La Balona bendice el derbi y el Algeciras lo maldice

Polémica Un penalti riguroso a favor de los albinegros premia su sacrificio defensivo y acaba con los albirrojos, que gobiernan la mayor parte del partido y perdonan, pero no merecen caer derrotados

May (i) y Francis corren tras el balón ayer en el Nuevo Mirador.
May (i) y Francis corren tras el balón ayer en el Nuevo Mirador.
Quino López / Algeciras

09 de diciembre 2010 - 05:02

La Balona hizo honor a su primer apellido, el de recia, y se apuntó un derbi que el Algeciras no mereció perder. Para que no faltara de nada en el Clásico más atractivo de los últimos años, éste se dilucidó con un polémico y cuando menos riguroso penalti en el minuto 78. El caso es que cuando Copi ejecutó la pena máxima, el fútbol premió el excelente nivel defensivo y la capacidad de sacrificio de los albinegros y despreció el carácter ofensivo y la iniciativa de los albirrojos, que gobernaron la mayor parte del litigio aunque esta vez carecieron de pegada.

Avanzada la segunda mitad, la decisión del entrenador del Algeciras, Pablo Sánchez, de retirar del campo al delantero Chapi para dar entrada al medio Iván -en un giro que acabó con George sobre el césped- provocó que los de casa perdieran presencia arriba y se fueran difuminando hasta desaparecer completamente del campo después de que Copi no fallara desde los once metros.

Tan mal encajaron los algeciristas el penalti y el nuevo dibujo (después de que el planteamiento inicial les otorgara el mando) que desde entonces quedaron a merced de los linenses, que se mantuvieron sólidos para negarle al eterno rival el consabido arreón final e incluso le marcaron un gol más, obra de Javi Catalán, para redondear una tarde que acabó con euforia linense en La Menacha.

El planteamiento del entrenador de la Balona, Rafael Escobar, fue irreprochable, aunque le fallaron algunas piezas. Ezequiel estuvo a ratos perdido en el centro del campo y, sobre todo, Cristian, no encontró su sitio en césped en casi ningún momento. Jugadores como Juampe y Copi fueron de menos a más y David Hernández estuvo trabajador, pero demasiado oscuro. Sin embargo, toda la línea de atrás y sobre todo el lateral linense Francis -inconmensurable- mantuvieron el tipo ante un Algeciras que estuvo muchos minutos volcado en el área de un buen Camacho.

El equipo de Pablo Sánchez ganó a los puntos. Salió con un ímpetu, con un punto agresividad del que careció su adversario, al que apabulló durante veinticinco minutos, hasta que Ismael Chico se asentó, entró en juego y la contienda se equilibró por un tiempo. En el 4' Olmo tuvo que evitar que Chapi se plantara sólo ante Camacho, que tuvo que trabajar en la primera falta de las muchas faltas con peligro que le lanzó Raúl Domínguez. Fue poco antes de que el Algeciras tuviera que hacer su primer cambio. Juanma Cruz se retiró lesionado y Pablo Sánchez dio entrada a Alvi Carrasco (7'). Antes del partido, el entrenador ya se había visto obligado a introducir una variante en su alineación cuando el defensa Mena amaneció enfermo y se tuvo que quedar en casa. El lateral Roberto, que está en la recta final de su recuperación, tuvo que adelantar su regreso.

En el 38' un centro del '11' algecirista lo remató Chapi y la grada cantó el gol, pero la realidad es que el balón se había marchado fuera. A todo esto, la Balona sólo se acercó una vez y ni siquiera llegó a tirar a puerta cuando el meta Félix se adelantó a los rematadores de un centro de Cristian. Nada más comenzar la segunda parte, una falta de este albinegro estuvo a punto de ser rematada por Carlos Guerra y Alvi respondió en el 51' en un lance similar.

En el 56' se produjo un lance que pudo cambiar el signo de un partido del que el Algeciras se había vuelto a adueñar gracias en buena medida a la labor de un Nico Bezares excelente que había ido de menos a más. Álvaro Benítez remató de cabeza un córner y Javi Gallardo evitó que el balón entrara en la misma línea de gol. El Algeciras recuperó el balón inmediatamente y Raúl Domínguez lo mandó al segundo palo, donde la zaga visitante se vio sorprendida y Alvi Carrasco quiso rematar, se resbaló y acabó empujándolo con el culo adentro de la portería. El árbitro lo invalidó por presunto fuera de juego en una decisión muy protestada por los de casa.

Sólo dos minutos después Camacho atrapó un balón envenenado que Nico Bezares peinó en el saque de otra falta y en el 73' el Algeciras tuvo otra ocasión clarísima de adelantarse cuando Raúl Domínguez estrelló el cuero en el travesaño en un falta frontal.

La Balona se dedicaba a defenderse, pero guardaba un aguijón para cuando tuviera espacio para clavarlo. Fue un ex algecirista, el tarifeño Juampe, el que galopó por la banda en un contrataque que pilló a los albirrojos descolocados. Cuando Roberto lo encimó, el jugador se volvió de espalda a portería y cayó al suelo. Por mucho que le protestaran los de casa, el árbitro no dudó en pitar el penalti, del que lo mejor que se puede decir es que está entre dudoso y de esos que no se pitan y mucho menos en un derbi. El algecireño Copi, ya está dicho, no falló y se fue a celebrarlo con la afición de la Balona, ubicada en la preferencia.

Al Algeciras se le agotaron las pilas. Hubo jugadores que quisieron hacer la guerra por su cuenta y otros que bajaron la cabeza, de lo que se beneficiaron los visitantes. Javi Catalán, que había entrado en el 75', dispuso de un par de oportunidades, en una se topó con un gran Félix y la otra la materializó. Fue en el 92', con un disparo desde la frontal del área que se coló entre dos albirrojos.

Después hubo fiesta balona, en La Menacha y en La Línea. No es para menos, porque su equipo logró ayer la primera victoria de la historia con el estadio Nuevo Mirador como escenario.

Mientras, los algeciristas premiaban los méritos de su equipo con un aplauso y lamentaban la primera derrota de la temporada en casa. Es lo que tienen los derbis, que casi siempre unos lo bendicen y otros acaban maldiciéndolo.

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