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Algecirismo ejemplar desde la distancia

David y Nacho Pérez, padre e hijo, recorren 1.000 kilómetros para ver a su Algeciras, "una pasión" que viven desde Murcia

"El equipo nos necesita ahora"

Nacho y David Pérez, el pasado domingo en el Nuevo Mirador. / Erasmo Fenoy
Alessio González

21 de marzo 2018 - 09:06

Algeciras/David y Nacho Pérez, padre e hijo, representan un rayo de luz en los tiempos oscuros que se ciernen sobre el fútbol modesto, cada vez más acorralado por las televisiones. Estos dos aficionados se desplazaron desde Murcia hasta el Nuevo Mirador para apoyar a su Algeciras en el partido del pasado domingo ante el Arcos. Con una borrasca sobre el Estrecho y con más de 500 kilómetros de carretera en cada trayecto, estos dos algeciristas dieron un gran ejemplo desde la grada con un bombo, un megáfono, una enorme pancarta dedicada a los jugadores y dos gargantas cargadas de aliento que terminaron con afonía.

Los ánimos de este padre y su hijo adolescente resonaron por los muros de un estadio gris con un ambiente de desapego. En medio de tantas críticas, tantos enfados por el juego y los resultados del equipo de José Antonio Asián, en medio de todo eso, resistían las voces incansables de David y Nacho, dos algeciristas que comparten, viven y sufren desde la distancia "una pasión" en blanco y rojo.

A la plantilla sólo le pido el ascenso para poder ver partidos más cerca de Murcia"

La historia de esta familia merece ser contada. David Pérez es un algecireño de cuna pero en 2005 se trasladó a Murcia por una oferta de trabajo. Su esposa y el pequeño Nacho (entonces de dos años) emprendieron la aventura lejos de casa. Como futbolista en su juventud y habitual seguidor del Algeciras CF, David inoculó su afición a Nacho y ambos mantuvieron vivo ese lazo con su tierra. Cuando tenían la oportunidad de regresar, pasaban por el Mirador, pero fue a partir de la última temporada en Segunda B (15/16) cuando los Pérez comenzaron a desplazarse para ver al Algeciras en sus periplos a la Región de Murcia.

"Estuvimos en el partido de Copa del Rey con el UCAM en La Condomina y conseguimos llevar a un montón de amigos de aquí de Murcia a apoyar al Algeciras", cuenta con orgullo David, que durante esa temporada pudo estar "en casi todas las visitas, Cartagena, Murcia, Jumilla, Lorca". En el estadio de La Hoya, curiosamente, se reencontró con David Gutiérrez Guti, el entonces entrenador albirrojo, con quien comparte amistad y fue rival como futbolista. "Yo jugaba en el Bosco y él en el Sporting Algeciras", rememora con nostalgia.

"La primera vez fuimos sin hacer mucho ruido, pero después decidimos ir con el bombo, el megáfono, las pancartas, que se nos viese que éramos del Algeciras y que el equipo lo sintiese desde el campo", explica David Pérez. Sin embargo, el Algeciras perdió la categoría, dio con sus huesos en Tercera y dejó de viajar por aquellas latitudes, por lo que padre e hijo tuvieron que volver a conformarse "con seguirlo por internet, por radio, cuando podemos lo vemos por la tablet con la bufanda siempre por lo alto", detalla.

La visita del pasado domingo al Nuevo Mirador estaba realmente prevista para Semana Santa, para aprovechar la festividad y ver a toda la familia, sin embargo el calendario del grupo precipitó un adelanto, con el favor de las mujeres de la casa, Eva María y la pequeña Jimena, que también respaldan la pasión de sus dos chicos. "El viernes antes del partido me puse con la pancarta. Nacho y yo queríamos tener este detalle con la plantilla porque lo están pasando mal y lo están dando todo para meter al Algeciras en la fase de ascenso", afirma David.

Estos dos hinchas se toparon con un entorno apagado, apenas 800 seguidores en las gradas a pesar de que el equipo marcha tercero de la tabla. "Vi mucha apatía", palpó David. "Yo discrepo con el ambiente reinante", señala. "Entiendo y respeto lo que cada seguidor pueda pensar y sentir, pero yo entiendo esto desde un punto de vista más optimista y creo que un aficionado tiene que animar más cuando peor van las cosas, cuando más falta hace", explica.

"Hubo gente nos miró raro cuando nos vieron colocar la pancarta y nos pusimos a animar. Intentamos que se nos juntase más público, pero tuvimos poca respuesta", lamenta David. "Yo creo que debemos pasar página al pasado y apoyar a estos jugadores, que son los que tenemos y lo que nos van a llevar a la liguilla y ojalá al ascenso", subraya.

David y Nacho Pérez conocen a la directiva y el pasado domingo fueron invitados a la rueda de prensa de Asián, una experiencia que Nacho disfrutó como algo único. "Él se vino a Murcia con dos añitos pero siente esto con fuerza. A los dos nos pasa igual, es algo que te tira y te pones hasta nervioso cuando empieza un partido", confiesa el padre.

Los Pérez pretenden contagiar su espíritu "porque los partidos se ganan desde el césped y también desde las gradas" y sólo piden un favor al vestuario: "Que logren el ascenso y vuelvan a Segunda B para que podamos ver partidos más cerca de Murcia".

Con aficionados así, con esta implicación, el algecirismo tiene un futuro.

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