin perspectiva. Otra peculiaridad es la multiplicación de patas, posiblemente resultado de la intención de diferenciar el sexo de los animales. En algunos casos, el tamaño de las ubres en las hembras se asemeja al de las extremidades, lo que refleja la importancia que estos detalles tenían para los artistas prehistóricos. Estos motivos naturalistas se enmarcarían en un momento cronologicomas próximo o incluso dentro del neolítico.
Los motivos rupestres seminaturalistas en el arte rupestre se caracterizan por representar figuras que, aunque mantienen ciertos rasgos realistas, han comenzado a simplificarse en dirección al esquematismo. Estas imágenes suelen conservar la proporción general y algunos detalles anatómicos de los seres representados, pero con una ejecución más sintética y menos detallada que en el naturalismo pleno.
Características principales:
- Proporciones generales reconocibles: A diferencia de los naturalistas, los seminaturalistas aún permiten identificar claramente la forma del animal.
- Reducción de detalles: Aunque mantienen rasgos esenciales, simplifican partes del cuerpo, como extremidades o rostros, eliminando elementos superfluos.
- Combinación de estilos: Algunas partes del cuerpo pueden estar representadas con más realismo que otras, mostrando una transición entre el naturalismo y el esquematismo.
- Evolución hacia la abstracción: Se consideran un paso intermedio en el proceso de estilización de las figuras rupestres.
- Los motivos semiesquemáticos y esquemáticos, reflejan una progresiva estilización de las formas.
Las figuras semiesquemáticas son un punto intermedio entre el seminaturalismo y el esquematismo puro. Aunque aún conservan algunos rasgos reconocibles de los seres representados, estos han sido simplificados de manera significativa. Algunas características de este tipo de representaciones son:
- Reducción de detalles anatómicos, pero manteniendo cierta proporción.
- Siluetas simplificadas, en las que se pueden identificar elementos básicos como cabezas, extremidades o cornamentas.
- Movimiento sugerido con trazos más sintéticos, especialmente en escenas de caza o danza.
- Mayor abstracción, pero sin perder completamente la referencia a la realidad.
Los motivos zoomorfos esquemáticos representan la fase más abstracta del arte rupestre. En este nivel, los zoomorfos se reducen a signos básicos que apenas evocan su forma original. Sus características principales son:
- Figuras formadas por líneas simples (trazos geométricos para animales).
- Ausencia de detalles anatómicos, con cuerpos reducidos a formas básicas.
- Símbolos geométricos que pueden representar personas, animales o conceptos abstractos.
- Mayor carga simbólica, posiblemente vinculada a creencias religiosas o rituales.
Investigadores como Breuil y Burkitt, han identificado distintas especies en los abrigos y covachas del extremo sur peninsular, mientras que Cabré y Hernández Pacheco, también han aportado sus propias clasificaciones. Sin embargo, sus opiniones no siempre coinciden.
A continuación, se presentan algunas de las especies más reconocidas en estas pinturas rupestres en los principales enclaves rupestres del extremo sur peninsular.
- Cabras: De difícil identificación debido a la presencia de la cabra montés salvaje en España. Se han señalado en la Cueva del Tajo de las Figuras, Pretina y Bacinete (Cádiz).
- Cánidos: Aparecen en abrigos como Bacinete, Palomas y Tajo de las Figuras (Cádiz).
- Ciervos: Representados en la Cueva del Tajo de las Figuras, Arco, Palomas, Bacinete y Pretina (Cádiz).
- Caballos: Se encuentran en los abrigos de Tajo de las Figuras, Realillo, Bacinete y Palomas.
Las figuras naturalistas y seminaturalistas dentro del arte esquemático plantean dudas sobre su cronología exacta. A través del análisis estilístico, se ha identificado la coexistencia de motivos más realistas junto a otros más esquematizados. Es frecuente encontrar cuadrúpedos con cuerpos detallados pero patas, orejas o cornamentas representadas de manera simplificada, así como ejemplos en los que ocurre lo contrario.
Más allá del grado de detalle en cada representación, lo esencial para su datación es el estilo en el que fueron concebidas. Incluso aquellas figuras más naturalistas parecen haber estado influidas por la misma corriente que llevó al desarrollo del arte esquemático, marcando así una evolución artística dentro de la prehistoria peninsular.
Aunque no existe un consenso absoluto sobre su cronología, los estudios indican que las figuras semiesquemáticas y esquemáticas ya formaban parte del horizonte cultural del Bronce I.
Las representaciones de aves es uno de los menos representados en la pintura rupestre esquemática de la Península Ibérica. Su aparición se limita a unos pocos casos aislados en abrigos españoles, con una notable excepción: la estación rupestre del Tajo de las Figuras, en Cádiz. En este enclave, las representaciones de aves son abundantes y variadas, destacando por su realismo y riqueza de detalles.
Las pinturas del Tajo de las Figuras muestran distintas especies en diversas actitudes: solitarias, en bandadas, estáticas o en pleno vuelo, reflejando el dinamismo de su entorno natural. La cercanía del abrigo a la Laguna de la Janda (a solo 8 kilómetros) y su ubicación próxima al Estrecho de Gibraltar, un punto clave en la migración de aves entre África y Europa, explican la predominancia de este tema en la zona.
La identificación exacta de las especies no es sencilla debido al esquematismo de algunas figuras y a la disparidad de calcos obtenidos por distintos investigadores. No obstante, estudios como los de Breuil y Burkitt identificaron águilas, buitres, avutardas, cuervos o grajos, grullas, cigüeñas, avocetas, cercetas, patos, ocas o gansos, cisnes, flamencos, zancudas y perdices. Por su parte, Cabré y Hernández Pacheco mencionan únicamente cisnes, flamencos, avutardas y gallinas de agua.
Determinar la cronología exacta de estas representaciones sigue siendo un desafío. Un dato clave para su datación es que todas las especies representadas requieren un clima benigno, lo que contradice teorías iniciales que atribuían estas pinturas al Paleolítico. Esta evidencia refuerza la idea de que fueron realizadas en un período más reciente, probablemente dentro del contexto de la Edad del Bronce.
Si contados son los abrigos españoles con pintura esquemática en los que aparecen representaciones de aves, mucho más escasos aún son los que cuentan entre sus figuras la imagen de algún pez. Solo se recoge por el estudio de Breuil y Burkitt en el Tajo de las Figuras un par de motivos que se asemejan a un tipo posible de anguila.
Respecto a su cronología, ningún dato se encuentra que pueda orientar sobre la fecha más o menos segura en que fueron pintadas; únicamente utilizando el argumento de las estratigrafías cromáticas de los abrigos en que aparecen se puede deducir un horizonte cultural correspondiente al Bronce I.
Hugo Alberto Mira Perales es especialista en arte prehistórico de la Asociación Cultural La Trocha y consejero de número de la 2ª sección (Arqueología, Etnología, Patrimonio y Arquitectura) en el Instituto de Estudios Campogibraltareños, Miembro del comité ejecutivo de la revista 1902 COMMITTEE, Miembro del Proyecto First Art.
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