Canario, el heredero de Miguélez 'El Mago'
real balompédica linense
El mediapunta enlaza cuatro victorias en otras tantas apariciones desde su llegada y tiene encandilada a la afición de la Balona Desde el desembarco de David Miguélez en 2004 ningún futbolista había desatado la ilusión del último fichaje albinegro
El asturiano David Miguélez Miguel debutó en la Balompédica el primer día de febrero de 2004, cuando aún era sub-23. El conjunto albinegro estaba, por mor de una derrota ante el San Fernando, inmerso en una de esas innumerables crisis con las que se cita de manera puntual cada temporada. El gijonés se estrenó en Dos Hermanas. Ése fue el encuentro del despegue y tres semanas más tarde, la Balona ya estaba asentada en los puestos de liguilla del grupo X de Tercera. José Antonio Méndez Canario también arribó a La Línea con la temporada empezada, aunque con bastante menos recorrido. Un punto en dos partidos había servido para que en la redes sociales los más extremistas pidiesen la cabeza del técnico. El atacante ha participado en cuatro partidos en doce días. Los mismos que la Balompédica ha resuelto con victorias. Doscientos sesenta minutos sobre el césped han bastado al futbolista insular para meterse en el bolsillo a un público que no encuentra más que elogios para él. Cuatro partidos han sido suficientes para que cautive a la misma afición que bautizó a Miguélez como El Mago y que tiene la sensación que algo más de diez años después esa capacidad de crear ilusión con sólo tocar el balón ha cruzado al país de una punta a otra... para regresar a su lugar de origen: el Municipal.
Los paralelismos entre David Miguélez (que sin ir más lejos el domingo pasado marcó para el Racing de Santander en la Liga Adelante) y José Antonio Méndez Canario van, curiosamente, más allá del apartado meramente futbolístico. El recién llegado procedía del Hospitalet y se formó en la cantera del Espanyol de Barcelona, pero es natural de Sardina del Sur, en Vecindario, Gran Canaria. Cuando Miguélez fichó por la Balompédica, por decisión del entonces recién proclamado presidente Alfredo Gallardo, lo hizo procedente... del Vecindario, que por cierto se entretuvo en darle la baja, lo que le obligó a permanecer en el dique seco dos semanas.
Miguélez supuso un auténtico fenómeno social para la afición de la Balona. Desde que en aquel estreno en el que Gabriel Navarro Baby le ordenó relevar a De María en el minuto 70 en suelo nazareno se convirtió en mucho más que el conductor del equipo. En aquella 2003-04 los albinegros jugaron la fase de ascenso, pero cayeron en Zafra. En la 2004-05 el verdugo de los linenses en la postemporada fue el Mérida. Del desenlace de la 2005-06 aún permanece en la memoria de los balonos la imagen de apertura de este periódico en la que se apreciaba al propio Miguélez sin poder contener las lágrimas en el Nuevo Los Cármenes, después de aquel atropello arbitral que daba la clasificación al Granada.
Aquella frustración condujo al asturiano fuera de La Línea para enrolarse en el Lugo de Segunda B. Pero el dos de junio de 2007 en estas mismas páginas se podía leer: "Miguélez: vuelve el hijo pródigo" y el jugador explicaba que echaba de menos lo que ya consideraba su casa.
Primero bajo la batuta de Carlos Ríos y más tarde en el reencuentro ante Baby, El Mago encaminó al conjunto albinegro primero hasta la liguilla (para la que se clasificó como tercero después de vencer en Los Barrios en la última jornada) y más tarde hacia un salto a Segunda B en las inolvidables eliminatorias primero con el Anguiano y, en última instancia, con el Mirandés.
La despedida de Miguélez, así es el fútbol, se vio rodeada de polémica con el presidente. El conjunto albinegro regresó a Tercera en medio de un ambiente de crispación interno y tanto él como el meta David Pérez fueron poco menos que tachados de traidores. El futbolista acarició el ascenso a Primera con el Alcorcón y volvió a Segunda con el Racing de la protesta copera, pero, ajenos a eso, su nombre aparece en letras de oro en la agenda de muchos balonos.
Una década después de aquel desembarco del jugador que catapultó a la Real Balompédica a cuatro fases de ascenso llegó Canario. Un éxito del gerente, Mario Galán, que supo escudriñar en un mercado que parecía esquilmado hasta encontrar exactamente el futbolista que el club buscaba. Un mediapunta con calidad y visión de juego. Un futbolista que hiciese las funciones de otro de los ilustres, Antonio Ocaña, en la campaña 2011-12, en la que el CD Tenerife necesitó del árbitro vasco Aitor Gorostegi para apear a los linenses de su camino hacia la Liga Adelante.
Canario debutó en Copa el pasado día tres. Saltó al campo del Municipal de Marbella en el minuto 51 para relevar a un exhausto Polaco. En ese momento el marcador señalaba empate sin goles. Un tanto de Olmo en el 91' daba la clasificación a los visitantes.
Cuatro días más tarde el futbolista insular se estrenaba en el Municipal en el descanso del encuentro que su equipo disputó con el Melilla. Para entonces los norteafricanos vencían 0-1. La Balompédica volteó el resultado y sumó su primera victoria (3-2).
En medio del carrusel en el que se había subido la centenaria Balona el pasado miércoles le llegó el duelo copero con el Fuenlabrada. Canario jugó su primer partido como titular. No había trascurrido un minuto cuando Juampe ponía por delante a los de casa en una jugada que había nacido en el de Vecindario. El conjunto del sur de Madrid volvió a casa con un incontestable 4-1. Canario no marcó, pero participó de manera directa en tres de los cuatro goles.
Por último, el pasado domingo la Balompédica logró su primer triunfo a domicilio en la presente Liga. Canario jugó 86 minutos. Cuando dejó el césped los albinegros ya vencían 1-2.
Es indiscutible que la Balompédica está bajo el Efecto Canario. La magia ha vuelto. La afición espera que sea para quedarse.
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