El Algeciras vuelve tremendo

Algeciras/Año nuevo, Algeciras incontestable. Los albirrojos se dieron ayer un atracón en su primer partido de 2018. Una comilona con roscón incluido que hacía muchísima falta en el Nuevo Mirador. El equipo de José Antonio Asián enseñó los dientes ante el Salerm Puente Genil y jugó su mejor partido de la temporada de largo. Fueron cuatro goles pero pudieron haber caído más. Albertito, titular accidental por la lesión de Chico Díaz en el calentamiento, puso la magia y los dos primeros goles de un triunfo que redondeó Ito. La sufrida parroquia algecirista, apenas un millar en una tarde polar, ovacionó a sus jugadores y coreó olés por primera vez desde no se sabe cuando.

El Algeciras empieza la segunda vuelta y el nuevo año tremendo. Qué victoria y qué inyección de adrenalina en una jornada que salió a pedir de boca. Por la mañana el algecireño Willy firmó el triunfo del Ceuta sobre el Cádiz B y avivió la llama de la caza del líder puesta en marcha en el vestuario de Asián. Los albirrojos se consolidan segundos con 38 puntos, ahora a solo cuatro de la cabeza y con el mismo colchón sobre el quinto. La cosa pinta infinitamente mejor que la noche posterior al bochorno en Lucena y los que a las 16:00 pedían seis fichajes ahora se conforman con dos. Esto es fútbol.

La goleada del Algeciras sobre el Puente Genil deja muchísimos apuntes positivos en las retinas: Mané ejerció de director de orquesta en el puesto dejado por Pablo Ganet. El algecireño estuvo sobresaliente en la sala de máquinas. El jimenato Josemi hizo olvidar la ausencia por sanción de Ernesto. Máiquez y Pablo de Castro se comieron los laterales. Siles hace mucho mejor a la defensa desde el centro y además es capaz de dar una asistencia de gol en el último minuto. Tano y Ayala dieron señales de lo mucho que pueden aportar. Y así podríamos continuar, cada uno con su juicio.

No se puede pasar por alto que la tarde del Algeciras estuvo marcada por un capricho: Chico Díaz había sido anunciado como titular e inscrito en el acta, pero el delantero coriano se rompió en el calentamiento. Entró Albertito con el '10' y el de Triana fue la chispa que encendió la llama de la goleada. Un jugador de las características de Albertito tiene que jugar siempre y más en el Nuevo Mirador. Ayer el azar sonrió a Asián, que cumplió su último partido de castigo y dejó los mandos a Javi Viso.

El primer duelo de 2018 en La Menacha arrancó con frío y unos minutos de tanteo, con el Algeciras sereno y el Puente Genil dispuesto a buscar las cosquillas. De hecho, una pérdida de Tano en el 14' propició un disparo de Bubu que se marchó alto. A renglón seguido, en la otra área, el mismo Tano se llevó el balón y conectó con Albertito, que se revolvió con clase y encajó su tiro al palo largo del meta rival.

El gol encendió a los albirrojos y apenas tardaron un minuto en entrar por el costado izquierdo por medio de Ayala, que centró al corazón del área chica donde Albertito embrujó con un taconazo para hacer el segundo.

Con 2-0 y casi 75 minutos por delante, la afición se relamía. El cuadro de Asián jugó a gusto con el viento a favor a pesar de que el Puente Genil dio un par de avisos que se marcharon cerca del portal de Romero. Los locales achucharon con una ocasión de Ito en el 36' que desbarató un defensa. Hasta el descanso, poco más que se saliese del guión.

A la vuelta del intermedio el Puente Genil salió a quemar las naves con unos cambios que alguno podría tildar de suicidas y otros de valientes. Los chicos de Juan Arsenal no se dejaron nada en casa, desde luego. Con el ancho césped totalmente abierto, el Algeciras desató la tormenta con el paso de los minutos. Los albirrojos comenzaron a llegar en las lagunas dejadas por el rival. Los de Asián perdonaban y perdonaban hasta que una contra lanzada por Ayala acabó con el tanto de Ito en el 66', la sentencia. El algecireño, que lo intentó de todas las maneras, fue generoso con el cordobés, que también andaba reñido con la puntería.

El técnico de casa oxigenó el once con la entrada paulatina de los algecireños Iván, Anaya y Chapa y la grada ovacionó cada cambio por el enorme esfuerzo de los que salían. Todos los aplausos fueron merecidos, pero sobre todo los brindados a Mané, que estuvo magistral.

El Nuevo Mirador disfrutaba y comenzó a corear "olé, olé, olé" mientras los albirrojos tocaban y miraban arriba ante un oponente ya dignamente derrotado. Esa atmósfera triunfal seguramente propició la gran jugada de Siles por la izquierda que terminó en un pase a Ito para que abrochase en el 84' el cuarto gol de la tarde. Menuda tarde para ilusionarse y para abrazar un 2018 lleno de ambiciones con los que están y lo que están a punto de subirse al barco del Mirador.