El túnel entre España y Marruecos vuelve a escena: el Gobierno alquila cuatro sismómetros por más de 480.000 euros
El Gobierno español adjudica un contrato de 486.420 euros para alquilar cuatro sismómetros submarinos que permitan estudiar el fondo marino del Estrecho, en un nuevo intento por avanzar en el proyecto del túnel entre Tarifa y Tánger
Un vídeo viral en Instagram explica el porqué no existe un puente para unir Europa y África a través del Estrecho de Gibraltar
Tarifa/El sueño de conectar Europa y África bajo las aguas del Estrecho de Gibraltar, un anhelo con más de siglo y medio de historia, vuelve a tomar impulso. El Gobierno español ha alquilado cuatro sismómetros de fondo marino por más de 480.000 euros a la empresa Tekpam Ingeniería SL, con sede en Guadarrama (Madrid), y que fue la única firma que concurrió a la licitación, con el objetivo de analizar la geología de la zona y avanzar en los estudios necesarios para la construcción de un túnel submarino que uniría Tarifa con Tánger.
El contrato de arrendamiento con opción a compra, firmado el pasado 6 de noviembre, permitirá a la Sociedad Española de Estudios para la Comunicación Fija a través del Estrecho de Gibraltar (Secegsa), dependiente del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, llevar a cabo la campaña sismotectónica Capitán de Navío Manuel Catalán Morollón. Durante seis meses, los dispositivos estarán bajo la supervisión del Real Instituto y Observatorio de la Armada en San Fernando (Cádiz).
Una obra de proporciones faraónicas
La idea de conectar los 14 kilómetros que separan Europa de África se remonta a 1869, pero no fue hasta 1980 cuando España y Marruecos firmaron un acuerdo formal para estudiar la viabilidad de un enlace fijo. Desde entonces, se han planteado múltiples opciones, desde un puente hasta un túnel ferroviario similar al del Canal de la Mancha.
La opción finalmente seleccionada consiste en un túnel submarino de 38,5 kilómetros, con 27,7 kilómetros bajo el lecho marino, capaz de conectar ambas orillas en menos de 30 minutos. Sin embargo, las complejidades geológicas del Estrecho y el elevado coste del proyecto han sido barreras recurrentes.
Un renovado interés político
El proyecto ha recobrado relevancia a raíz de la nueva etapa de relaciones bilaterales entre España y Marruecos iniciada en 2022, cuando el presidente Pedro Sánchez apoyó el plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental. En la Reunión de Alto Nivel celebrada en Rabat en febrero de 2023, la entonces ministra de Transportes, Raquel Sánchez, calificó el túnel como un "proyecto estratégico" para ambos países.
Más recientemente, el actual ministro de Transportes, Óscar Puente, se comprometió durante una visita a Marruecos a reactivar el comité mixto hispano-marroquí encargado de los estudios preliminares. Aunque la materialización del túnel requiere nuevos acuerdos, la proximidad del Mundial de Fútbol 2030, organizado conjuntamente por España, Portugal y Marruecos, ha generado un renovado interés en esta infraestructura como símbolo de cooperación entre ambas orillas del Mediterráneo.
Un desafío sin precedentes
A lo largo de los años, se han realizado numerosas campañas de sondeos y obras experimentales para comprender mejor la compleja geología del Estrecho. Estudios recientes han identificado formaciones arcillosas y estructuras heterogéneas que complican la excavación del túnel, considerado uno de los mayores retos de la ingeniería moderna.
El nuevo estudio sismológico busca actualizar estos datos y evaluar la viabilidad de un trazado alternativo que supere las dificultades geológicas. Para Secegsa, "el túnel no solo representaría un avance histórico en la ingeniería, sino también un desarrollo económico y social sin precedentes para Andalucía y el norte de Marruecos".
Pese al escepticismo de algunos expertos, el viejo sueño de "abrazar" Europa y África sigue latiendo bajo las aguas del Estrecho.
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