La trampa legal del alga asiática: una especie invasora que no puede ser ni vendida ni detenida
Futuralga, una start-up andaluza que fabrica envases biodegradables a partir de Rugulopteryx okamurae, denuncia que la ley impide comercializar este residuo
La Junta reclama un cambio de la ley de especies invasoras para paliar el daño del alga Rugulopterix okamurae

Tarifa/Convertir un problema ambiental en una oportunidad económica. Ese es el objetivo que une a la start-up andaluza Futuralga, a la empresa Agropellet del Sur y a la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía en su intento de encontrar una solución sostenible al alga asiática (Rugulopteryx okamurae), una especie invasora que desde hace una década invade el litoral andaluz sin que se haya logrado frenar su expansión.
El delegado territorial de esta Consejería en Cádiz, Óscar Curtido, se ha reunido esta semana con la CEO de Futuralga, Sofía Tristancho, y con representantes de Agropellet del Sur para analizar posibles sinergias en la reutilización de esta biomasa que tantos daños causa al sector pesquero, al turismo y a las economías locales de municipios como Tarifa, Algeciras, La Línea, Conil o Barbate.
Durante el encuentro, Curtido ha subrayado la necesidad urgente de transformar este residuo en un recurso aprovechable dentro del modelo de economía circular que promueve la Junta. Una aspiración que, sin embargo, se enfrenta a un obstáculo normativo que hoy por hoy impide avanzar.
Pese a que Futuralga ha logrado, tras años de investigación, fabricar envases biodegradables a partir del alga asiática, su comercialización está prohibida. El motivo es que la legislación vigente cataloga a la Rugulopteryx okamurae como especie exótica invasora, y cualquier aprovechamiento comercial de este tipo de organismos está vetado por ley.
Desde la empresa han explicado que esta “barrera normativa” no solo frena iniciativas emprendedoras andaluzas, sino que impide reducir el impacto ambiental y económico que provoca el alga en la costa. De hecho, los ayuntamientos están obligados a recogerla cada verano y a llevarla a vertederos, con un coste público de miles de euros al año, sin que hasta ahora esa estrategia haya servido para contener la plaga.
“La ley impide la solución al problema”, lamentan. “No se puede vender ni transformar el alga, pero tampoco se ha logrado frenarla ni paliar los trastornos que genera”.
Ante esta situación, Curtido se ha comprometido a trasladar al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico la necesidad de impulsar una vía legal que permita "valorizar" esta biomasa, bajo condiciones técnicas y ambientales estrictas. Eso abriría la puerta a su reutilización controlada en sectores como el del envasado ecológico, la agricultura o incluso la cosmética.
El delegado territorial ha defendido la importancia de actuar de forma coordinada y de apoyar a empresas como Futuralga, que representan “el talento emprendedor andaluz” y buscan soluciones sostenibles frente a los grandes retos ambientales. “Es momento de convertir el problema del alga asiática en una oportunidad”, ha afirmado. “Apostar por su valorización es apostar por la innovación, por el empleo verde y por un futuro más sostenible para nuestros municipios costeros”.
Mientras tanto, y hasta que la legislación cambie, el ciclo se repite cada verano: toneladas de alga asiática llegan a las playas, se recogen como residuos sin valor, se entierran en vertederos a costa del erario público… y se desaprovecha la posibilidad de cerrar el círculo de una vez por todas.
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